Por estas fechas pero hace cinco siglos, exactamente el 30 de junio de 1521, se produjo una batalla que se suele señalar como clave en el proceso de conquista castellana de Navarra.
En aquel año de 1521, varios factores habían propiciado el tercer intento de los navarros por reponer en el trono a su rey legítimo, que ya no era Juan III de Labrit, quien lo había perdido en 1512, sino Enrique II, su hijo. Del lado castellano, tampoco estaba ya Fernando el católico (que solo era rey de Aragón, pero que había dirigido de facto el reino de Castilla desde la muerte de su mujer), a quien había sucedido un joven Carlos I.
El caso es que, aprovechando la retirada de parte de las tropas castellanas que controlaban Navarra para sofocar la Rebelión de los Comuneros en Castilla, se produjo un levantamiento generalizado en Navarra, no solo ya en el bando agramontés, sino también entre los beaumonteses descontentos con la deriva que había tomado el proceso de conquista.
A esto hay que sumarle que, con tal de intentar crearle problemas a Carlos I, Francisco I, el entonces rey de Francia y archienemigo del rey castellano, ofreció su apoyo en esta empresa al rey navarro, enviándole parte de sus tropas de élite, que eran lo mejor de Europa en aquel momento.
Los legitimistas consiguieron recuperar prácticamente toda Navarra en muy poco tiempo, pero el ejército castellano, tras aplastar la revuelta comunera, regresó a Navarra a intentar restaurar su orden. Tras varios episodios, llegó el enfrentamiento crucial que se produjo el 30 de junio en Noáin y que supuso un punto de no retorno en las ansias navarras de recuperar la independencia al ser derrotados los fieles a Enrique II.
En la batalla, participaron activamente algunos bidankoztarras, varios de los cuales figuran entre los cerca de 200 navarros excluídos del perdón general que otorgó Carlos I en 1523, apartados de esa concesión precisamente por haber participado en el citado enfrentamiento. Son Petri Andrés, Remón Pérez y Remón Pérez (sí, dos Remón Pérez). Y, tal vez, también, Sancho Andrés, de quien solo se menciona que es del valle. Son parte de los 17 roncaleses que pagaron cara su lealtad a sus reyes legítimos.