Posts Tagged ‘Justino Navarro Aizagar’

Una cuchara de boj

Cuchara de boj realizada por Justino Navarro para Dámaso Pérez en 1924.

Cuchara de boj realizada por Justino Navarro para Dámaso Pérez en 1924.

Hoy presentamos una pequeña reliquia, si se le puede llamar así, una muestra de arte popular. Se trata de una cuchara de boj tallada por un pastor (por aquel entonces) para otro pastor. El autor, el que grabó la cuchara era un joven Justino Navarro Aizagar (casa Matías, actual casa Remendia), como lo atestiguan sus iniciales J. N. en la parte delantera de la pieza, que por entonces ejercería de pastor, si bien posteriormente haría valer sus dotes para el arte y se dedicaría a la escultura y a la enseñanza en Madrid, pasando diversas vicisitudes como consecuencia de la última guerra civil.
De Justino Navarro ya tuve ocasión de mostrar otra talla con ocasión del día de Santa Bárbara, de quien también realizó una pequeña figura en una de sus posteriores visitas a Vidángoz.
La historia de la cuchara nos la podemos imaginar en una noche de 1924 en torno al fuego en el que se habrían reunido unos cuantos pastores bidankoztarras a cenar, charlar y jugar un rato a las cartas. Vista la habilidad de Justino con la navaja, Dámaso Pérez Arriola (de casa Diego pero casado a casa Santxena) le habría encargado una cuchara de boj (recordemos que en aquel entonces esta herramienta y la navaja eran prácticamente los únicos cubiertos que se empleaban para comer) con un diseño de su gusto, en este caso el caballo de oros de alguna baraja de la época que tiene el aspecto de un caballero mongol (lo más similar que he encontrado ha sido el naipe que pongo en la imagen, si bien no es exactamente igual).
En definitiva, una cuchara con historia.

 

Santa Bárbara

Santa Bárbara, en el retablo principal de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Vidángoz

Santa Bárbara es una de las pocas santas venerada tradicionalmente y es, junto con Santa Ana, la única con representación en los retablos de la iglesia parroquial de Vidángoz (Santa Bárbara es la figura que queda justo encima de la de San Pedro).
Por otra parte, también es la única santa que da nombre a un término cercano a Vidángoz por el norte (aunque no esté en el mismo). Antiguamente, cuando aún existía supuestamente la ermita sobre el monte homónimo y en el actual término municipal de Urzainqui, probablemente subirían desde Vidángoz en romería, quién sabe. De hecho, salvo en Isaba (a juzgar por lo que señalaba el antiguo párroco Juan Antonio Induráin Anaut en su libro «Referentes de vida cristiana: Santos con presencia en el valle de Roncal«), Santa Bárbara está presente de una manera u otra en todas las parroquias de nuestro valle, lo que pone de relieve lo generalizado de su veneración.

El monte Santa Bárbara, donde en su día se encontraría la ermita [Foto: Itziar Lazurtegi en www.mendikat.net]


Sea como fuere, además de la del retablo, tenemos otra pequeña figura realizada por el escultor bidankoztar Justino Navarro Aizagar (cuya azarosa vida se repasó en parte en una entrada anterior de este blog), probablemente en la década de 1960. En una de las fotos puede observarse su firma en aquella época (fue evolucionando con el tiempo), con sus iniciales J. N. A.

De este escultor paisano nuestro, de momento solo he encontrado unas pocas figuras en Vidángoz (un cristo en la iglesia y unas pocas figuras en casa Juanko y en casa Peñeta), pero seguro que hay más. Quien conozca alguna otra, por favor, que me lo haga saber (bidankozarte@yahoo.es).
Gracias!!!

Un «rojo» bidangoztarra a la cárcel (1939)

Era noviembre de 1939 y hacía más de siete meses que la última guerra civil había terminado, pero sus consecuencias se empezaban a notar, en particular para el bando más perdedor.

En ese bando, bien por convicción o bien por circunstancias de la vida, se encontraba un bidangoztarra de quien, hasta la fecha, nadie de los mayores que he entrevistado me había sabido decir algo al respecto. Estamos hablando de Justino Navarro Aizagar, natural de la actual casa Remendia (antigua casa Matías y que, cuando él nació no sabemos cómo se llamaría), que residía en Madrid desde la segunda mitad de la década de 1920 ganándose la vida como escultor y profesor de dibujo.

Estado actual de la casa nativa de Justino Navarro Aizagar.

Estado actual de la casa nativa de Justino Navarro Aizagar.

El caso es que la guerra le “pilló” en “zona roja”, en territorio de dominio republicano, y debido a su labor en ese bando durante la guerra, el 14 de noviembre de 1939 Justino fue detenido por haber ejercido de Comisario de Batallón e interrogado.

Según su declaración, “al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional pertenecía al Partido Socialista, al cual se afilió unos veinte días antes por temor a que, como no estaba afiliado a ninguna sindical ni partido, pudiera ocurrirle alguna cosa y poder, de esta forma, salvar su personalidad mediante la exhibición del oportuno carnet”.

Continua señalando que “a principios de septiembre del año 1936 se presentó en el Batallón del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza por su profesión de Maestro de Dibujo porque tenía miedo de que pudiera sucederle alguna cosa y dicho sindicato organizó un batallón de hombres para enviarlos al frente. Al tener conocimiento de ello, el que habla [Justino] se negó a ello, y entonces, por la fuerza le cogieron en unión de otros varios individuos que también se negaron a ir al frente, y los montaron en una camioneta y los trasladaron a El Escorial en donde ha estado prestando servicio en un Grupo de Información hasta el mes de abril de 1938, cuando recibió una orden de que se tenía que presentar al Comisariado de Madrid, como así lo hizo, y, una vez aquí, le hicieron saber que tenía que presentarse al Comisariado del VI Cuerpo de Ejército por haber sido designado Comisario según aparecía del oportuno momento publicado en el Boletín Oficial, y una vez hecha su presentación, le designaron al Batallón de Transmisiones del referido VI Cuerpo del Ejército, en donde una vez incorporado estaba al frente de los muchachos, no habiendo intervenido en ninguna clase de operaciones. Al disolverse el VI Cuerpo del Ejército pasó a prestar sus servicios en el Tercer Cuerpo del Ejército y en cuyo estado le sorprendió la terminación de la guerra”.

Justino había ido a Madrid a trabajar como escultor. En este recorte de prensa (24/03/1928) se habla de una exposición suya.

Justino había ido a Madrid a trabajar como escultor. En este recorte de prensa (24/03/1928) se habla de una exposición suya.

Si bien al terminar la guerra no se presentó ante las Autoridades Militares, actualmente estaba pendiente de verificarlo ante la Junta de Clasificación de Prisioneros de Guerra del Distrito del Hospital, pues se ha personado diferentes veces en el local correspondiente y no ha podido recoger los impresos para proceder a llevarlos toda vez que le han dicho que se habían agotado, por lo cual tenía que volver de nuevo”.

Ese mismo día lo enviaron a la prisión de San Antón, en Madrid (en la foto que acompaña a este artículo, aspecto actual de aquel edificio), en lo que podríamos decir “prisión cautelar”. Pedidos informes sobre su conducta social y política, el agente enviado a indagar resuelve que “desde los primeros momentos se sumó con gran entusiasmo a favor del gobierno rojo y está considerado por sus ideas como elemento izquierdista. Ingresó en el Ejército Rojo al ser llamado a remplazo, habiendo obtenido el grado de Comisario Político. No obstante lo expuesto anteriormente, en su domicilio se condujo con moderación, no habiendo perseguido a nadie, habiéndose afiliado a la U.G.T. después del Glorioso Movimiento Nacional”.

Las antiguas escuelas de San Antón, reconvertidas en prisión, fueron el lugar donde Justino cumplió condena. Hoy en día el edificio está siendo rehabilitado.

Las antiguas escuelas de San Antón, reconvertidas en prisión, fueron el lugar donde Justino cumplió condena. Hoy en día el edificio está siendo rehabilitado.

Y en otro informe señalan que “era de ideal izquierdista, tenía buena conducta en la vecindad y sin pasiones políticas. Iniciada nuestra Santa Cruzada, se mantuvo en actitud pasiva hasta octubre de 1936, en que ingresó voluntariamente en el derrotado Ejército Rojo, donde fue sargento y también desempeñó el cargo de Comisario Político de un Batallón. Por su ausencia en esta capital se ignoran sus actividades, pero está considerado elemento simpatizante a la causa roja y, por lo tanto, desafecto al nuevo régimen”.

En febrero de 1940 confirman su auto de prisión. De nada sirven los intentos que Justino hace en los meses siguientes por conseguir su libertad, aportando para ello los informes de tres sacerdotes de diversas parroquias de Madrid, que certificaban su buena conducta moral y religiosa, la Inspección de Policía Urbana, que certificaba su buena conducta, un sargento de un Tercio de Requetés que también lo tenía por “adicto al Glorioso Movimiento Nacional”, dos industriales madrileños, que también lo dan por “adicto al régimen”, o incluso un jefe de una sección madrileña de la Falange, que señalaba que Justino “es persona de arraigados sentimientos católicos y de buenos antecedentes político-sociales, considerándole, por lo tanto, afecto al Glorioso Movimiento Nacional”.

Finalmente es condenado a 20 años de prisión por un delito de Auxilio a la Rebelión (paradójicamente, los golpistas acusando a otros de rebelión), la misma pena que unos tres años antes impusieron al también bidangoztarra Vicente Mainz Landa (Landa).

Dejamos para otra ocasión lo que fue de Justino a partir de entonces, que da para un rato y no cabe físicamente aquí.

Powered by WordPress | Buy best wordpress themes and Save. | Thanks to Free WordPress Themes, Top WordPress Themes and Free WordPress Themes