Historia de la Bajada de la Bruja

Corría el verano de 1982 en Vidángoz, y por la cabeza de Ignasi Doñate, catalán que llevaba varios años veraneando en Vidángoz, había un run-run. En las fiestas de los años anteriores, Ignasi había observado que algunos mozos llevaban blusas en las que aparecía el dibujo de una bruja. Preguntado el por qué, le explicaron que según la tradición oral, Vidángoz era pueblo de brujas. De hecho, los habitantes de Vidángoz son apodados como “brujos”. El caso es que, ese verano, a Ignasi se le ocurrió que para comenzar las fiestas podía hacerse un acto que recordara esa tradición brujeril de Vidángoz.

Con esa idea en la mente, empezó a movilizar a los bidangoztarras y así se creó la Maruxa que había de volar en esa primera “Bajada de la Bruja”, así como el mecanismo por el que había de hacerlo, se confeccionaron los primeros trajes para los brujos que habían de acompañarla y se buscó música con la que ambientar el acto (Lluis Llach y Benito Lertxundi) y demás detalles necesarios. La idea de que el personaje central fuera una mujer, la bruja Maruxa, quería reivindicar el papel de la mujer en la sociedad, que estaba relegada a un segundo plano en aquel momento.

Y siguiendo el guión orquestado por Ignasi, con voluntad, y, sobre todo, con mucha ilusión, a finales de agosto de 1982 tuvo lugar la primera Bajada de la Bruja, y, en aquel momento, seguro que ni siquiera los más optimistas pensaban que fuera a ser un acto que se consolidaría con el paso de los años. Con el tiempo, el acto ha ido evolucionando, han cambiado tanto la Maruxa que llega volando como la que aparece en carne y hueso, también lo ha hecho la indumentaria de los brujos,  ha variado parte de la música y se han introducido nuevos elementos (txalaparta en directo, “akerrak”, “sorgin dantza”…), pero el espíritu de la Bajada de la Bruja ha seguido siendo el mismo.

Así han ido pasando los años y Maruxa ha acudido todos los años, sin excepción, puntual a su cita a finales de agosto en Vidángoz y nos encontramos bien entrado el siglo XXI y con más de 30 ediciones de la Bajada de la Bruja en las espaldas… y las que vendrán.