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Ezpelarena

Se tratan en el artículo de la parte derecha de esta página varios topónimos que hoy en día no se conocen y que, en muchos casos, ni sabemos ubicar físicamente.

Hay uno de ellos que hace tiempo que atrae poderosamente mi atención por diversas razones, y no es otro que Ezpelarena.

Ezpelarena, término en el que abundan los bojes.

Lo primero es por su propio significado: Ezpela (boj) + rena (lo/el del), esto es, lo del boj o, si lo preferimos, el bojeral o la bojaquera. Como si solo hubiera un monte lleno de bojes en Vidángoz. ¿A cuál se refiere? ¡Adivina!

Bien, pero este monte o parte en un monte tenía algo de especial, y es que era uno de esos montes como Marikalda en los que el Ayuntamiento repartía quiñonicos para que todos los vecinos pudiera aprovecharlos, y el caso es que en Ezpelarena se hacía eso hasta hace poco más de cien años por lo menos.

Por suerte, hace poco he encontrado un documento notarial de 1752 que nos ayudará a localizar dónde estaba este término. Se trata de un censo otorgado por Domingo Urzainqui (de Vidángoz) en favor de la capellanía de Don Pedro de Lecumberri (de Burgui) y entre los bienes que se mencionan como fianza, hay “un campo en Osse (Orse) que afronta con el bedado de Ezpelarena y con cañada”. Bueno, con esto ya nos podemos hacer una idea de dónde se encontraba este término, Ezpelarena, y pensar que es parte de lo que hoy denominamos Seseta, seguramente en su parte más cercana a Mintxarena, Sasari e Igariarena.

Subasta del horno y la herrería municipales (1862)

Hace 150 años, en 1862, también debían de correr malos tiempos en lo económico. Cómo de mal, cómo de arruinado estaría el estado, cuando decidió desamortizar los bienes municipales y clericales, como forma de “hacer caja”.

Realmente este proceso, conocido como desamortización de Madoz (el ministro de Hacienda de aquel momento), se inició en 1855, pero la venta de los bienes expropiados se alargó hasta finales de siglo.

Descripción del horno en el expediente para la subasta

Descripción del horno en el expediente para la subasta

El caso es que en el otoño de 1862, el Boletín Oficial de Ventas de Bienes del Estado en Navarra subastaba el horno y la herrería de Vidángoz. Tanto estos bienes como el molino se mantuvieron en manos de bidangoztarras, y se trató de preservar su uso común para todos los vecinos.

El molino no figura en la mencionada subasta de 1862 porque se había vendido anteriormente, en 1859. En este caso no fue una subasta del estado sino una venta particular del ayuntamiento, según parece, haciendo una triquiñuela para asegurarse de que el molino quedara en manos de los bidangoztarras. Decía el ayuntamiento que el molino amenazaba ruina y no se contaba con los recursos para arreglarlo y, además, había que hacer frente a una deuda relativa al mismo. Se tasó y licitó en subasta, siendo el comprador fue Diego Pérez (Diego), que en otro documento inmediatamente posterior al de la compra del “molino arinero, los montes o pacos de Maricalda, Seseta, Vilasco, Ygariarena y paco de Ansegurnea o Abetal”, deja constancia ante notario de que fue ayudado por una serie de personas (menciona a los que son, seguramente, todos los cabeza de familia de Vidángoz) y por ello quedan con derecho a usarlo.

Expediente relativo a la herrería

Expediente relativo a la herrería

Algo similar sucedió con la herrería, comprada en la subasta de 1862 por Mariano Mendigacha (Mendigatxa), y que dispuso en escritura pública en 1877 que lo cedía para uso del vecindario de Vidángoz a condición de que se mantuviera con uso de herrería.

Y por último, los hornos fueron adquiridos en 1877 por Braulio Urzainqui (Txestas), que al igual que los bienes anteriormente mencionados, se disfrutaban en régimen común.

Así, podría decirse que la desamortización de Madoz vino a ser el punto de partida de la Sociedad del Molino y Fincas Anejas, cuyas tres propiedades principales vinieron siendo las descritas en este artículo… si no fuera porque la mencionada Sociedad se constituyó formalmente en 1906, casi medio siglo después de los hechos descritos.

De lo ocurrido en ese periodo y de otros acontecimientos relativos a la Sociedad del Molino hablaremos más largo y tendido en otra ocasión.

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