El topónimo de esta ocasión es bastante conocido también, ya que hace referencia a una zona situada dos o tres kilómetros al Sur del pueblo, al lado del río Biniés, en la que unas cuantas casas de Vidángoz (Jimeno, Ornat, Diego…) tienen o han tenido huertas.
Y es que el significado de Baraku probablemente esté ligado a ese uso, al de huerta, que en Euskera se dice “baratze”. Así, Baraku no significaría otra cosa que bara(tze) (“huerta”) + –ku (sufijo), “(zona) de huerta”.
Otra de las posibilidades que apuntan los entendidos es que Baraku sea una evolución lingüística de Ibarraku, Ibarra– (“valle” o “vega”) ”) + –ku (sufijo), “(lo) del valle” o “(lo) de la vega” del Biniés en esta segunda acepción. Este significado también tendría su sentido.
Una tercera posibilidad, que explica el uso de la partícula “bara” o “baratze” en sitios donde no parece factible una huerta (por ejemplo el monte Barazea o Pico de los Buitres [y también conocido como Barakoa], cerca de Lakartxela), haría referencia al verbo vasco baratu, que nominado sería baratze, y con el significado de “detenerse, descansar”, en referencia a sitios usados antiguamente como enterramientos, si bien parece que en nuestro caso, Baraku encaja mejor con las dos primeras propuestas.
Dejando de lado el significado, y además de las huertas, Baraku es conocido por su puente, que ya aparece citado en un documento notarial de 1675, luego es, o al menos había puente, bastante anterior a la carretera que ahora pasa por encima de él.
Para terminar, una pequeña copla en la que se hace referencia a este topónimo, que se cantaba cuando se eligió hacer la carretera a Burgui antes que la de Igal: “Carretera de Vidángoz, carretera mal pensada: los de Txestas a Baraku y los de Burgui a Sagarraga”.
Baraku, sus huertas y su puente, otro paraje con historia.