La marapena

La marapena es una de esas historias que nadie sabe de dónde ni cómo han surgido, pero que, al menos en un tiempo, todo el mundo conocía y, con la complicidad de unos y la inocencia de otros, se convertía en un “entretenimiento” ideal.

“Entretenimiento” porque su objetivo no era otro que el de mantener entretenidos a los críos de una casa en días en los que su presencia en casa a la hora de realizar una labor extraordinaria (por ejemplo un día de matatxerri) podía suponer más una molestia que una ayuda. Es por ello que se enviaba a los pequeños de la casa a buscar la marapena a otra casa que, casualmente, siempre estaba en la otra punta del pueblo.

¿Estará dentro de esta caja la marapena?

¿Estará dentro de esta caja la marapena?

Y así, un crío podía salir de casa Ornat a buscar la marapena a casa Gaiarre (en la otra punta del pueblo, para quien no lo conozca), donde, al escuchar la petición, se le diría que la semana anterior se la habían llevado a casa Maisterra (que está en la punta opuesta del pueblo, concretamente sobre la peña Lapitxorronga). Al llegar a dicha casa, la Fermina les diría que de casa Maisterra se la habían llevado a casa Diego (al lado de casa Gaiarre) y allí, probablemente le preguntarían al crío si había estado en casa Maisterra y al contestar que sí, pues dirían que seguramente la tendrían los de Larrambe (también en El Castillo, al lado de casa Maisterra).

Y con estas idas y venidas se iba pasando el día (y con lo que siendo críos se podían entretener yendo de una casa a otra) y, mientras los mayores se afanaban con la labor, los críos andaban de aquí para allá en busca de la dichosa marapena, sin saber ni siquiera qué estaban buscando ni para qué servía. ¡Bendita inocencia!

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