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Casas almadieras de Vidángoz en 1917

Mañana se celebra el Día de la Almadía en nuestro vecino pueblo de Burgui. Las almadías son parte de la historia no ya de Burgui y del valle de Roncal, sino que también lo es de otros valles pirenáicos, tanto navarros como aragoneses y catalanes. Así, y aunque para el que visite Vidángoz le pueda resultar sorprendente, por el Biniés, por el río de Vidángoz, también bajaban almadías, y no de manera esporádica o casual…

Una almadía en la Pechera, el punto por donde el río Biniés abandona Vidángoz

Hace 100 años concretamente, los bidankoztarras bajaron por los ríos 191 almadías, que se dice pronto. A este respecto, por un lado, hay que tener en cuenta que no todos los troncos se sacaban al río Biniés, por no ser el que más cerca quedaba de la explotación, y, por otro, también hay que considerar que a veces los bidankoztarras hacían «aprovechamientos forestales» fuera del término municipal de Vidángoz y bajaban almadías por el río que más cerca les tocara.

Tal era la actividad almadiera de Vidángoz que durante el 1º tercio del siglo XX funcionó en nuestro pueblo una Sociedad de Almadieros que agrupaba a los maderistas de la villa. Gracias a un documento de 1917 podemos saber con detalle qué casas integraban la Sociedad en aquel momento y cuántas almadías bajaron durante aquel año. La relación de las mismas, en orden de mayor a menor producción almadiera, es la que sigue: Garro 14, Arguedas 12, Pantxo 12, Txantxolit 11, Hualderna 10, Jimeno 8, Lixalte 8, Aristu vieja 7 (es Doroteo Jimeno, natural de Llabari), Juanko 7, Llabari 7, Mendigatxa 7, Xereno 7, Gaiarre 6, Ornat 6, Paskel 6, Txestas 6, Zinpintarna 6, Artutx 5, Danielna 5, Makurra 5, Matías 5, Paxapan 5, Antxon 4, Arotx 4, Larranbe 4, Montxonena 4, Santxena 3, Diego 3, Algarra 2, Lengorna 2.
Un total de treinta casas de Vidángoz que, en mayor o menor medida, participaban de la actividad almadiera. Sorprende ver en el listado algunas casas que  seguramente contaríamos por ganaderas, pero hay que tener en cuenta que, entonces como ahora, tampoco era mala idea diversificar el negocio.

Vidángoz en 1917

1917 no fue un buen año en lo demográfico para Vidángoz: nació menos gente (diez) que la que murió (trece), y si a esto le añadimos los que habrían emigrado, ya que en aquellos años muchos pusieron rumbo a Argentina, podemos concluir fácilmente que la población disminuyó aquel año. Al escaso número de nacimientos (la media en la década de 1910 fue de casi catorce nacidos/año) y a la emigración habría contribuido, probablemente, la I Guerra Mundial que estaba en curso. En el número de defunciones, tal vez también, ya que habría escasez de recursos. Sea como fuere, fallecieron en aquel año trece personas, cuando la media anual de aquella década fue ligeramente superior a ocho. En el capítulo de bodas, mal año también, con solo un enlace celebrado por los 3,5 matrimonios de media de la década de 1910. Pasemos a conocer los nacidos, casados y fallecidos en aquel año, en orden cronológico, así como sus casas de origen y destino.

Abundio Sanz Sanz [Danielna]

En 1917 nacieron Veremundo Artuch Urzainqui [Maisterra], Abundio Sanz Sanz [Danielna], Anastasia Artuch Jimeno [Largotena], Prudencio Landa Arguedas [Arotx], Domingo Hualde Gayarre [Pelaire], Dionisio Mainz Landa [Mux], Norberto Juanco Pérez [Paxapan], Casta Sanz Hualde [José María], Esteban Sanz Urzainqui [Arguedas] y N. Pérez Sanz [Santxena].
De estos diez nacidos, como en cualquier año, hubo de todo un poco: El de Santxena no llegó ni a tener nombre, murió al poco de nacer, y tampoco vivieron mucho Prudencio (falleció con poco más de cuatro meses de edad) y Casta (primogénita de casa José María y que vivió poco más de dos años). Cuatro de ellos fueron primogénitos en su casa (Veremundo, Abundio, Domingo y Casta), pero ninguno de ellos fue el que la heredó o siguió en la misma (Veremundo falleció en la Guerra Civil, Abundio se hizo religioso, Domingo se marchó a América y Casta falleció con solo dos años). Por último, señalar que la única mujer de la quinta que llegó a adulta lleva camino de llegar a ser centenaria (cumplirá un siglo el próximo 21 de abril), siguiendo los pasos de su madre, Donata Jimeno Ornat [Garro / Largotena], que ya alcanzó ese hito el 7 de agosto de 1991, tal y como recordábamos en el número 20 de Bidankozarte.

Félix Pasquel Salvoch [Paskel] y Tomasa Ornat Arguedas [Algarra/Paskel], único matrimonio que se formó en 1917.

En el capítulo de bodas, solo tenemos el enlace entre Félix Pasquel Salvoch [Paskel] y Tomasa Ornat Arguedas [Algarra / Paskel], que dio como fruto seis hijos.
En cuanto a los fallecidos, en 1917 perdieron la vida Francisca Pérez Mendigacha con 83 años [Antigua Mailusa, actual Casa Consistorial], Juana Monzón Juanco con 74 años [Monxon / Artutx], Felipa Mayo Urzainqui con 16 años [Rakax], Ciriaco Landa Urzainqui con 2 años [Arriola], Juana Miguela Mendigacha Aroza con 73 años [Maizena], Eladio Urzainqui Pérez con 7 meses [Kostiol], Gregoria Glaría Mayo con 88 años [Llabari], Prudencio Landa Arguedas con 4 meses [Arotx], Marcos Urzainqui Aroza con 69 años [Pantxo], Pedro Hualde Jiménez con 28 años [Pelaire], N. Pérez Sanz con 0 días [Santxena], Domingo Mainz Artuch con 67 años [Artutx / Molena] y Francisca Guinda Gárate con 62 años [Kurllo / Gaiarre]. Cabe reseñar que, quitando los cuatro niños fallecidos (cifra habitual en aquellos tiempos), solo dos de los otros nueve (Felipa y Pedro) fallecieron a una edad temprana para aquellos tiempos, los otros siete podríamos decir que llegaron a viejos, Gregoria incluso llegó a rozar los 90 años, que para aquellos tiempos era como ser centenaria en nuestros días.
Pues todo esto sucedió en el Vidángoz de 1917.

El Anuario del Comercio y la Industria de 1915

Cuando nos ponemos a investigar en el pasado de Vidángoz es relativamente fácil encontrar que tal o cual persona realizaba un oficio o cargo determinado. Incluso para los últimos 100 años podríamos saber la mayoría de los oficios no habituales, entendiendo con esto los que no eran ganaderos, agricultores o almadieros.

Pero hay veces que necesitamos saber en un momento preciso de la historia quiénes ostentaban determinados cargos, quiénes se encargaban de unos trabajos concretos, etc… y eso no siempre es posible.

El caso que nos ocupa en esta ocasión es el Anuario del Comercio y la Industria de 1915, donde, además de los que desempeñaban las distintas actividades económicas de nuestro pueblo, aparecen también varios cargos públicos.

Las 17 personas que se mencionan en el documento son las siguientes:

  • Fernando Aizagar Arnalda (Longás [Aragón] / Aizagar) tenía el oficio de carpintero, pero en aquel momento, además, desempeñaba el cargo de juez municipal;
  • Víctor Elizalde Ederra (Isaba / Elizalde) compaginaba los trabajos de carpintero con el trabajo de molinero;
  • Sebastián Fuertes Sanz (Xapatero) figura como maestro albañil y cantero;
  • Bernardo Goyena Aznárez (Oronz / La Herrera) era el herrero;
  • Ausencio Jiménez (¿¿¿??? / Vicaría), el párroco;
  • Luis Mainz Villanueva (Navarro) consta como uno de los propietarios principales;
  • Pedro Antonio Mayo Landa (Uztárroz / Rakax) es otro de los propietarios principales;
  • Marcelino Ornat Jimeno (Ornat / La Santa) figura como maestro de albañil;
  • Eusebio Pérez Urzainqui (Diego) era otro de los propietarios principales;
  • Fermín Pérez Artieda (Paxapan / Txestas) aparece como cantero [albañil];
  • Modesto Pérez Sanz (Laskorna / Landarna) ejercía de cartero (de correo);
  • Cecilio Sanz Hualde (Landarna / Santxena), además de propietario principal, figura como dueño de una posada y de una abacería (tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc…);
  • Evaristo Urzainqui Salvoch (Lengorna) ejercía de fiscal municipal;
  • Martín Urzainqui Gárate (Ferniando) completaba el grupo de los propietarios principales;
  • Miguel Urzainqui Arguedas (Arguedas / Artutx) portaba la vara de alcalde en aquel año 1915;
  • Francisco Zubiri Izal (Ezcároz / tal vez La Herrera, o parte de casa Iriarte) ejercía de secretario del ayuntamiento y también del juzgado municipal;
  • Mamesa Zurita Carrión (Estepiñán [Huesca] / Secretario) era la maestra para ambos sexos de la escuela nacional;
Portada del Anuario de 1915 de La Rioja

Portada del Anuario de 1915 de La Rioja

De todo lo que acabamos de leer se pueden realizar varias apreciaciones: Salvo en el caso de los albañiles/canteros, parece todos los “profesionales liberales” venían de fuera: los carpinteros no eran naturales de Vidángoz, el herrero tampoco, ni el molinero, ni el secretario, ni la maestra… es algo que, hasta hace 100 años era relativamente habitual, y que en ese momento estaba empezando a cambiar (posteriormente hubo carpinteros, molineros, maestras, etc… de Vidángoz).

Por otro lado, resulta cuanto menos curiosa la mención que se hace a los propietarios principales, señalando, al parecer, a los que más tierras y ganado tenían. No obstante, las 4 de las 5 casas mencionadas (Navarro, Rakax, Santxena y Ferniando) ya eran 4 de las 5 casas más pudientes en Vidángoz 32 años antes, en 1883, y parece que mantenían poderío, que les venía principalmente de la posesión de grandes ganados. El caso de casa Diego no está claro que fuera así, ya que aunque en 1883 estaba bien colocada en la clasificación económica de casas de Vidángoz (8ª), era la primera de las casas que no tenían ganado en aquel momento. En 1915 parece que la casa no vivía del ganado (Severo Pérez Arriola, hijo del mencionado Eusebio que heredó la casa, ejerció principalmente de almadiero durante su vida), si bien en otros momentos de la historia también se había quitado el ganado en la casa y luego se había vuelto a poner.

En casa Santxena ya en aquel entonces se podía hacer la compra y dormir y, aunque no se menciona, seguramente también sería el estanco y funcionaría como taberna, siendo un centro social importante.

Por último, y como curiosidad, señalar que en la actualmente conocida como casa del Secretario no vivía el que ejercía ese cargo, sino la maestra con su familia. El secretario municipal residía, seguramente compartiendo casa, en casa Iriarte, casa Elizalde o casa de La Herrera.

Bueno, pues aquí queda esta curiosa radiografía del Vidángoz de hace un siglo.

Casa Kostiol

La casa que nos ocupa en esta ocasión es casa Kostiol, sita en el barrio de Iribarnea. Una casa reformada hace pocos años que no nos deja ver cómo era anteriormente, si bien esto tampoco podía  verse antes de la última reforma.

Poco podemos decir, pues, del pasado de esta casa por su actual aspecto exterior. Actualmente su puerta principal da a la calle Ecuador, pero la puerta antigua (que, como en la mayoría de las casas, daba acceso a la cuadra) estaba situada en el callejón que separa casa Kostiol de casa Txantxolit. La puerta, al igual que la mayoría de las puertas originales de las casas, no daba a la calle principal salvo en contados casos. Así, en la propia calle Ecuador prácticamente todas las casas cumplen este patrón: casa Pantxo, casa Ornat, casa Maizena, casa Secretario, casa Santxena… Solo faltan a la regla casa Arbizu y casa Ferniando, y en el caso de esta última puede ser que la casa tuviera su acceso original en el callejón que la separa de casa Ornat, y tal vez con la reforma de 1841 (que se indica en su fachada actual) cambiara y se reubicara la puerta principal de la misma.

Fachada actual de casa Kostiol

Fachada actual de casa Kostiol

Por otra parte, la parte Oeste de la casa, la que da al río, debió de ser en su día un añadido a la casa, que con el tiempo terminó formando parte de la misma. Esta parte de casa Kostiol que hace de embudo en la travesía de Vidángoz fue motivo de controversia cuando se construyó esa carretera, ya que algunos pedían que se eliminase esa parte de la casa en beneficio del bien común, tal y como se había realizado con un casal de casa Santxena o con la desaparecida casa Cosme (casa Pelairea antigua), pero en esta ocasión el dueño de la casa (y alcalde de la villa en aquel momento) y el pueblo no llegaron a un acuerdo en cuanto a la contraprestación por prescindir de ese trozo de casa y ésta se quedó como estaba.

Por lo que al nombre de la casa respecta, casa Kostiol, poco podemos decir al respecto. Por lo que comentaban en la propia casa, la casa debía de tener un nombre euskériko cuyo significado haría referencia a su situación próxima al río, pero no se pudo precisar si tenía algo que ver con Kostiol o era una palabra del todo diferente. Sea como fuere, lo cierto es que desconocemos el origen del nombre Kostiol y, al contrario que en algún otro caso, tampoco tenemos pistas acerca de su significado. Seguramente se deba al apodo que daban a alguno de la casa. Una posibilidad sería que Kostiol estuviera relacionado con el antiguo oficio de costiero, que no era otra cosa que un guarda de montes, si bien no tenemos ninguna base para afirmar que esto tenga sentido. Aparte de esta posibilidad, tal vez Kostiol tenga su origen en una palabra euskérika, pero buscando palabras con grafía similar no aparece ninguna que se empleara cerca de nuestras tierras ni cuyo significado tenga sentido relacionarlo con el nombre que nos ocupa.

En cuanto a la historia de casa Kostiol, fue una casa ganadera al menos desde la segunda mitad de siglo XIX, siendo la sexta casa en número de cabezas de ganado en el catastro de 1883, ranking que encabezaban en aquel momento casa Santxena, casa Rakax y casa Ferniando. Pese a ese poderío ganadero, paradójicamente, a mediados del siglo XX pusieron en marcha junto con los de Hualderna la primera serrería de Vidángoz (la primera si no tenemos en cuenta el aserradero con el que contaba el molino).

El Sagrado Corazón de Jesús, en la fachada de casa Kostiol

El Sagrado Corazón de Jesús, en la fachada de casa Kostiol

Ese potencial, tanto económico como social, que suponía el tener ganado tuvo su influencia en la política familiar de casa Kostiol durante varias generaciones en las que los naturales de la casa eran emparejados con los hijos de casas pudientes en su día: Larrambe, Txestas, Diego, Santxena… Tal vez este potencial también tuviera cierta influencia en el hecho de que casa Kostiol haya sido una de las pocas casas que ha tenido 2 alcaldes en Vidángoz a durante el siglo XX, Ángel Urzainqui Urzainqui y su hijo Robustiano Urzainqui Pérez, si bien en la época en que gobernó el primero el cargo de alcalde rotaba prácticamente cada año.

Es de reseñar también el hecho de que, al menos en las 5 generaciones anteriores a Mª Asun Urzainqui la transmisión se realizó a través de hijos varones de la casa, manteniéndose el apellido Urzainqui al menos desde 1798. Con anterioridad a esa fecha, todavía no lo he podido confirmar, pero en no mucho tiempo terminaré de completar la transmisión de la mayor parte de las casas de Vidángoz hasta el año 1726, con lo cual en muchos casos podremos remontarnos en la historia de cada familia hasta 10 generaciones.

El hecho de heredar la casa el hijo varón o el primogénito es una creencia que tenemos fuertemente arraigada, pero que, al menos en Vidángoz (aunque es de suponer que en el resto de pueblos de nuestro entorno sucediera de forma similar) está tan plagada de excepciones que hace dudar de que fuera una regla en sí. En muchos de los casos que hemos tratado hasta ahora en este apartado se ha podido constatar que tal o cual casa fue heredada en una o en varias generaciones por una hija, en muchos casos habiendo un hijo varón (a veces incluso mayor en edad a la hija) en disposición de heredar. Y también falla bastante la regla de que había de heredar el primogénito, y es que en muchas ocasiones un hijo o hija menor pero a ojos de sus padres más capacitado para hacer perdurar la casa (ése era el objetivo final: que la casa y su hacienda se mantuviera) era el elegido. Eso, o que al hermano mayor se le había conseguido un buen partido y pasaba a otra casa, que a los hijos había que irlos colocando en la medida de lo posible…

Para terminar, y a modo de curiosidad, señalar que casa Kostiol fue la primera casa de Vidángoz en disponer de televisión.

Riqueza agraria de Vidángoz en 1613

Por estas fechas pero hace 4 siglos, el 16 de septiembre de 1613, llegaba a Vidángoz un escribano real (un notario de la época) enviado por el Reyno con objeto de conocer y tomar nota de las tierras y ganados que poseía cada vecino y el valor de las mismas. Todo ello a efectos de posteriores impuestos, que era lo único que interesaba (para variar) a los mandatarios del momento. Otro emisario había pasado el año anterior, en 1612, dando cuenta del valor de las casas que tenía cada vecino del pueblo. Y en esta ocasión, tocaba sacar cuentas de la riqueza agraria (tierras y ganados) de Vidángoz, con lo que podemos hacernos una idea de cómo y de qué vivían los bidangoztarras 400 años atrás.

Rebaño de ovejas en Vidángoz (Arguedas)

Rebaño de ovejas en Vidángoz (Arguedas)

Y es que, hace cuatro siglos Vidángoz ya contaba con 72 casas y, casa arriba casa abajo, el número ha permanecido prácticamente inalterado hasta hace un par de décadas. Por ello, los que han conocido Vidángoz con casi todas sus casas llenas podrán comparar si desde 1613 el modo de vida había cambiado mucho.

Si bien hay unas diferencias abismales entre la casa más pudiente y la menos, intentaré dar unos datos generales sobre aquello. Quien más quien menos, hace 4 siglos todas las casas de Vidángoz tenían sus tierras para trabajar, siendo la superficie media de 21 robadas, algo menos de dos hectáreas. Casi 3 de cada 4 casas tenían un animal de tiro o de carga (un rocín, que es un caballo de trabajo, o un macho (mulo) o un jumento (que es como denominan en aquel documento a los burros)) y una vaca. Casi en el 50 % de ellas había un buey y también la mitad de las casas tenía ganado lanar, esto es, ovejas, con una media de 84 ovejas y 43 corderos por rebaño. Además, casi en todas las casas había algún marranchón, puerco o lechón, esto es, un cerdo. En cuanto a las cabras, solo las había en una de cada 6 casas y solo había una casa que tenía un rebaño grande de este tipo, de 72 cabras.

En total en Vidángoz había 1.540 robadas de tierra, 30 rocines, 17 yeguas, 7 potrillos, 15 machos, 3 mulas, 14 jumentos, 47 bueyes, 83 vacas, 41 becerras y 12 novillos, 3.115 ovejas, 1.509 corderos, 110 cabras, 13 cabritos, 100 cerdos y 25 lechones.

270 años después, en el catastro de 1883, las cifras no eran muy diferentes: 13 machos (caballos en este caso), 21 mulos,  34 jumentos, 55 bueyes, 127 vacas, 70 cerreros, 61 terneros, 2.854 ovejas, 1.476 corderos, 15 cabras, 2 cabritos y 51 cerdos.

Parece que con el tiempo hubo menos caballos pero más burros, más vacas pero menos cabras, casi las mismas ovejas y la mitad de cerdos. Los datos de 1883 pueden ser engañosos, porque el pueblo todavía no se habría recuperado de la 2ª Guerra Carlista, que terminó en 1876, pero nos podemos hacer una idea de lo poco que cambió el modo de vida en esos casi 3 siglos. Uno de los pocos cambios, aunque debió de ser notorio, fue el aumento de la actividad del sector de la madera, con el auge de las almadías a partir del siglo XVIII.

Arando con un buey

Arando con un buey

Para acabar con el documento de 1613, un par de apuntes: Como ya se ha señalado, había grandes diferencias entre los distintos propietarios. Así, el mayor rebaño era de 450 ovejas y 300 corderos. “Casualmente” el dueño del mismo era el alcalde y va entrecomillado porque no era casual, ya que, como se indica en el documento, la corporación respondía con sus bienes de lo que pudiera pasar con las propiedades comunes, luego cualquiera no reunía esa condición.

Por otro lado, se pone de relieve que la situación de las mujeres solas (bien viudas, bien solteras) era muy precaria en aquella sociedad. Así, de 13 mujeres que figuran como viudas, doncellas (mozas solteras) o de quienes no se indica que sean esposas de alguien (luego es bastante probable que fueran solteras), sólo una posee una riqueza por encima de la media y otra anda en el entorno de la misma. De las otras 11, una algo por debajo de dicha riqueza media y las otras diez no disponían ni de ¼ parte de la riqueza media, por lo que eran prácticamente las 10 vecinas más pobres del pueblo.

Por último, una mención a algunos de los apellidos que aparecen en el documento de 1613. Algunos se mantienen en Vidángoz 400 años después (Pérez, Salboch, Sanz, Urzainqui, Mainz, o Hugalde/Hualde), otros no aunque han dejado huella como nombre de casa (Yñiguez/Iniguizena, Luengo/Lengorna, Aroça/Arotx, Racax, Algarra o Mazterra/Maisterra), otros desaparecieron entre 1613 y el presente, pero tuvieron su relevancia entre medio (Alcate/Alcat, Portaz, Unaia o Bertol) y otros simplemente, que existieron en Vidángoz y desaparecieron sin dejar rastro (Adamiz, Ripalda, Ayssa, Gárate, Garcech, Mendi, Guillén, Çamarguilea, Esparça/Esparz, Torrea o Arregui).

Parece, pues, que hasta unas décadas el panorama no cambió mucho. ¡Si es que 3 siglos y medio no son nada!

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