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Recopilaciones de hemeroteca

En los cuatro primeros años de andadura de Bidankozarte presenté una recopilación de hemeroteca por año.

La intención era presentar diversas noticias relativas a Vidángoz en un periodo de tiempo recogidas en una publicación que imitara a un periódico, con sus secciones (Nacional, Local, Sucesos, Sociedad, Esquelas…), pero dando más información con apéndices de notas explicativas y la casa a la que pertenecía cada persona nombrada.

Las cuatro recopilaciones de hemeroteca publicadas hasta la época.

Empecé por el siglo XX y las noticias que di a conocer eran, básicamente, del Diario de Navarra, que era la fuente que entonces tenía a mano. Estos fueron los títulos que les di y los periodos que abarcaron: La Gaceta de Vidángoz (1900-1935), Susurros del Biniés (1936-1960) y El Eco de Austemendia (1961-1970).

Hacia 2014 tuve noticia de que se estaba digitalizando también El Pensamiento Navarro, y decidí no seguir de 1970 en adelante hasta que no tuviera esa fuente y otras que se pudieran sumar. Así que en 2014, en vez de seguir adelante en el tiempo, la recopilación de hemeroteca abarcó el periodo 1810-1900, si bien la mayoría de las noticias procedían de muy diversos medios de la segunda mitad del siglo. Este cuaderno llevó por título Heraldo de Vidángoz.

Si bien desde 2014 no ha habido más recopilaciones, he seguido recogiendo artículos de diferentes medios y espero en un futuro no muy lejano poder ofrecer alguna publicación más de este tipo. A ver para cuándo…

Una cooperativa de consumo en Vidángoz (1915)

Las cooperativas de consumo nos parecen una novedad, algo que está poco menos que de moda, pero lo cierto es que Vidángoz tuvo una organización de ese tipo hace ya más de un siglo, fue un pueblo pionero en la experiencia y, además, parece que fue todo un éxito. Lo que de momento no he llegado a saber es cuándo y por qué la cooperativa desapareció.

La cooperativa de consumo debió de ser promovida por el que fuera párroco de Vidángoz entre 1913 y 1919 Don Ausencio Jiménez, que hacia 1914 y probablemente influenciado en cierto modo con el inicio de la I Guerra Mundial, impulsó este proyecto para mejorar la vida de sus feligreses. Es de reseñar que en el breve periodo que estuvo Don Ausencio en Vidángoz (realmente 1913-1917, porque pasó la mayor parte de 1918 enfermo en Pamplona y a principios de 1919 cambió de parroquia) dejó huella, ya que siendo él párroco se procedió a reformar la Vicaría (casa parroquial) y se puso en marcha la cooperativa que aquí se trata. Era un cura de marcada ideología carlista en un pueblo que tenía fama de todo lo contrario (aunque hoy en día nos parezca inverosímil) que parece que supo ganarse la confianza de sus parroquianos.

Recorte de El Pensamiento Navarro del 18/05/1915

Recorte de El Pensamiento Navarro del 18/05/1915

Este invento impulsado por el cura se llamó Caja Rural Católica Agrícola de Vidángoz, y su objetivo era conseguir productor para sus socios a un mejor precio que el de mercado y, además, que los productos prácticamente llegaran hasta Vidángoz, sin tener que ir a buscarlos a larga distancia. Así, el primer (y de momento único) evento relacionado con la misma que he encontrado fue un concurso para la compra masiva de trigo, 18.200 kg nada más y nada menos, en enero de 1915, siendo Eusebio Pérez Urzainqui (Diego) su presidente.

Aunque no tenemos más datos sobre la misma, por lo que indican recortes de prensa del verano de 1915, visto el éxito de la cooperativa algunos pueblos del entorno se estaban planteando imitarla. La cooperativa era provechosa para todos sus partícipes pero especialmente beneficiosa para los menos pudientes, que veían algo aliviada su economía.

Por último, un artículo de prensa firmado por un tal Maricalda, da cuenta de que algún comerciante del pueblo se había puesto contra el párroco por fomentar esta sociedad. Nunca llueve a gusto de todos.

Lo mismo que con esta cooperativa, hay otros tantos asuntos desconocidos sobre nuestro pueblo, algunos que ya he encontrado y otros que aún estarán por aparecer, pero todos merecerán unas líneas para no perderse en el olvido.

Los recortes de prensa que mencionan la cooperativa de consumo se pueden consultar a continuación:

La ‘tormenta perfecta’ (8 de junio de 1915)

En los últimos tiempos, cada vez que sucede una tragedia relacionada con el clima tendemos a achacarla al cambio climático, o a que el río ya no está tan limpio como antes, o a cualquier otro motivo que esté de moda. Pero lo cierto es que en esto, como en tantas otras cosas, lo escrito en su día se encarga de dejar constancia de lo frágil de nuestra memoria.

El asunto que trataré en esta ocasión tuvo lugar al final de la primavera de hace un siglo, concretamente la tarde del 8 de junio de 1915. Aquel día concurrieron una serie de circunstancias que hicieron que cayera una tormenta inusualmente fuerte, dando lugar a lo que científicamente, y siempre a nuestra escala, podríamos denominar la tormenta perfecta.

Una tromba de agua arrasó Zeleia

Una tromba de agua arrasó Zeleia

La prensa de la época tardó tres días en publicar las primeras noticias al respecto y fueron más bien escasas. Es de suponer que sería la información que había sobre el suceso el día siguiente de ocurrir. Esas primeras informaciones, el Diario de Navarra indica que sobre las 4 de la tarde se desarrolló sobre los campos de la villa una tremenda tormenta, una formidable tromba de agua que rodó por la montaña arrasando y anegando una gran extensión. La vecina Manuela Glaría (Aristu) se encuentra desaparecida y se teme que fuera arrastrada por el agua. Los daños en los campos son de consideración.

El Pensamiento Navarro añade que el término donde se produjo es Zeleia.

Y El Adelanto, un periódico de Salamanca que se hizo eco de la noticia, daba cuenta también ese mismo día 11 indica que la manga de agua dejó en  destrozos difíciles de reparar, una casa derribada (de la que no tenemos noticias, se desconoce cuál pudo ser), y da a Manuela Glaría por arrastrada por las aguas y ahogada.

El Diario de Navarra del 13 de junio amplía la información: “A las cuatro de la tarde se desencadenó un furioso huracán y poco después descargaba sobre el alto de Estoci y Jabros la imponente tormenta, cayendo piedra, granizo y agua en tal abundancia que, de ocurrir eso más cerca del pueblo, habrían ocurrido muchas desgracias.

Las aguas se repartieron por las dos vertientes, hacia Igal unas y hacia Vidángoz otras, aminorándose gracias a esa división los destructores efectos”.

Con todo, parece que aún podía haber sido peor. Pero veamos el relato que dieron los testigos presenciales sobre lo sucedido:

Los vecinos que vieron iniciarse el torrente dicen que parecía que bajaba una montaña de agua arrastrando maderos, ramas, peñascos, tierra, etcétera.

Esa montaña de agua arrastraba cuanto hallaba a su paso y así se explica el que en breves instantes desaparecieran setos naturales y artificiales, muros de contención y roca que defendían a los campos situados a ambos lados del barranco”.

En resumen, lo que hoy vendríamos a denominar un tsunami, solo que lejos del mar.

Testimonio sobre lo ocurrido, en El Pensamiento Navarro del 13/06/1915

Testimonio sobre lo ocurrido, en El Pensamiento Navarro del 13/06/1915

En cuanto a las desgracias personales, sobre Manuela Glaría, dice el artículo que “se encontraba escardando en una finca, debió guarecerse debajo de unos árboles en las inmediaciones del barranco donde fue sorprendida por la terrible é impetuosa corriente”.

Posteriormente el artículo añade que “merced a las disposiciones dadas por el juzgado se ha logrado encontrar y recoger el cadáver de la desventurada Manuela Glaría, a nueve kilómetros de distancia del lugar en que la tormenta sorprendió a la mujer”.

La pobre Manuela Glaría, viuda y de 74 años, habría aparecido, pues, por las indicaciones que se dan, más o menos en Sagarraga. Pero parece que no fue la única persona por cuya vida se temió. El relato del suceso culmina de la siguiente forma: “En el pueblo se temía por la muerte del vecino Santiago Urzainqui, de 74 años de edad, y cuando se le creía víctima de la horrorosa tromba, ha llegado sano y salvo al pueblo, causando la alegría de sus convecinos y especialmente de la familia”.

Santiago Urzainqui (Kostiol), casualmente quinto de la difunta Manuela Glaría, corrió mejor suerte que aquella y pudo salvar la vida.

El Pensamiento Navarro del 14 de junio viene a hacer una descripción similar a la del Diario de Navarra, que solo añade que “otras muchas personas, vieronse en peligro, pero gracias a su agilidad pudieron librarse de una muerte segura”.

En resumen, pues, una tragedia que pudo haber sido más, y que, además de una víctima mortal, dejo cuantiosos daños en los campos y una casa derrumbada que no he conseguido identificar de momento.

Una jornada aciaga pero, como veremos en el próximo número de Bidankozarte, no fue la única desgracia que hubo que lamentar en aquel 1915…

Para terminar, los enlaces a los recortes de prensa completos sobre este asunto:

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