Comenzamos la segunda ronda de casas volviendo al barrio de Iriburua y a la que, tradicionalmente, era la segunda casa del mismo en los listados: casa Landarna.
La terminación –RNA (o –ENA en otros casos) implica en Euskera posesión. Tradicionalmente, se añadía una de estas dos partículas al nombre, apellido o apodo del propietario de la casa y así quedaba configurado el nombre de la casa. Si dicho nombre terminaba en vocal, como es el caso que nos ocupa, “Landa”, se añadía –RNA, resultando en este caso Landarna. En caso de acabar en consonante, como por ejemplo “Montzon”, se añadía –ENA, quedando en este otro caso Montzonena (actualmente pronunciado Montxonena).
De esta forma, si elegimos cualquier nombre de casa de Vidángoz que termine en –RNA o –ENA, podríamos saber en unos casos de qué apellido o nombre proviene (Landa, Montzon, Hualde…) y, en otros casos, nos tendremos que conformar con hacer conjeturas acerca de a qué hace referencia el nombre que va delante de la partícula posesiva (Pexen, Zinpinta…).
El origen de este nombre, pues, parece claro, unido al apellido Landa. Y, en efecto, ya en el apeo de población de 1646 vivía en la segunda casa de Vidángoz Juan Landa y la misma persona (o alguien con el mismo nombre) sigue figurando como propietario en el apeo de población de 1677, con lo cual parece claro que, al menos desde aquella época, se denominaría a esta casa Landarna.
En el siguiente apeo de población realizado, en 1726, el propietario de esta casa es un tal Ignacio Yrigaray, si bien no he podido contrastar si éste está emparentado con los Landa anteriormente citados. En cualquier caso, desde el citado Ignacio Yrigaray hasta Daciano Ezquer, la sucesión fue por vía familiar. Curiosamente, Daciano Ezquer se casó, casualmente, con Valentina Landa, si bien el apellido de ésta nada tendría que ver, en principio, con el de los que daban nombre a la casa.
En cuanto a lo que nos dice el aspecto exterior de la casa, completamente cubierto de cemento en dos de sus cuatro caras, poca información se puede obtener, pero alguna idea se puede aventurar. Es más que probable que la puerta original de la casa fuera la que está en el rekarte entre casa Landarna y casa Diego, por un lado por estar orientada al sur (cuando todavía no existía el término «ahorro energético«; la cara Sur de una casa siempre es menos fría que la cara Norte), porque la piedra de los laterales de esa entrada sur está trabajada y porque prácticamente la puerta principal de ninguna casa daba a la calle Mayor, seguramente por ser en un tiempo el paso habitual del ganado, con todo lo que ello conlleva.
Por otro lado, la esquina de la casa que hay en la calle mayor en el lado más próximo a casa Diego nos da más pistas. Pistas como que la casa anteriormente habría tenido un piso menos que en la actualidad, o bien que en algún momento la casa sufrió algún incendio o algún derrumbe que obligo a reconstruir la casa. De hecho, como se puede observar desde la calle Mayor, las piedras de la fachada no se ensamblan con las de la esquina, lo que podría corroborar una reconstrucción, hecho que también apoyaría el hecho de las numerosas ventanas de madera que hay en la casa, en contraposición con los marcos de ventana de piedra convencionales.
Por último, señalar que, oculta entre las piedras de la fachada sur, hay lo que en tiempos habría sido una bonita ventana en forma de hornacina (sobre estas líneas), pero que, en su día, alguien debió preferir tapiar.