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El organero Diego de Amezua

Ayudando a dos estudiosos de los órganos de Navarra, Don Nicolás descubrió hace casi 50 años la identidad del constructor del órgano de Vidángoz, Diego de Amezua, al encontrar un papel en el interior del mismo.

Por lo que se ve, Diego de Amezua, natural de Elorrio (Bizkaia), fue el primero de una saga de organeros que ha llegado hasta nuestros días. Es el de Vidángoz un órgano especial en lo que toca a Diego de Amezua, pues es el más antiguo cuya construcción se le atribuye.

Aquilino de Amezua, nieto y sucesor como organero de Diego de Amezua [organeriaazpiazu.blogspot.com]

Después del de Vidángoz hay constancia de que realizó tareas varias de mantenimiento de los órganos de Burgui, iglesia de San Nicolás de Pamplona, Berastegi (Gipuzkoa), Añorbe, santuario de Nuestra Señora de la Encina de Artziniega (Álava), Etxarri Aranatz, Amorebieta y la basílica de Begoña de Bilbao. También construyó nuevos órganos, como en Vidángoz, en Elorrio (Bizkaia), el de la iglesia de Santiago de Bilbao (hoy desaparecido) y el de la iglesia de San Nicolás de Bilbao.

Sus descendientes siguieron dedicados a la organería, y, entre otras muchas obras, construyeron órganos para lugares tan emblemáticos como la catedral de Santiago de Compostela, la catedral de Astorga o la reforma del gran órgano de la catedral de Valencia.

En fin, que cuando en Vidángoz decidieron encargar un órgano, se lo encargaron a un buen organero.

Origen del órgano de Vidángoz

El órgano de Vidángoz, en el coro de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es algo que para los bidankoztarras de hoy en día siempre ha estado allí, y seguramente la mayoría no se para a pensar desde cuándo existe. Pero, como tantos otros elementos de los que podemos encontrar en el templo, llegaron en un momento dado con un gran esfuerzo económico de los fieles.

Órgano de la iglesia de Vidángoz

Entonces, ¿cuándo se construyó el órgano de la iglesia de Vidángoz? Porque había que construirlo in situ, no se podía hacer en una fábrica y enviarlo en un camión… Así que nos tenemos que remontar a finales del siglo XVIII, concretamente a 1779, momento en que el organero Diego de Amezua comenzó a realizar el encargo. El montante total por el órgano debió de ser una cantidad considerable para la época y es por ello que el pago se realizó en diversos plazos comenzando en el mismo 1779 y alargándose hasta 1793.

La construcción del instrumento en sí debió de terminar, al parecer, en el año 1784, y en 1785 ya consta una partida económica para pago al maestro de niños (Pasqual Ramón Nicolao, que se encargaría del órgano los siguientes 56 años) en concepto de ‘organista’. No obstante, aunque el instrumento ya podía usarse, en la década siguiente se siguieron realizando mejoras en el mismo, toda una serie de remates o acabados que fueron terminando de configurar el órgano.

Así, entre 1790 y 1792 Joaquín Pardo Satués, natural de Zaragoza, realizó trabajos de pintado y dorado de la caja del órgano, naciendo, entre tanto, una hija suya en el pueblo.

En 1792 se realizó otro gasto cuya descripción no queda muy clara, pero que hace referencia al órgano, y dice ‘Hierros quebranto tosca’, labor que llevó a cabo Simón Mainz.

Detalle del órgano de Vidángoz

Los tres años siguientes se realizaron diversos ajustes relativos a la badana, los fuelles y las flautas del órgano, labor que parece que recayó en el entonces organista Pasqual Ramón Nicolao, quien también se encargaría pocos años después, en 1798, de ‘componer los fuelles del órgano’. De esta forma, el instrumento de la parroquia de Vidángoz quedó completo.

En ese estado, y con sus consabidas labores de mantenimiento periódico, siguió el órgano de Vidángoz hasta mediados del siglo XX, cuando, como los más mayores recordarán, sufrió la reforma más importante de su historia, que trataremos por su lado en otro apartado.

En cuanto al órgano en sí, los expertos señalan que es (o era) un ejemplar muy interesante y que algunos de los elementos que lo componen, como la corneta, la quincena y las mixturas, son particularmente bellas. Mención aparte debe de tener la caja del órgano, ‘de estilo rococó y neoclásico, con remates renacentistas y volutas barrocas’, que supone una curiosa mezcla de estilos.

Una lástima que el órgano actualmente se encuentre tan deteriorado, ya que, al menos en un tiempo no tan lejano, debía de ser de gran categoría…

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