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20 años de la muerte de Don Nicolás (19/02/1996)

El 19 de febrero de 1996, hace 20 inviernos, falleció Don Nicolás, último párroco residente en nuestro pueblo. Nicolás Iribarren Tainta era natural de Güesa, valle del Salazar, a 10 kilómetros de Vidángoz, y, aunque falleció relativamente joven, con 63 años, pasó casi cuatro décadas al frente de nuestra parroquia de San Pedro Apóstol, los últimos de los cuales, además, también se hizo cargo de la parroquia de Igal.

Un joven Don Nicolás llegó a Vidángoz.

Durante esos largos 40 años Don Nicolás desarrollo principalmente su labor cura-párroco, desempeño por el que es comúnmente conocido y único ámbito en el que algunos le recordarán. Así, se encargaba de todo lo relativo a la administración parroquial, la celebración de los oficios y administración de sacramentos. De hecho, prácticamente las últimas bodas religiosas en Vidángoz fueron oficiadas por él.

Pero Don Nicolás realizó otra labor de investigación que, seguramente, será desconocida para muchos y que, precisamente por eso, no le ha sido reconocida como es debido. Sirva este artículo y el espacio que a su difusión habilitaré en el blog de Bidankozarte para poner en valor todo ese trabajo cuyos ámbitos principales trataré de explicar en los próximos párrafos.

Supongo que Don Nicolás habría empezado esto sin saber hasta dónde iba a llegar. Así, lo primero que habría hecho sería confeccionar índices de las partidas anotadas en los libros sacramentales de la parroquia de Vidángoz. Estos libros, en los que se anotan los bautizos, confirmaciones, bodas y defunciones, conservan en Vidángoz registros desde 1701-1702, no tenían índices, con lo que buscar cualquier registro en ellos era trabajo de chinos. Don Nicolás realizó y mecanografió dichos índices, pero se ve que al hacerlo se dio cuenta de que las partidas contenían multitud de detalles “reseñables” (cónyuges forasteros en las bodas, cónyuges casados en más de una ocasión, motivos de muerte atípicos…), que empezó a recoger en diversos documentos.

Cantando misa el la iglesia de San Pedro Apóstol de Vidángoz.

Desconozco si ya tendría interés por la genealogía con anterioridad pero, si no, está claro que esa labor de extracción de información de los libros sacramentales despertó su curiosidad. Ahondando en ese trabajo, procedió a realizar el denominado Libro de genealogías, donde quedaba constancia de los matrimonios oficiados en Vidángoz y la descendencia de los mismos, así como los años del enlace y de los nacimientos, y una serie de 1771 fichas personales en las que daba cuenta de los datos disponibles de cada bidankoztar (bautismo, confirmación, matrimonio y defunción).

Sin restar valor a su trabajo, a la hora de usar esos documentos hay que tener en cuenta que tienen lagunas: por un lado, en el Libro de genealogías no constan las parejas que, aunque se casaron en otro pueblo, vivieron y tuvieron hijos en Vidángoz, con lo que faltaría un número considerable de familias. Por otro lado, en lo que respecta a las fichas (algunas de las cuales, además, corresponden a cónyuges forasteros, esto es, no nacidos en Vidángoz) no se corresponden con los poco más de 3000 bautizados en Vidángoz desde 1702, y es que faltan prácticamente la mitad de ellos por diversas circunstancias (se casaron a otro pueblo, emigraron…).

Fue el último morador de la Vicaría o Casa Vicarial.

Profundizando en el devenir de cada casa de Vidángoz, también realizó un inmenso trabajo al reagrupar por casas los datos recogidos en los libros de matrículas parroquiales desde 1861-1862, que venían a ser una especie de censo de almas que se hacía anual o bianualmente y que separaba a las personas enumeradas por familias, lo que en la mayoría de casos se correspondía con casas, si bien no se indicaba qué casa era. 91 listados de unas 350-400 personas en la mayoría de los casos y en descenso pronunciado en las últimas, que Don Nicolás plasmó en una especie de índice que nos permite seguir el rastro de las familias que habitaron la mayoría de casas hasta hace siglo y medio. En este caso también hay algunas lagunas, particularmente en las casas que no se han transmitido familiarmente en ese periodo (casas a las que una pareja fueron de herederos, por ejemplo) o casas que han pasado algunos años vacías.

Gran investigador de Vidángoz.

Como colofón a este trabajo, empezó a realizar los árboles genealógicos de los cabeza de familia que iban quedando en el pueblo en la década de 1970, si bien, siguiendo el recorrido de la llega, sólo llegó desde casa Gaiarre hasta casa Juanko.

Pero su quehacer no terminó con eso. Aparte de esta inmensa labor en lo que a la genealogía se refiere, Don Nicolás trató de realizar una serie de fichas e imágenes relativas a varias profesiones o colectivos: secretarios, maestros, médicos, cirujanos-practicantes, matronas, párrocos, sacristanes, alguaciles, molineros, herreros-veterinarios, carabineros… Listas más o menos completas, más o menos detalladas, que obedecen a anotaciones de los libros sacramentales que hacen mención a las profesiones mencionadas.

Mención aparte merecen las fichas realizadas sobre los religiosos y religiosas originarios de Vidángoz, de quienes recoge los datos que sobre los mismos constan en los libros sacramentales de la parroquia hasta que dejan de aparecer en las matrículas parroquiales, lo que indicaría que ya habían partido hacia el convento, seminario o el destino que les correspondiera. En algunos casos, se indican también algunas notas relativas a sus vidas.

Colaborador periodístico bajo el sobrenombre de Botín.

Hasta aquí podría decirse que la labor realizada por Don Nicolás se reduciría al estudio detallado de los libros parroquiales, poco menos que una tesis doctoral sobre los mismos, pero no se quedó en eso. También intentó recopilar fotos de las diferentes personalidades habidas en Vidángoz, tanto de las profesiones anteriormente mencionadas como de los religiosos. En este sentido, en el de los religiosos, amplió su labor a los valles de Roncal y Salazar, en lo que debió de ser una colección fotográfica bastante completa que, por desgracia, actualmente está bastante mutilada.

Para terminar, también realizó una labor digamos periodística, colaborando con el Diario de Navarra entre los años 1979 y 1993, donde bajo el sobrenombre Botín lo mismo ejercía de corresponsal en Vidángoz que hablaba sobre las ermitas o personajes históricos de Vidángoz o redactaba necrológicas sobre religiosos conocidos suyos y que acababan de fallecer. Con anterioridad a esto, entre 1968 y 1970, también publicó varios artículos en la revista religiosa La Verdad.

Además de todo lo anterior, y para ir terminando, también fue el organizador de aquel primer “Uskararen Eguna” que se celebró en Vidángoz en 1975, una fiesta en la que se rindió por primera vez homenaje a Mariano Mendigacha y a Prudencio Hualde, y que sirvió de germen para la colocación de la placa en homenaje a éste último que se colocó en casa Rakax con motivo del Día del Valle de Roncal de 1979 celebrado en Vidángoz y que coincidía con el centenario de la muerte de Prudencio.

Promovió homenajes a los euskaltzales bidankoztarras Mariano Mendigacha y Prudencio Hualde.

En definitiva, que Don Nicolás realizó una labor notable para nuestro pueblo y que, aunque sea 20 años después de su muerte, merece la pena que se le reconozca y agradezca.

Por mi parte, en lo que respecta a su labor genealógica, ya hace unos años que me planteé la labor de rellenar las lagunas que dejó Don Nicolás, pero después de plantearme el cómo realizar la labor, decidí empezar prácticamente de cero ese trabajo y hacerlo de manera exhaustiva y sistematizada, de modo que quedara el menor número posible de lagunas de información. El proyecto, que después de seis años a mayor o menor velocidad, ya está en su fase final, permitirá relacionar a más de 5000 personas que han vivido en Vidángoz (y que han dejado “rastro” documental) en algún momento entre 1700 y 1960 o 1970 (de aquí en adelante es más difícil seguir la pista porque tanto los nacimientos como los matrimonios y muchas de las defunciones tenían lugar fuera de Vidángoz).

Una vez esté montado este árbol genealógico gigante en el que muchos podréis encontraros, el objetivo es intentar seguir la línea de transmisión de cada una de las casas apoyándome tanto en las matrículas parroquiales como en los apeos de población, e ir rellenando de información complementaria de que disponga (recortes de prensa, documentación notarial, referencias a su profesión u otras encontradas en la documentación, etc…). De este modo, podremos seguir el rastro de muchas de las familias durante 10 generaciones en muchos casos. Un trabajo que podría alargarse todo lo que uno quiera, pero que llegue hasta el punto que llegue estará bien.

Pero bueno, esto será la siguiente fase, una que llevará todavía más tiempo. De momento hay 2000 personas relacionadas, y todavía solo constan los matrimonios registrados hasta 1775 y sus descendientes, nacidos hasta principios del siglo XIX.

Para terminar, y como indicaba al principio de este artículo, a partir del 19 de febrero de 2016 (cuando se cumplan 20 años de la muerte de Don Nicolás) estará disponible en el blog de Bidankozarte un apartado destinado a dar difusión a ese legado que nos dejó este último párroco residente en Vidángoz.

Gracias, Don Nicolás.

El programa de fiestas de San Pedro de 1965

Visto desde el presente, tendemos a pensar que aquellos tiempos eran tiempos de poca cosa y que, por ello, las fiestas serían sota-caballo-rey y no cambiarían nada de un año para otro. Pero esto no es del todo cierto.

Detalle del programa de fiestas de 1965

Detalle del programa de fiestas de 1965

Si en casa Juanko conservaban el programa de 1964, yo tuve la suerte de encontrar en la Biblioteca General de Navarra (cuando aún se encontraba en la Plaza de San Francisco) un ejemplar del programa de fiestas del siguiente año, esto es, de 1965.

La verdad es que la mayoría de cambios que hay de un año a otro son cuestión de imaginación y de que algún acto no se mencionó en uno de ellos.

Así, es curiosa la mención del lunch para las autoridades después de la misa del día de San Pedro, misa que en 1965 correría a cargo del hijo del pueblo (y hermano del alcalde Enrique Hualde [Txestas/Juanko]) Padre Alberto de Vidángoz (Txestas).

Detalle del programa de fiestas de 1965

Detalle del programa de fiestas de 1965

Aparte de eso, todo lo diferente que hay son pruebas deportivas: concurso de natación en la piscina del molino, tiro al plato, carrera de sacos, carreras pedestres, carrera de burros…

Hay también en aquel programa una reseña a la moda de la época: Los casados, en su día, bailarán diversas modalidades de la yenka acompañados por las orquesta.

Pero, sin duda, el cambio fundamental entre 1964 y 1965 fue que este segundo año las fiestas duraron 5 días y no 4 como el año anterior.

El programa original puede consultarse en este enlace.

El programa de fiestas de San Pedro de 1964

Hace 50 años por estas fechas, a finales de junio, Vidángoz estaba a punto de empezar sus fiestas patronales en honor a San Pedro. Por aquel entonces ya se hacía programa de fiestas y, gracias a un ejemplar del mismo que conservan en casa Juanko podemos saber con algo más de detalle en qué consistían las fiestas de antaño:

Animado baile en la plaza, en torno a la fecha que tratamos en esta entrada.

Animado baile en la plaza, en torno a la fecha que tratamos en esta entrada.

Vemos que en aquellos 4 días de fiestas lo principal era lo religioso: vísperas, misa solemne otros dos días y el día del patrón, además, procesión.

Pero vemos que tampoco faltaba sitio para la música (dianas, mediodía, tarde y noche, amén de las rondallas espontáneas que se formarían), el baile y el deporte: sokatira, aizkolaris, carrera ciclista y, como no, pelota, donde siempre estaba presente la rivalidad entre pueblos o entre solteros y casados.

Y para terminar, aparte del concierto y las atracciones para los niños, cabe resaltar el hecho de que todos los días se quemaba una colección de fuegos artificiales, que serían todo un acontecimiento para la época.

 

FIESTAS DE SAN PEDRO (JUNIO 1964)

(Pulsa aquí para ver el programa original)

Dia 28

  • A las 12 horas, disparo del chupinazo anunciador de las fiestas y repique general de campanas.
  • A las 18 horas. Solemnes Visperas.
  • De 7 a 10 y de 12 a 2 de la madrugada, música de baile. A las 10, se quemará en la Plaza del Ayuntamiento una colección de fuegos artificiales.

Día 29

  • A las 9 de la mañana, la Banda de Música recorrerá las calles con alegres dianas.
  • A las 12 horas, MISA SOLEMNE. El panegírico estará a cargo de un Padre Capuchino.
  • A las 13 horas, concierto y atracciones para los niños.
  • A las 5 de la tarde: Procesión con la Imagen del Sagrado Corazón.
  • A las 7, Partido de Pelota VIDÁNGOZ – URZAINQUI.
  • De 8 a 10 y de 12 a 2 de la madrugada, música de baile. A las 10 se quemará una colección de fuegos artificiales.

Día 30

  • A las 9 horas, dianas.
  • A las 11, MISA SOLEMNE.
  • De 12 a 2, concierto.
  • A las 6 de la tarde, competiciones deportivas, carrera de bicicletas, tiro de soga, apuesta de hachas, etc con premios para los vencedores.
  • De 8 a 10 y de 12 a 2 de la madrugada, música de baile.
  • Como en días anteriores, colección de fuegos artificiales.

Día 1 de julio

  • A las 9 horas, dianas.
  • A las 11, competiciones deportivas.
  • De 12 a 2, concierto.
  • A las 6 de la tarde, Partido de Pelota, de rivalidad local, dos jóvenes contra dos casados.
  • De 8 a 10 y de 12 a 2 de la madrugada, música de baile. A continuación cerrojazo de las Fiestas con el “Pobre de mí”.

NOTA: Por celebrarse hoy el DIA DE LOS CASADOS, el resto de los festejos correrán a cargo de ellos.

Casa Monxon

Toca otra vez el barrio de Iriartea. En este caso, una casa que actualmente ya no existe como tal, como casa independiente con ese nombre, si bien sí que está físicamente. Y es que si el invierno pasado hablábamos de casa Pelairea, que antes había sido casa Artutx, esta vez le toca el turno a su vecina casa Monxon, que hoy es parte de casa Pelairea, pegante a casa Pexenena.

Al hilo de casa Artutx, cuando tocó hablar de ella olvidé mencionar un pequeño detalle. Algunos llamaban a la casa Kartutxo, haciendo un juego de palabras con el apellido que le daba nombre. Y en referencia a ese nombre con el que denominaban a la casa y a sus habitantes, señalaba Evaristo Urzainqui Hualde (Lengorna) que cuando se juntaban Kurtxo (el que da nombre al cerro Kurtxo, que sube desde Zeleia a la Pulpitera) y un Kartutxo (uno de casa Artutx) se decían el uno al otro:

–         “¿A dónde va Kurtxo?”.

–         Y le contestaba Kurtxo “A por codas. ¿Y Kartutxo?”.

–         “Al cañón”.

Sirva esto para traer a colación el uso frecuente que antes se hacía de los apodos. La explicación a este diálogo viene a que Kurtxo (o Kurto o Kurtto o, ¿tal vez incluso Kurllo?), como define “curto” el “Vocabulario Navarro” de José María Iribarren, y como señalaban algunos de los mayores que entrevisté, hace mención al que no tiene rabo / cola. De ahí lo de “¿A dónde va Kurtxo? A por codas (colas)”.

Casa Monxon

Casa Monxon

Y hecho este apunte, vamos a los que nos toca en este número. Casa Monxón como tal, como casa independiente y habitada, fue usada hasta finales del siglo XIX, pero su origen no está muy claro, como veremos más adelante.

Y es que, por lo que dicen los libros de matrícula de la parroquia, la casa no se usa como vivienda de una familia desde 1893, año en que murió su último morador, Fermín Pasqual Monzón Pelayrea. Por lo que me decían los más mayores de Vidángoz, y en mi caso también por lo que había oído en casa, en casa Monxon habrían nacido mi bisabuelo Juan Miguel Artuch Monzón, que posteriormente viviría en casa Largotena, y también su hermano Pedro, que se casó a casa Maisterra. Y rebuscando, resultó que sí y que no, que había algo de razón, pero no toda: Juan Miguel no nació en casa Monxon sino en casa Anarna, y Pedro sí que nació en esta casa.

Y es que cuando sus padres, Manuel Narciso Artuch Urzainqui (Anarna) y Francisca Balbina Monzón Barrena (Monxon), se casaron en 1883 vivieron inicialmente en casa Anarna. Luego, por algún motivo que desconocemos, pasaron a casa Monxon en 1886, donde todavía residía el padre de Balbina, el antes mencionado Fermín Pasqual Monzón Pelayrea. Y en 1891 pasaron el matrimonio y los 3 hijos del mismo a casa Largotena, a donde fueron “de herederos”, esto es, a hacerse cargo del anciano que vivía en ella, Santiago Gárate Yrigaray, que acababa de enviudar de María Antonia Sanz Calvo, a cambio de quedarse con la casa cuando éste falleciera, que fue en 1903.

Después de que salió de casa Monxon esta familia, se quedó en ella solo “el abuelo”, Fermín Pasqual Monzón Pelayrea, que falleció tan solo un par de años después, en 1893, y así se acabó casa Monxon como tal. Después se habría usado como pajar o como lo que fuera, pero ya no como vivienda.

Ya hemos visto cómo terminó casa Monxon pero, ¿cómo y cuándo apareció? Pues esta vez la respuesta no está tan clara. Desde 1861/1862, año en que se empezaron a realizar las matrículas parroquiales, una especie de “censo de almas” que habitaban una parroquia, en este caso la de Vidángoz, en casa Monxon ya vivía Fermín Pasqual Monzón Pelayrea, viudo y con 2 hijas, una de cada uno de sus matrimonios. La mayor de las hijas se casó con uno de casa Artutx, actual casa Pelairea, y tal vez por eso, a la postre, casa Monxon pasó a ser propiedad de casa Artutx. La pequeña de las hijas es Balbina, la que, junto con su pareja vivió durante un poco de tiempo en esta casa, pero finalmente pasó a casa Largotena.

Y antes de estas fechas, pues hay una laguna de casi 45 años, hasta 1816, en la que no hay forma de saber qué pasó, cómo o quién llegó a casa Monxon.

Y como no podemos saberlo seguro, pues toca hacer hipótesis, y la que se me ocurre es la siguiente: Fermín Pasqual Monzón Pelayrea se casó con Juaquina Juanco Sanz (Juanko) y como no tenían casa donde vivir, se hicieron una en un casalico o en un trozo de huerta que sería de Juanko.

En cuanto al nombre, no hay que romperse mucho la cabeza: Al tal Fermín Pasqual le llamarían “Monxon” porque era su apellido pero lo pronunciaba con esa “x” característica de la pronunciación bidangoztarra, como en Mux o Paxapan o Xapatero.

Casica pequeña, pero la historia que ha dado para contar, algo más grande.

Las fiestas patronales cambian de fecha (1970)

Vidángoz entraba en la década de los 70 sumido en un brutal proceso de despoblación. Como titulaba un reportaje de periódico de 1967, “en Vidángoz la emigración no es un problema, es un drama”. Se indicaba que en dos años 12 vecinos (entendiendo por vecino una casa) habían abandonado el pueblo y ya solo quedaban unos 40. Los años que siguieron seguramente no fueron mejores.

En este punto, el 7 de marzo de 1970, y como consecuencia de la citada emigración, siendo alcalde Enrique Hualde (Txestas / Juanko), la Junta de Quincena aprobó el cambio de fechas de las fiestas patronales, que desde tiempos inmemoriales venían celebrándose en el mes de junio, con motivo de la festividad de San Pedro, patrón de Vidángoz.

1970: Acuerdo municipal para cambiar las fiestas patronales de fecha

1970: Acuerdo municipal para cambiar las fiestas patronales de fecha

En el recuadro se pueden leer las circunstancias por las que se decidió el cambio de fechas y los condicionantes que habían de llevar a elegir unas fechas u otras, puesto que no habían de comenzar forzosamente el día de San Agustín (28 de agosto), fecha que, por otra parte, era festiva desde antiguo también, pero por celebrarse la consagración de la iglesia parroquial de Vidángoz.

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