No es la primera vez que hablamos del lingüista Louis Lucien Bonaparte y de la importancia del estudio que realizó sobre los dialectos del euskera en general y del roncalés en particular.
Para esta labor, y siguiendo el consejo de sus ayudantes en Navarra, escogió Vidángoz por ser el pueblo donde mejor se mantenía el dialecto roncalés, aunque, paradójicamente, a la postre no sería el último pueblo en el que se hablaría.
La mayoría de documentos recogidos por Bonaparte en nuestro valle, que datan de finales de la década de 1850 y toda la década de 1860, se encuentran en el Archivo General de Navarra (y también en su repositorio online) en el denominado Fondo Bonaparte. Allí podemos consultar hasta once manuscritos en uskara recogidos en nuestro valle: el catecismo en el uskara de Garde, de Roncal (tres documentos), de Urzainqui y de Vidángoz; un librico de ‘oraciones‘ de Garde y otro Vidángoz (prácticamente iguales); un catálogo de palabras de Garde (sin su significado); un vocabulario que traduce del francés a los tres subdialectos del uskara roncalés (denominados subdialecto de Vidángoz – que sería el hablado en Vidángoz, Burgui y Garde -, de Urzainqui – hablado en Urzainqui y Roncal – y de Uztárroz – empleado en Uztárroz e Isaba -) diversos vocablos para poder estudiar sus diferencias; y, por último, y seguramente el texto más extenso que se conserva en uskara roncalés, la traducción del Evangelio según San Mateo al uskara de Vidángoz por parte del párroco bidankoztar Don Prudencio Hualde [Malkorna].
Pero no son los documentos que se conservan en el Archivo General de Navarra todos los que recopiló Bonaparte. Así, y con motivo del centenario de la muerte de Mariano Mendigacha [Mendigatxa] el año pasado, rebusqué en diferentes lugares y encontré otra serie de documentos que expondré a continuación.
Así, del mismo modo en que en el Archivo General de Navarra se conserva la práctica totalidad de lo recopilado por Bonaparte en nuestra comunidad, en Bizkaia y Gipuzkoa se conservan los documentos del lingüista relativos a sendos territorios en otras tantas instituciones. En el caso de Bizkaia, esta información se custodia en la Biblioteca Foral de Bizkaia, y allí, entre diversos lotes de documentos, también podemos encontrar algunos relativos al uskara roncalés, cuyos contenidos y pueblo de recogida expondré a continuación: el Canticum trium puerorum traducido al uskara de Vidángoz y al de Roncal; el Padre Nuestro traducido al dialecto de Vidángoz; estudio de las conjugaciones verbales en el uskara de Vidángoz y comparativa con los dialectos salacenco (Jaurrieta) y aezcoano (Aribe); traducción de unas pocas frases al uskara de Vidángoz; diversas anotaciones lingüísticas sobre el uskara de Roncal y de Vidángoz; y una comparativa de diverso vocabulario entre los dialectos aezcoano, salacenco y roncalés, sin mostrar explícitamente en qué pueblo recogió los testimonios.
Otro vocabulario similar al último de los mencionados en el párrafo anterior pero algo más extenso y con los vocablos equivalentes en francés se conserva en el Archivo de la Biblioteca Azkue (Euskaltzaindia), documento que, aunque oficialmente no se atribuye a Bonaparte, tiene todos los visos de ser suyo.
El análisis del material recopilado sirvió a Bonaparte para incluir el uskara en diversas publicaciones impresas (todo lo anteriormente mencionado eran manuscritos) donde nuestro dialecto roncalés tenía su lugar entre el resto de dialectos vascos.
La labor realizada por Bonaparte parece que se realizó en un momento clave, ya que, en las décadas que siguieron a sus trabajos en nuestro valle, el uskara registró un brutal declive que hizo que desapareciera en apenas una generación. Así que, gracias a él, hoy en día podemos conocer gran parte de lo que se sabe de nuestro extinto dialecto.