Si hablamos de la gastronomía de la zona, tres son los pilares básicos sobre la que gira toda ella: El queso, las migas y todos los derivados del cordero (Calderete, costillas y chilindrón).

El queso de Roncal

El secreto de un buen queso lo conoce muy bien el roncalés porque lo lleva escrito en la sangre. La forma de elaboración es artesanal y constituye una tarea y un rito celosamente guardados en tradiciones no escritas que se transmiten de padres a hijos desde tiempos inmemoriales. En su composición no entran elementos ajenos a la leche, el cuajo y la sal, de manera que nunca ha perdido su sabor y aroma característicos. El resultado es un producto de formato cilíndrico, bien cortezado, compacto y de corte frágil y corto, cerrado pero salpicado de pequeños orificios de tipo regular. De color blanco marfil, tirando a amarillo pálido, posee un sabor recio, pronunciado, ligeramente picante, muy definido y mantecoso al paladar.

En Vidángoz hay una quesería que elabora este preciado producto, Onkizu, donde, además del queso se puede adquirir gaztazarra y requesón.

Migas de pastor

Las migas que han sido desde tiempos inmemoriales el alimento fundamental y casi único de los pastores y almadieros roncaleses. Sus ingredientes, son el sebo, agua, sal y pan.
Hay que prepararlas en el momento con un breve rescoldo de brasa, sin que se enfríen mientras se comen.
Es plato parece sencillo, pero no todos las saben hacer y cada uno tiene su gracia especial.

Dicen que lo principal es el corte de las migas. El pan debe ser “cabezón” y a ser posible de cuatro días atrás, como mínimo. Han de cortarse cuanto más finas mejor, si el corte se hace de víspera, se humedecen ligeramente y se envuelven en un trapo.
Se hacen a fuego lento, que nunca debe ser fuerte, aprovechando la brasa para mantenerlas calientes mientras se comen.
En la actualidad se han incorporado nuevos ingredientes, como el tocino, el jamón, longanizas, aceite de oliva, salsa de tomate, que desvirtúan, en principio, su sabor original. Sólo las setas de primavera añaden un punto especial.
Si se quieren más detalles, o su receta, lo mejor es preguntar a un lugareño que seguro les dará todo tipo de información.