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Nacimientos, bodas y defunciones en 1919

Señalaba al inicio que, aparte de lo relativo a las epidemias, también en este número iba a haber algo de puesta al día, y es que como los cinco últimos números han sido monográficos por diversos motivos (bueno, y éste bien podía haberlo sido en lo relativo a epidemias), no he podido incluir sendos artículos que solían incluirse en el número de invierno ni el año pasado ni este. Me refiero al repositorio de nacimientos, bodas y defunciones registrados en Vidángoz hace 100 años.

Faltaba de repasar lo relativo a 1919, que tenía que haber aparecido hace cinco números de Bidankozarte, y ahora me pongo a ello.

Empezando por el capítulo de nacimientos, hace un siglo hubo diez retoños que vinieron al mundo en nuestro pueblo, cifra ligeramente inferior a la media de aquellos años, que era de 12,5 niños/año. En orden cronológico, la lista sería la siguiente: Teófilo Rodríguez Blázquez [de padres castellanos], Victoriano Artuch Urzainqui [Maisterra], N. De Andrés Fuertes [Xapatero], Ambrosio Navarro Carrica [Pexenena], Isidora Artuch Jimeno [Largotena], Marino Juanco Pérez [Paxapan / Xoko], Rosario Pérez Goyeneche [Diego], Santiago Pérez Goyeneche [Diego], Luis Martín Corrales [de padres castellano y extremeña] y Andresa Asín Gayarre [Pelaire / Pantxo].

Es una quinta un tanto atípica, ya que, para empezar, hay dos nacidos de padres foráneos. El primero es hijo de un pastor llegado de un punto tan lejano como Yeste (Albacete), lo mismo que su mujer. El otro consta como hijo de un obrero natural de La Alamedilla (Salamanca) y su mujer, natural de Piedras Albas (Cáceres), padre que seguramente se encontraría trabajando en la construcción de la carretera de Burgui a Vidángoz. Dos niños que apenas habrían vivido en el pueblo.

Por otra parte, tenemos varios que fallecieron a temprana edad: el de casa Xapatero (que no dio tiempo ni a ponerle nombre o nació muerto), Isidora y Rosario. Este último se trata de un caso de mellizos, que en aquella época era difícil que salieran adelante, y normalmente fallecían en poco tiempo uno de los dos o ambos. Cuatro años antes había habido otra pareja de mellizos en casa Diego y en aquella ocasión ambos habían fallecido en poco tiempo. Esta vez uno de los dos salió adelante, Santiago, que con los años sería sacerdote.

De los cuatro restantes, Victoriano y Ambrosio vieron marcadas sus vidas por la Guerra Civil. El primero quedó soltero y vivió en Vidángoz el resto de su vida. El segundo, tras la Guerra Civil, formó parte de la División Azul en la II Guerra Mundial y terminó casándose en Francia con Felisa, una bidankoztar de casa Paskel. Marino también se casó, con Capitolina Aldunate (de Ujué) y vivieron algún tiempo en Vidángoz aunque terminaron dejando el pueblo. El caso de Andresa es similar, puesto que se casó con Víctor Urzainqui [Pantxo] y terminaron emigrando al entorno de la capital en la década de 1960.

María Gayarre y Silvestre Asín, en la foto flanqueando a su hijo Ciriaco en el día de su ‘cantamisa‘.

En el capítulo de bodas, hubo cuatro: Antonio Landa Lanzaco [Sigüés / Algarra] e Irene Sanz Salvoch [Mailusa / Algarra]; Silvestre Asín Cemboráin [Uscarrés / Pelaire] y María Gayarre Guinda [Gaiarre / Pelaire]; Florencio Rodrigo Mendigacha [Maizena / Xoko] y Braulia Urzainqui Fuertes [Xoko]; Santiago Urzainqui Recari [Ferniando] y Norberta Pérez Jimeno [Landarna]. Otro bidankoztar, Fermín Landa Arriola [Mux] también se casó en 1919 con Dionisia Jiménez, de Javier, si bien lo hizo en Sangüesa, donde fue creciendo el negocio que él creo, las famosas Gaseosas Landa, tema del que también hablaremos en otra ocasión.

En las dos primeras había al menos un viudo y ambas parejas terminaron viviendo en una casa de la que no eran naturales ninguno de los dos. En las otras dos, también hay otra coincidencia inusual, aunque en aquella época no lo era tanto: los novios en ambas parejas eran americanos que habían empezado a hacer fortuna en Argentina, volvieron al pueblo a casarse y retornaron a América. A ver cuándo tengo ocasión (e información suficiente) para afrontar este tema de la emigración.

En cuanto a los fallecidos, fue un año promedio, muriendo ocho personas: tres niños (N. De Andrés Fuertes [Xapatero], Isidora Artuch Jimeno [Largotena] y Casta Sanz Hualde [Danielna] y cinco adultos (Norberto Mainz Mendigacha [Mendigatxa], Josefa Jimeno Navarro [Danielna], Melchor Fuertes Salvoch [Fuertes / Melchor-Cosme], Miguel Hualde Salvoch [Pelaire] y Santiago Mainz Fuertes [Montxonena].

Nota de prensa de El Pensamiento Navarro (17/02/1919) sobre la muerte accidental de Norberto Mainz [Mendigatxa]. Días después también se le dedicó un amplio espacio a sus funerales en el Diario de Navarra.

De entre estos cinco adultos, dos eran bastante jóvenes: Norberto, de 24 años, falleció tras recibir una coz de una caballería y cuya desgracia tuvo su sitio hasta en la prensa de la época, y Santiago, que padecía una enfermedad pulmonar, secuela seguramente de alguna neumonía padecida. Los tres restantes, ya de mayor edad, fallecieron por causas más comunes: Josefa, con 54 años, de un derrame cerebral; Melchor, con 80 años, de ‘senectud’ (o sea, ‘de viejo’); y Miguel, con 65 años, de ‘parálisis’.

Como veis, los protagonistas y las circunstancias que rodean a estos nacimientos, bodas y fallecimientos de 1919 son un fiel reflejo de lo que acontecía en el Vidángoz de hace 100 años.

Marcas de las ovejas de las casas de Vidángoz (I)

Hasta hace unas pocas décadas el ganado era el medio de vida fundamental de más de la mitad de las familias de Vidángoz, bien por ser dueñas de un rebaño más o menos grande, bien por trabajar algún miembro de la familia como pastor a sueldo para otros.

Una oveja de casa Diego, marcada con una ‘V’, tal y como figura sobre la entrada del corral de Diego en Ziberria.

Decimos ‘ganado’ y sobreentendemos con esto el ovino o lanar, y es este nombre el que explica el porqué de la importancia de las ovejas, y no es por su carne ni por la leche que daban y con la que se fabrica el famoso queso del Roncal, sino por la riqueza que en tiempos pasados suponía el comercio de la lana. Y es que no necesitamos irnos tan atrás en el tiempo para encontrarnos con datos sorprendentes al respecto: hace apenas cien años, cuando Mendigacha escribió a Azkue sus famosas cartas, Mariano comentaba que las ovejas se esquilaban cuatro veces al año (‘en marzo, en junio, en la San Miguelada y en San Andrés’). Recuerdo haberlo comentado con mi padre y éste decía que aquello no podía ser, pero a la vista está que así era.

Bueno, pues hecha esta introducción, y teniendo en cuenta la cantidad de rebaños diferentes que podían confluir en un espacio más o menos reducido (bien en las Bardenas, bien en los puertos del valle de Roncal), está claro que era de capital importancia el poder reconocer la propiedad de las ovejas. Para ello se empleaban dos tipos de marcaje: muescas en las orejas de las ovejas y marcas de pez en el cuerpo de los animales. En esta ocasión nos centraremos en las segundas.

Javier ‘el de Diego’ con unas ovejas cuya marca no es la de casa Diego

Y antes de meternos en harina, señalar que, al contrario de lo que podríamos pensar y de la misma manera que sucede con los nombres de las casas, ni unos ni otros se mantienen necesariamente en el tiempo y pueden cambiar. Así, a modo de ejemplo, tenemos que la marca antigua de casa Calderero era una ‘C’, que se corresponde con la inicial del apellido de José Calderero, a quien la casa debe su nombre actual. Sin embargo, una generación después el cabeza de familia pasó a ser Pedro Salvoch [Salbotx/Calderero], y la marca de las ovejas dejó de ser una ‘C’ para ser ‘PS’, iniciales de Pedro Salvoch.

Pese a la importancia que, en principio, parece que tendría este marcaje del ganado, apenas he encontrado rastro en la documentación que diga a quién pertenecía cada marca, seguramente porque era algo que todos conocían y se daba por sentado.

En ese sentido, y por lo investigado a la fecha, solo he encontrado un listado de ese tipo, y se debe a una epidemia de viruela que afectó al ganado ovino en el verano de 1940. Se decretó una cuarentena de todos los rebaños y se solicitó a los ayuntamientos información de todos los ganados que se encontraban en aquel momento en cada término municipal, en qué paraje se encontraban, quién era su dueño y qué marca identificativa tenían los animales de cada cabaña. De este modo tenemos noticia de once rebaños que había en aquel verano pastando en los montes de Vidángoz (lo cual no quiere decir que fueran todos los que había en el pueblo en aquel momento, ya que habría otros rebaños pastando en comunes del valle, en Belagua por ejemplo, o en otros términos municipales.

Los ganados mencionados en dicho listado y sus marcas son los siguientes:

Antonio Mainz [Aristu]:……………….O
Gabriel Salvoch [Salbotx]:……………
Blas Sanz [Arguedas]: …………………A
Felipa Sanz [Fuertes]: …………………M
Marta Urzainqui [Maisterra]: ……..M
Simona Urzainqui [Xoko]: …………..R
Agustín Salvoch [Jimeno]: …………..G
Pedro Salvoch [Calderero]: …………PS
Manuela Salvoch [Kurllo]: …………..
Francisco Mainz [Mendigatxa]: …..M
Juan Miguel Artuch [Largotena]: …T

Como podéis ver, no aparecen todas las que conocemos y alguna de las que aparecen ahora la asociaríamos a otra casa. Así que, este tema tendrá que tener segunda parte… o tal vez más.

Apellidos bidankoztarras: Jimeno

En esta ocasión toca conocer más en profundidad otro apellido muy extendido en Vidángoz pese a no llevar tanto tiempo entre nosotros, pero que diversas circunstancias hicieron que se extendiera de tal manera que ha pasado por un total de 16 casas de Vidángoz en algún momento de los últimos 200 años. Y es que este mismo verano se cumplieron 200 años de la llegada del apellido a Vidángoz, con la boda de la bidankoztar Melchora Pérez Onco [Aldaberna, actual casa Jimeno] con Pedro Ximeno Urrizelqui, de Irurozqui (Urraúl alto) (27/07/1817).

Partida de matrimonio de Pedro Ximeno y Melchora Pérez en 1817 [Archivo Parroquial de Vidángoz]

Ya vemos, y sin demasiada sorpresa, que la primera casa en que hubo un Jimeno fue la que hoy denominamos casa Jimeno, y aquel primer Jimeno era el tatarabuelo de los hermanos Mainz Salvoch de casa Jimeno, esto es, hace cuatro generaciones.

Aquella primera familia Jimeno Pérez tuvo siete hijos de los cuales cuatro llegaron a casarse en Vidángoz:

1.- Matheo Vizente quedó en casa Jimeno. Esta rama se extinguió en la siguiente generación, al heredar una hija (Juliana Melchora) y fallecer ésta muy joven. Y para rellenar ese vacío volvió a la casa José Isidoro (que se había casado a casa Landarna) con su segunda esposa, quedando una hija de su primer matrimonio (Nicolasa) en casa Landarna y una hija de su segundo matrimonio (Manuela) en casa Jimeno. Al heredar sendas mujeres, el apellido no tuvo continuidad en estas dos casas. Otros dos hijos de José Isidoro se casaron también con bidankoztarras, Pedro José a casa Zinpintarna y Juan Francisco con una de casa Fuertes, si bien éstos marcharon a Argentina. En casa Zinpintarna heredó Elena y con ella la transmisión del apellido se diluyó. Pero un hermano de Elena, Ángel, también se casó en Vidángoz y pasó a casa Llabari (donde ya había habido Jimenos), teniendo solo hijas y perdiéndose de esa manera también el Jimeno como primer apellido.

Algunos de los hermanos Jimeno Ornat [Garro] en la década de 1910: Donata, Felipe y Juana.

2.- Juan Melchor se casó a casa Danielna, y aunque la casa la heredó su hija (Josefa) y con ella el Jimeno no tuvo continuidad en la casa, dos hijos llevaron el apellido a casa Llabari (Pablo) y a casa Garro (José María), y también otra hija se casó a casa Ornat (Vicenta). En casa Llabari heredó el único hijo varón, Doroteo, quien acabó emigrando a Argentina como muchas de sus hermanas, aunque quedaron sus hijos (Irene y Bernardino) que acabaron viviendo en casa Bernabel. En casa Garro el apellido también se extendió mucho, ya que cinco hijos de José María se casaron en Vidángoz: Luisa a casa Antxon, Donata a casa Largotena, Felipe a casa Hualderna, Fulgencia a casa Calderero y Juana se quedó en casa Garro. Como el único varón fue Felipe, el apellido siguió su transmisión en casa Hualderna, donde se mantiene hasta hoy en día, y de donde también pasó por medio de dos de sus hijas a casa Larranbe (Atanasia) y a casa Arbizu (Mª Victoria). Y de la rama que quedó en casa Hualderna, aún pasó el apellido también a casa Gaiarre (Jesús).

3.- Manuela Tomasa a casa Hualderna, pero al ir su apellido en segundo lugar el Jimeno no tuvo continuidad.

4.- José Isidoro pasó a casa Landarna. Una hija de su 1º matrimonio (Nicolasa) heredó la casa y una hija de su 2º matrimonio (Manuela) heredó casa Jimeno, si bien el apellido ya no tuvo continuidad ni en una casa ni en otra.

Y por si la extensión del apellido que provocó aquel primer Jimeno nos pareciera poco, aún hay una casa de Vidángoz más donde un cabeza de familia llevó el apellido Jimeno, y es que una sobrina de Pedro Ximeno Urrizelqui se casó a casa Arguedas.

Así que, en resumen y ordenadas por orden cronológico, estas son las 15 casas (aunque en dos casas ha estado en dos inter) por las que ha pasado el apellido Jimeno, el intervalo de tiempo en el que uno de los cabeza de familia lo ha llevado como primer apellido y los nombre completos de aquellos cabeza de familia:

  • JIMENO (1817-1916) – Pedro Ximeno Urrizelqui, Matheo Vizente Jimeno Pérez, Juliana Melchora Jimeno Urzainqui, José Ysidoro Jimeno Pérez (Hermano de Matheo Vizente y tío de Juliana Melchora, que había pasado a casa Landarna pero que volvió a su casa nativa al morir primero su sobrina y después su hermano), Manuela Estefanía Jimeno Mendigacha.
  • ARGUEDAS (1847-1858) – Bibiana Bernarda Jimeno Martín (natural de Roncal y sobrina de Pedro Ximeno Urrizelqui).
  • HUALDERNA (1) (1849-1908) – Manuela Tomasa Jimeno Pérez.
  • DANIELNA (1851-1919) – Juan Melchor Jimeno Pérez,  Pablo Jimeno Navarro, Josefa Justa Jimeno Navarro (hermana del anterior. En principio parece que el que heredaba era el hermano, Pablo, pero por algún motivo, la que se quedó en casa finalmente fue ella).
  • LANDARNA (1859-1939) – José Ysidoro Jimeno Pérez, Petra Nicolasa Jimeno Sanz.
  • LLABARI (1) (1882-1920) – Josefa Justa Jimeno Navarro, Pablo Jimeno Navarro (en principio parecía que quien iba a vivir en esta casa iba a ser su hermana Josefa Justa, pero al final cambiaron de opinión en cuanto a qué pareja había de quedarse en casa Llabari y qué pareja en casa Danielna), Doroteo Jimeno Sanz.
  • ZINPINTARNA (1886-1975) – Pedro José Jimeno Sanz, Elena Jimeno Salvoch.
  • GARRO (1887-1985) – Pablo Jimeno Navarro, José María Jimeno Navarro (hermano del anterior que llegó a esta casa al pasar aquel a casa Llabari), Juana Jimeno Ornat.
  • ORNAT (1887-1930) – Vicenta Margarita Jimeno Navarro.
  • ANTXON (1913-1975) – Luisa Jimeno Ornat.
  • LARGOTENA (1914-1994) – Manuela Donata Jimeno Ornat.
  • HUALDERNA (2) (1921-HOY) – Felipe Jimeno Ornat, José Jimeno Urzainqui, José María Jimeno Montes.
  • CALDERERO (1926-1988) – Fulgencia Jimeno Ornat.
  • LLABARI (2) (1930-1965) – Ángel Jimeno Salvoch, María Lourdes Jimeno Salvoch.
  • LARRANBE (1960-HOY) – Atanasia Jimeno Urzainqui.
  • ARBIZU (1962-HOY) – María Victoria Jimeno Urzainqui.
  • GAIARRE (1994-HOY) – Jesús Jimeno Montes.

En resumen y como podéis ver, cinco generaciones de Jimenos (bueno, en casa Hualderna y Gaiarre van por la 7ª) que han dado para mucho.

Vidángoz en 1917

1917 no fue un buen año en lo demográfico para Vidángoz: nació menos gente (diez) que la que murió (trece), y si a esto le añadimos los que habrían emigrado, ya que en aquellos años muchos pusieron rumbo a Argentina, podemos concluir fácilmente que la población disminuyó aquel año. Al escaso número de nacimientos (la media en la década de 1910 fue de casi catorce nacidos/año) y a la emigración habría contribuido, probablemente, la I Guerra Mundial que estaba en curso. En el número de defunciones, tal vez también, ya que habría escasez de recursos. Sea como fuere, fallecieron en aquel año trece personas, cuando la media anual de aquella década fue ligeramente superior a ocho. En el capítulo de bodas, mal año también, con solo un enlace celebrado por los 3,5 matrimonios de media de la década de 1910. Pasemos a conocer los nacidos, casados y fallecidos en aquel año, en orden cronológico, así como sus casas de origen y destino.

Abundio Sanz Sanz [Danielna]

En 1917 nacieron Veremundo Artuch Urzainqui [Maisterra], Abundio Sanz Sanz [Danielna], Anastasia Artuch Jimeno [Largotena], Prudencio Landa Arguedas [Arotx], Domingo Hualde Gayarre [Pelaire], Dionisio Mainz Landa [Mux], Norberto Juanco Pérez [Paxapan], Casta Sanz Hualde [José María], Esteban Sanz Urzainqui [Arguedas] y N. Pérez Sanz [Santxena].
De estos diez nacidos, como en cualquier año, hubo de todo un poco: El de Santxena no llegó ni a tener nombre, murió al poco de nacer, y tampoco vivieron mucho Prudencio (falleció con poco más de cuatro meses de edad) y Casta (primogénita de casa José María y que vivió poco más de dos años). Cuatro de ellos fueron primogénitos en su casa (Veremundo, Abundio, Domingo y Casta), pero ninguno de ellos fue el que la heredó o siguió en la misma (Veremundo falleció en la Guerra Civil, Abundio se hizo religioso, Domingo se marchó a América y Casta falleció con solo dos años). Por último, señalar que la única mujer de la quinta que llegó a adulta lleva camino de llegar a ser centenaria (cumplirá un siglo el próximo 21 de abril), siguiendo los pasos de su madre, Donata Jimeno Ornat [Garro / Largotena], que ya alcanzó ese hito el 7 de agosto de 1991, tal y como recordábamos en el número 20 de Bidankozarte.

Félix Pasquel Salvoch [Paskel] y Tomasa Ornat Arguedas [Algarra/Paskel], único matrimonio que se formó en 1917.

En el capítulo de bodas, solo tenemos el enlace entre Félix Pasquel Salvoch [Paskel] y Tomasa Ornat Arguedas [Algarra / Paskel], que dio como fruto seis hijos.
En cuanto a los fallecidos, en 1917 perdieron la vida Francisca Pérez Mendigacha con 83 años [Antigua Mailusa, actual Casa Consistorial], Juana Monzón Juanco con 74 años [Monxon / Artutx], Felipa Mayo Urzainqui con 16 años [Rakax], Ciriaco Landa Urzainqui con 2 años [Arriola], Juana Miguela Mendigacha Aroza con 73 años [Maizena], Eladio Urzainqui Pérez con 7 meses [Kostiol], Gregoria Glaría Mayo con 88 años [Llabari], Prudencio Landa Arguedas con 4 meses [Arotx], Marcos Urzainqui Aroza con 69 años [Pantxo], Pedro Hualde Jiménez con 28 años [Pelaire], N. Pérez Sanz con 0 días [Santxena], Domingo Mainz Artuch con 67 años [Artutx / Molena] y Francisca Guinda Gárate con 62 años [Kurllo / Gaiarre]. Cabe reseñar que, quitando los cuatro niños fallecidos (cifra habitual en aquellos tiempos), solo dos de los otros nueve (Felipa y Pedro) fallecieron a una edad temprana para aquellos tiempos, los otros siete podríamos decir que llegaron a viejos, Gregoria incluso llegó a rozar los 90 años, que para aquellos tiempos era como ser centenaria en nuestros días.
Pues todo esto sucedió en el Vidángoz de 1917.

Centenario de Donata Jimeno Ornat (07/08/1991)

Donata Jimeno Ornat, en una de las entrevistas que se le realizaron con motivo de su centenario. [Fuente: Diario de Navarra 07/08/1991]

El verano de hace 25 años tuvo un hecho inusual: la bidankoztar Donata Jimeno Ornat [Garro/Largotena] llegó a los 100 años, y por tal motivo el pueblo le brindó un pequeño homenaje. La jornada empezó con los cánticos de los auroros delante de casa Largotena, para seguir con una misa y un aperitivo en la puerta de la misma casa, para terminar las celebraciones con una comida familiar.

Entre tanto, Donata exhibió un excelente estado de salud y dejó muestras de su carácter tanto en el homenaje que se le brindó el día de su centenario, como en el que se le ofreció pocos días después en la celebración del Día del Jubilado del Valle de Roncal que aquel verano también tuvo lugar en Vidángoz, como en las entrevistas que se le realizaron en diversos medios con motivo de sus 100 años.
Donata fue la primera centenaria de Vidángoz, pero ya no es la única, ya que 14 años después Ciriaco Salvoch Juanco [Salbotx] también llegó a la centena.

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