Hasta hace un siglo, hasta la gripe de 1918, las epidemias azotaban regularmente las diferentes poblaciones de nuestra tierra, extendiéndose unas por un ámbito más grande y otras limitándose a un entorno más local. Bueno, o quién sabe, igual seguimos en ese ciclo y todavía hemos de conocer alguna pandemia grave como las históricas… Por otra parte, digo que hasta hace un siglo, pero esa referencia es válida para nosotros, porque en otras regiones del mundo todavía siguen padeciendo de forma masiva diferentes enfermedades que aquí olvidamos hace tiempo.
Así, las epidemias ejercían una función de regulador demográfico y periódicamente diezmaban la población causando un efecto más o menos demoledor, más o menos irreparable en la vida de un pueblo.
La danza macabra, que se popularizó en la era de la peste negra, presentaba la idea de que todos somos iguales ante la muerte.
En nuestro entorno y teniendo en cuenta los periodos históricos, la primera gran pandemia que podemos mencionar es la peste negra o peste bubónica, cuyo primer gran brote se desarrolló en nuestro entorno en 1348 y algunas fuentes indican que acabó con el 60% de la población navarra, desapareciendo con ella muchos pueblos. No sabemos cuánta población tenía Vidángoz antes de ella, pero sabemos que justo después quedaban 15 casas habitadas y que apenas dos décadas después ya eran 30 los hogares ocupados, con lo que parece que el impacto que tuvo en Vidángoz fue importante.
La peste tuvo réplicas cada pocas décadas hasta el siglo XVIII, con diferentes impactos cada una de ellas. Cabe mencionar aquí una que afectó particularmente a Uztárroz no estoy seguro si en 1564 o en 1599 (con el confinamiento no puedo consultar la bibliografía que necesito), el caso es que la mortalidad era tan grande que la gente huyó al monte, a vivir en sus bordas, y con los rigores del invierno y sin comida, la situación debió de ser muy calamitosa, ya que creo que de 600 habitantes apenas sobrevivieron 200.
Aparte de la peste, otras enfermedades atacaban a la población aunque no fuera de manera tan brutal: viruela, sarampión, cólera, fiebres tifoideas, tifus, malaria…
Vidángoz, aparte de la epidemia de cólera que en 1855 dejó más de 60 muertos en 20 días, padeció otra en enero de 1753 que no he conseguido identificar, pero que dejó 14 o 15 muertos en un mes (y sin contar niños, que no constan en los registros).
Una vida incierta, la de aquellos tiempos, y supongo que será por ello que antes no eran tan de hacer planes a largo plazo sino más bien de ir tirando, porque sabían que la enfermedad siempre estaba al acecho.