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Casa Aristu

Toca nuevamente una casa del barrio de Iriartea, situada concretamente en la actual calle de la Fuente, calle que durante algún tiempo también se denominó Txuskarrika o Txoskarrika.

En esta ocasión nos ocuparemos de casa Aristu, que comparte con sus casas vecinas, tanto en la misma manzana (casas Lixalte, Pelairea, Lengorna) como en el otro lado de la calle de la Fuente (Antxon, Molena), una característica peculiar que apenas se ve en las demás calles de Vidángoz: marcos de puertas y ventanas hechos de ladrillo en lugar de con piedra. Mucha casualidad sería que todas se hubieran reformado a la vez sin un motivo aparente, y esto me lleva a pensar que todas estas casas se vieron afectadas por alguna desgracia, tal vez un incendio, en una misma ocasión o al menos en una misma época, y para la reconstrucción se emplearon materiales de la tejería de Vidángoz que ya existiría en aquella época (¿siglo XIX?) y cuyo coste sería seguramente inferior al de la piedra trabajada.

Bueno, hecha esta reflexión, nos sumergiremos de lleno en la historia de casa Aristu (o casa Aistu, según quién lo pronuncie). Habitada en la actualidad por la familia Hualde Larumbe, llega a esta generación por la rama materna de Potele, que engloba a los hermanos Mainz Pérez, una generación con pastores, maestras y una religiosa, entre otros.De los padres de éstos, Pedro Mainz Salvoch [Aristu] y Felixa Pérez Jimeno [Landarna / Aristu], él era natural de la casa.

En la anterior generación, tras la muerte de la primogénita con apenas un año de edad, vinieron siete chicos, de los cuales parece que cuatro emigraron a Argentina (Epifanio, Eleuterio, Eusebio y Urbano) y los otros tres se casaron en Vidángoz (Pedro en casa Aristu, Juan a casa Jimeno y Ambrosio a casa Arriola). Todos ellos eran hijos de Antonio María Mainz Glaría [Aristu] y Petra Ramona Salvoch Urzainqui [Zinpintarna / Aristu], siendo el padre el que era nacido en la casa.

En la siguiente escalón de la historia familiar es donde empiezan las curvas. Los cabezas de familia son dos hermanas Glaría Villanueva y Pantaleón Mainz Pérez (de Burgui, aunque hijo del bidankoztar Pedro Antonio Mainz Hualde, de casa Anarna). Pantaleón subió a Vidángoz y se casó con Mª Lucía Fernanda (Fernanda para los amigos), con quien tuvo tres hijos: Antonio María, primogénito y heredero; Francisca Rufina, que vivió 37 años y murió soltera; y Manuel Valero, que apenas vivió un año. Fernanda falleció poco después que su tercer hijo con solo 30 años. Como solía ocurrir en esos casos, al quedar el viudo con dos hijos pequeños, se volvió a casar con una hermana de su difunta esposa, en este caso con Manuela Mamerta, Manuela para el común de los mortales, con quien tuvo otros tres hijos: Crisanto, que se casaría a casa Landa, un segundo hijo que nació muerto y Domingo, que se casó a casa Mux.

De la generación anterior no hay mucho más que añadir, pues aunque Ygnacio Antonio Glaría Aldave [Maisterra] y Celedonia Francisca Villanueva Salboch [Aristu] tuvieron cuatro hijos, solo las dos que mencionábamos en el párrafo anterior, Fernanda y Manuela, llegaron a adultas.

De los padres de Celedonia poco más podemos decir: Pedro Antonio Villanueva Mainz [Aristu] y María Eulalia Salboch Glaría [Salbotx / Aristu] casados en 1802 y de cuya descendencia solo quedó en Vidángoz la mencionada Celedonia. Los padres de Pedro Antonio eran Thomás Antonio Villanueva Labiano [Aristu] y María Joaquina Mainz Urzainqui [¿Anarna? / Aristu].

Y un paso más atrás en este linaje, y último que trataremos, llegamos al por qué esta casa se llama Aristu. La madre de Thomás Antonio, Eulalia Antonia Labiano Urzainqui [Aristu], era la natural de la casa, y su padre, Juan Joseph Villanueva Hualde, era natural del pueblo de Aristu (Urraúl Alto). Diría yo que es la única casa que ha tomado el nombre del pueblo del que venía uno de sus propietarios, aunque yo me inclino más por pensar que a Juan Joseph en Vidángoz se le denominaba Aristu o Aistu, como mote, en referencia a su lugar de origen y se le quedó a la casa.

Pues hasta aquí hemos llegado con casa Aristu, y seguro que, como en otras ocasiones, habréis descubierto de dónde salen algunos parentescos.

Apellidos bidankoztarras: Mainz

Se ha hecho de rogar, pero al final le ha llegado el turno al apellido Mainz, que cierra el podio de apellidos más habituales en Vidángoz en los últimos tres siglos, solo superado en frecuencia por Sanz y Urzainqui.

Mainz es un apellido que consta en nuestro pueblo desde hace seis siglos: en el apeo de población de 1426 vemos por primera vez a Blasco Maynz y a Lope Maynz entre los 64 dueños de casas de Vidángoz. El apellido parecía desaparecer en el siguiente listado histórico del que disponemos, en 1501, pero poco después, en 1515, reaparece con Ysavel Maynz. No hay más listados nominales hasta 1612, pero en un documento de 1553 en la que símplemente se da referencia numérica de la cantidad de vecinos de Vidángoz, firma el alcalde Domingo Mainz.

Ya en el siglo XVII, en 1612 constan Pasqual y Pedro Maynz como dueños de casas; en 1634, Domingo, Pascoal, Miguel y Pascoala Maynz; en 1645, Domingo y Pascoala Maynz; en 1646, además, Pascoal Maynz es alcalde; 1677, Phelipe, Crisóstomo y Rafael Mainz; y en 1726, Daniel, Baleriano, Domingo y Ana Mainz.

A partir del siglo XIX, desde 1810, ya podemos afinar hasta en las casas por las que ha pasado Mainz como primer apellido: Montxonena, Danielna, Paskel, Artutx [actual Pelairea], Aristu vieja [actual Iturriondo], Aristu, Molena, Jimeno, Matías [actual Remendía], Makurra, Navarro, Anarna, Pantxo, Maizena, Santxena, Xoko, Mailusa, Vicaría, Mendigatxa, Bernabé [actual Harretxe], Mux, Bomba, Refelna, Landa y Arriola. Así, en los dos últimos siglos ha habido Mainzes en un tercio de las casas de Vidángoz, lo cual nos da una idea de lo abundante que ha sido el apellido en nuestro pueblo.

Pero cabe pensar que, en su día, tal vez no lo sería, o si no, ¿por qué se habría de denominar a una casa “la de Mainz”? Pues, seguramente, porque en aquel entonces sería el único Mainz que habría en el pueblo, y de ahí que a la casa de Mainz la denominaran Mainz+ena, y con el tiempo evolucionara hasta el actual Maizena. Se repite lo que comentábamos en su día con el archicomún apellido Sanz, que se ve que en su día no lo sería tanto, y de ahí que tengamos casa Santz+ena, casa Santxena.

El apellido Mainz en Vidángoz tiene otra particularidad, otra curiosidad: en un pueblo en el que prácticamente no hay alusiones a quién hizo una casa en las piedras de su fachada, encontramos en el dintel de casa Azkue la inscripción “PEDRO D MAIZ […] 623”. Bueno, hay que señalar que esa piedra no estaba originalmente en ese lugar, en esa casa, sino que llegó a ella en su última reforma… pero casualmente, como podéis ver en el tercer párrafo de este artículo, apenas once años antes de ese 1623 había un Pedro Maynz dueño de una casa en Vidángoz, ¿coincidencia?

Para terminar, trataremos su incierto significado. Hay quienes señalan que procede de la ciudad alemana de Mainz, pero en nuestro caso parece poco probable. Yo supongo que podría ser un patronímico de Martín, un Martíniz abreviado como pasa con otros apellidos como Sáez, Díez, etc… O, tal vez, por analogía con el apellido Sainz, que es patronímico de Sancho, ¿podría Mainz serlo de Mancho? A saber…

Nacimientos, bodas y defunciones en 1922

El año que iba a empezar por estas fechas pero hace un siglo fue un año prolífico en cuanto a nacimientos se refiere, y es que si en aquellos años nacían una media de 11,6 criaturas en Vidángoz, aquel año de 1922 vio venir al mundo a 17 nuev@s bidankoztarras, bastantes de los cuales se me hacen conocid@s incluso a mí, lo cual da señal de que much@s mantuvieron un vínculo  mayor o menor con el pueblo, por un lado, y, por otro, que ya voy cumpliendo años y a esta generación ya la habría conocido yo si llegaron a los 60. En orden de nacimiento, son quienes siguen: Telesforo Elizalde Sanz [Elizalde], Ricarda Landa Sanz [Algarra / Pelaire], Francisco Sanz Sanz [Danielna], Rafaela Juanco Pérez [Paxapan], Felipa Urzainqui Urzainqui [Pantxo], Dionisia Urzainqui Urzainqui [Pantxo], Consuelo Sanz Urzainqui [Arguedas], José Jimeno Urzainqui [Hualderna], Cándido Artuch Jimeno [Largotena / Ornat], Antonina Sanz De Miguel [Arlla], N. Iriarte Rodrigo [Maizena], Félix Montes Fuertes [Montes], N. Asín Gayarre [Pelaire], Estefanía Juanco Jimeno [Antxon], Hilario Mainz Pérez [Aristu], Flora Sanz Ornat [Ornat] y Donata Pasquel Ornat [Paskel]. Como veis, hubo aquel año dos niñ@s que nacieron muert@s, en casa Maizena y en casa Pelaire, pero los demás, en general, tuvieron vidas relativamente longevas, e incluso todavía queda una representante de esta quinta que se postula para centenaria: Estefanía. De ell@s, un@s cuant@s fueron cabezas de familia en el pueblo: Telesforo (en casa Elizalde, aunque ya se casó en Pamplona), Ricarda (Pelaire), José (Hualderna), Cándido y Flora (Ornat) y Estefanía (Antxon), y aunque no se casaron, también podríamos considerar a Rafaela e Hilario como cabezas de sus respectivas familias, al menos en parte, de casa Paxapan/Lixalte la primera y de casa Aristu el segundo. Esta generación es un reflejo claro de la emigración que sufrió el pueblo en los años 60-70 y buena prueba de ello es que muchas de esas casas se cerraron en aquella época, cuando marcharon a Pamplona en busca de un futuro que parecían no ver en Vidángoz.

Foto de finales de la década de 1940 con varios quintos de 1922: Atrás: Emilia Ornat, Hilario Mainz, Flora Sanz // Medio: Estefanía Juanco, Micaela Landa // Delante: Cándido Artuch, Carlos Asín

En lo que respecta a las bodas, 1922 fue algo más atípico: solo hubo dos enlaces, y ninguna de las parejas se quedó en el pueblo. Por un lado, Ángela Sanz Navarro [Laskorna] se casó con el pamplonés Justo Gamasa Osinaga, y la pareja pasó a vivir en Pamplona, donde ejercieron de porteros de la catedral de la capital navarra. Por otro lado, Fidela Salvoch Artuch [Anarna], que se casó con el donostiarra Silverio Laburu Del Puerto, y pasaron a vivir en Gipuzkoa.

En el capítulo de defunciones, 1922 fue un año promedio en cuanto a muertes, con 9 fallecid@s, pero si quitáramos de la lista a los dos nonat@s, tenemos un dato curioso:  la edad promedio de l@s otr@s 7 difunt@s fue de 77 años, que es una cifra muy  elevada para la época, y tres de ell@s pasaron de los 80.  Los fallecidos en aquel año, por orden cronológico, fueron Avelino Landa Orduna [Landa, 75 años], N. Iriarte Rodrigo [Maizena, nonat@], Ciriaco Landa Orduna [Landa / Arriola, 72 años], Petra Gayarre Mainz [Molena / diversas casas, 76 años], N. Asín Gayarre [Pelaire, nonat@], Marcelo De Miguel Mayo [de Uztárroz, 70 años], Braulio Urzainqui Sanz [Txestas, 83 años], Getrulio Mainz Clemente [Refelna, 83 años] y Galo Andrés Garcés Machín [Matxin, 80 años]. Como podéis comprobar, en lo que a fallecimientos se refiere también fue un año importante, pues fallecieron los cabezas de familia de seis casas de Vidángoz (el séptimo en discordia era de Uztárroz pero había venido a Vidángoz a casa Arlla, donde se acababa de casar su hija Teodosia), cinco de l@s cuales (todos menos Ciriaco), además, ya eran viud@s, por lo que se extinguió con ellos su generación en dichas casas.

Pues hasta aquí el repaso al registro civil de 1922, donde supongo que vosotr@s también habréis encontrado a much@s conocid@s.

Bidankoztarras en la Guerra del Rif

Hace un siglo andaba España enfrascada en una guerra en una de las pocas colonias que le quedaban: El Rif (Norte del actual Marruecos). Realmente, esta zona ni siquiera era una colonia española en sí, sino que era una zona de Marruecos que Francia había cedido a España para su administración.

A finales del siglo XIX las principales potencias europeas se habían repartido África como territorio colonial. La mayor parte del pastel se la comieron entre Francia y Reino Unido, pero Alemania, Bélgica, Portugal e Italia también consiguieron algunos territorios en esa división. España, por su parte, ya era una nación de segunda categoría que había ido perdiendo gran parte de sus colonias a lo largo de ese siglo y en sus últimos años terminaría de dilapidar su imperio colonial con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Además, dicha centuria había sido un continuo de enfrentamientos militares, algunos con carácter de guerras civiles, y en lo económico, también, un completo desastre, con diversas bancarrotas.

Así, podemos entender que España pintaba más bien poco en la Conferencia de Berlín (1885) en la que se repartió África, y tuvo que conformarse con las migajas que quedaron: la zona Norte del actual Marruecos (El Rif), el Sahara Occidental y Guinea Ecuatorial.

Localización de varios bidankoztarras en la Guerra del Rif.

Además, El Rif, que ya hemos indicado que se lo cedió Francia, era una zona de Marruecos donde predominan las montañas y donde había diversas tribus que se resistían a la dominación colonial, con lo cual, tampoco era ninguna perica en dulce. Es por ello que, ante los levantamientos que se producían en aquel protectorado, España respondía militarmente, y para ello necesitaba tropas, reclutas, y aquí es donde entramos en nuestra pequeña historia.

Como hacía falta soldados constantemente, se recurría a los quintos, a aquellos a quienes les tocaba realizar el servicio militar. Estos soldados no eran profesionales y eso llevó a que, en algunas ocasiones, se produjeran derrotas sonadas. Y es que aunque la denominada Guerra del Rif (o Guerra de Marruecos) se alargó desde 1911 hasta 1927, hubo periodos de mayor o menor intensidad en los enfrentamientos, y también victorias y derrotas. Y el hecho de haber elegido esta fecha para este artículo es porque en julio del presente año se conmemora el centenario del Desastre de Annual, una derrota estrepitosa de las tropas españolas. No sabemos si algún bidankoztar falleció en este episodio, pero sabemos que pocos meses después, unos cuantos andaban por aquellas tierras.

Raimundo García García, alias Garcilaso, director del Diario de Navarra, realizó un periplo por diversos acuartelamientos de Marruecos en 1922 y dio cuenta de los navarros que había en ellos, y estos son los bidankoztarras que encontró (su ubicación se señala en el mapa), aunque seguro que hubo muchos más: Benito Urzainqui Pérez [Kostiol] en el blocao de El Paso; Juan Mainz Salvoch [Aristu / Jimeno] en Kudia Rabta; Sor Paz Fernández (hija de un carabinero y nacida en Vidángoz) en Alcazarquivir; Antonio Hualde Mainz [Navarro / Txestas] en Bu Harrat; Y Ambrosio Mainz Salvoch [Aristu / Arriola] y Robustiano Urzainqui Pérez [Kostiol], ambos en Arcila (y en 1925).

Al menos todos estos soldados regresaron a casa, que no es lo de menos.

Investigando la oiconimia

Hace once años y medio que empecé a entrevistar a la gente mayor de Vidángoz con objeto de estudiar la oiconimia (los nombres de las casas) de  nuestro pueblo.

La segunda de aquellas entrevistas fue con Crisanto Pasquel, a quien tenía por alguien cercano, accesible, en parte por ser el abuelo de mi amigo Mikel. Desafortunadamente, para entonces su salud ya no era buena y cuando lo entrevisté tenía un día regular, pero con la ayuda de Luci el encuentro fue bastante fructífero. Casualmente, y como me ocurriría con algun@s otr@s de los mayores de Vidángoz que entrevisté, poco tiempo después de estar con él, falleció, como si tras aquella conversación ya hubiera cumplido con su cometido.

Crisanto en una grabación realizada en su casa en torno al año 2000

Como decía, Crisanto murió menos de dos meses después, justo la víspera de la primera reunión sobre el estudio de la oiconimia en el Pirineo navarro, estudio que coordinaba Juankar López-Mugartza, quien tuvo en Crisanto un estrecho colaborador en la realización de su tesis doctoral sobre la toponimia roncalesa  y cuyo recuerdo sobre el abuelo de Paskel podéis leer en la página 3 de este boletín.

Crisanto fue una de las fuentes más importantes que tuve en el estudio de la oiconimia, aportándome algunos nombres que prácticamente ningún otro mayor de Vidángoz recordaba o pudo decirme. Algunos de ellos, como casa Kanttero (casa hoy desaparecida que quienes conocieron denominaban casa Meltxor o casa vieja de Pelairea y que hoy es un huerto pegante a casa Montxonena), casa Orduna (nombre antiguo de casa Landa) o casa Murri (nombre que anteriormente recibía la también desaparecida casa Garín o casa Montes, junto a casa Xoko), solo los oí de él y de alguna otra persona mayor como Valentina Landa [Arriola / Landarna / Llabari] que contribuyeron a confirmar dichas denominaciones.

En otros casos, como casa Loperna (lo citaba Crisanto como uno de los nombres antiguos de casa Diego), casa Rotxena (según él, nombre antiguo de casa Garro) o casa Garatea (nombre que tendría antiguamente casa Remendia, antes llamada casa Matías), no hubo quien confirmara dichos nombres.

Sea como fuere, queda claro Crisanto fue de gran ayuda en este estudio sobre los nombres de las casas de Vidángoz.

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