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Anteriores recordatorios a Mariano Mendigacha

Al hilo del homenaje que se le va a brindar este próximo sábado, tendemos a pensar que, como Mariano Mendigacha no tiene una placa en su honor al estilo de la de Prudencio Hualde, nunca se le ha tributado un homenaje o que ni siquiera se ha intentado, pero no es así, ni en un caso ni en el otro.

Extracto del acta de Euskaltzaindia de 28/04/1932, donde se recoge lo relativo a colocar una lápida en recuerdo de Mendigacha en su casa nativa.

El primer intento de homenaje fue promovido por el propio Resurrección Mª de Azkue como primer presidente de Euskaltzaindia. Fue en 1932, aprovechando el centenario del nacimiento de Mendigacha, cuando Azkue propuso a la asamblea de la academia colocar una lápida en su honor. La propuesta fue aprobada e incluso se llegó a consultar y recibir respuesta del párroco Don Marcelino Murillo sobre las fechas exactas de nacimiento y muerte de Mariano.

Sin embargo, este primer intento de homenaje no pudo llevarse a cabo, no sabemos si por dificultades propias de una Euskaltzaindia cuyo funcionamiento era más bien precario en aquella época, por la inestabilidad política y social de la época o incluso, tal vez, por el golpe de estado de Sanjurjo que tendría lugar tan solo tres meses después.

Imagen publicada en el Diario de Navarra de 14/06/1975 acompañando a la noticia del homenaje a Mariano Mendigacha y Prudencio Hualde.

Así, el homenaje a Mariano Mendigacha durmió el sueño de los justos hasta 1975, año en cuya primavera se realizaron en diversas localidades del Pirineo (Burguete, Ochagavía, Vidángoz…) acciones de ensalzamiento del euskera. La de Vidángoz, concretamente, tuvo lugar el día 8 de junio de aquel año y lo que se planteó como un homenaje tanto a Mariano Mendigacha como a Prudencio Hualde consistió principalmente en una misa en euskera. Parece ser que Don Nicolás fue quien organizó el asunto.

El artículo que dedicaba a la celebración el Diario de Navarra del 14 de junio de 1975 señala que se sumaron a la fiesta los 200 habitantes que tenía Vidángoz en aquel entonces, las autoridades (el alcalde Enrique Hualde [Txestas / Juanko], los concejales Evaristo Urzainqui [Lengorna] y Tomás Arbizu [Arbizu] y el secretario Miguel Salvoch [Urzainqui / Secretario / Landeta]

Las lecturas de la misa, que fue concelebrada por el padre Aguinagalde, fueron traducidas al roncalés por Koldo Artola y pusieron música a la celebración una acordeonista y varios  txistularis.

Esta jornada sirvió de germen para el tributo que se le realizaría a Prudencio Hualde cuatro años más tarde, en 1979, con motivo del centenario de su muerte.

Y posteriormente, 1998, con motivo del primer Uskararen eguna que se celebró en Vidángoz, organizado por la Asociación Kebenko, también se homenajeó tanto a Mendigacha como a Hualde en su calidad de ilustres uskaldunes bidankoztarras.

Primera multa a un coche de Vidángoz

Recorte del Diario de Navarra de fecha 06/12/1927.

Hace 90 años, el primer o el segundo coche de Vidángoz era multado por transportar viajeros sin tener permiso para ello. Era una camioneta Ford (puede ser como alguna de las que se ven en las imágenes), aunque lo que no está tan claro era quién era el denunciado, esto es, el dueño del vehículo que se menciona en esta noticia del Diario de Navarra del 6 de diciembre de 1927.
Tenemos dos candidatos, a tenor de los datos obtenidos en el Archivo Municipal de Vidángoz:

Camioneta Ford fabricada en 1924, probablemente el modelo del que dispondría José María Sanz Jimeno [Danielna / José María].

1.- José María Sanz Jimeno [Danielna / José María], que consta como propietario del único vehículo que había en Vidángoz en 1926, si bien en el documento en cuestión todavía no consta como comerciante sino como carpintero. Su vehículo era una camioneta marca Ford de 1924, matrícula 587NA, 12 C.V. de potencia, 2 ruedas neumáticas y otras 2 macizas, dos marchas, 1 freno, gasolina como combustible (depósito de 25 litros), con 1.000 kg de tara y otros 1.000 de carga, carrocería con cubierta (y dimensiones de bastidor disponible para colocar carrocería de 3,50 x 1,10 m) y una velocidad media de 25 km/h. Como mecánico del mismo consta el propio José María Sanz, pero es curioso que figura en este apartado en estado de 2ª reserva del Regimiento de cazadores Almería 13 de caballería.

Furgoneta Ford modelo T para transporte de mercancías, posiblemente como la que poseía Francisco Sanz Hualde [Arlla] en 1928.

2.- Francisco Sanz Hualde [Arlla], que consta como propietario de los dos únicos vehículos que había en Vidángoz en 1928, figurando como comerciante de profesión. Su 1º vehículo era una camioneta marca Ford, matrícula NA1868, aunque no sabemos ni año de fabricación ni modelo, 16,64 C.V. de potencia, 4 ruedas neumáticas, dos marchas, 2 frenos (1 de palanca y 1 de pie), como combustible utilizaba una mezcla de gasolina, aceite y valvulina, tenía 1.000 kg de tara y 1.500 de carga, carrocería ‘para mercancía’ (y dimensiones de bastidor disponible para colocar carrocería de 3,25 x 0,60 m), y una velocidad media de 25 km/h. Como mecánico consta el propio Francisco Sanz y por lo que respecta a su situación militar, se indica que tiene licencia absoluta.

Ford modelo A de 1928, turismo para transporte de ‘viajeros’, puede que el vehículo propiedad de Francisco Sanz Hualde [Arlla] destinado a esos efectos.

Su 2º vehículo era un turismo marca Ford y matrícula NA2264, de la que tampoco sabemos ni año de fabricación ni modelo, 16,64 C.V. de potencia, 4 ruedas neumáticas, dos marchas, 2 frenos (1 de palanca y 1 de pie), como combustible utilizaba una mezcla de gasolina, aceite y valvulina, tenía 500 kg de tara y 1.000 de carga, carrocería ‘para viajeros’ (y dimensiones de bastidor disponible para colocar carrocería de 2,65 x 0,57 m), 6 asientos, y una velocidad media de 50 km/h. Como mecánico consta el propio Francisco Sanz y por lo que respecta a su situación militar, se indica que tiene licencia absoluta.
Está claro, pues, que el vehículo multado sería o bien el primero o bien el segundo de los aquí mencionados, ya que el tercero sí que era para transporte de viajeros.
Sea como fuere, y fuera el multado José María Sanz o Francisco Sanz, esta noticia de hace 90 años nos ha servido para conocer cómo eran los primeros coches que hubo en Vidángoz y quiénes fueron sus dueños.

Una pareja de diamante

Isidro Urzainqui y Constancia Pérez

En la hemeroteca encontramos  dos noticias curiosas relativas a una de las parejas más longevas que habrá conocido Vidángoz: Constancia Pérez Sanz [Santxena] e Isidro Urzainqui Pérez [Kostiol / Santxena].

La primera reseña es del Diario de Navarra de 20 de mayo de 1932, y en ella se da noticia de la petición de la mano de Constancia para Isidro, resmarcando la categoría de las dos familias, Kostiol y Santxena.

La segunda aparición tuvo lugar 60 años después, el 1 de julio de 1992, hace ahora 25 años, también en el Diario de Navarra (la foto que acompaña estas líneas es de aquel artículo). La noticia, en este caso, era el 60º aniversario del enlace entre Constancia e Isidro, sus bodas de diamante, en un artículo escrito por Don Nicolás bajo su habitual pseudónimo de Botín.

Ambos artículos pueden leerse al completo pulsando en los siguientes enlaces:

‘Motín pesetero: Pamplona 1837’, por Germán Ulzurrun Zabalza

En el Diario de Navarra de ayer, otro interesante artículo de Germán Ulzurrun Zabalza que, aunque solo sea de refilón, nos da información sobre personas relacionadas con dos bidankoztarras.
El artículo de Germán, titulado ‘Motín pesetero: Pamplona 1837‘ (https://goo.gl/KW7YZ4) nos habla de un suceso poco conocido que tuvo lugar en las filas liberales (el artículo explica el porqué de la denominación ‘pesetero‘) en el transcurso de la I Guerra Carlista (1833-1839).
Pues bien, como decía, se menciona a dos personas relacionadas con sendos bidankoztarras: el primero de ellos es el urzainkiar Pedro Cruchaga, hermano de Gregorio y Juan José, coroneles de Espoz en la Guerra de Independencia (por cierto, Juan José fue asesinado en la Guerra Realista, una contienda previa a la I Guerra Carlista, por Francisco Armengol, un militar valenciano que también debió de pasar o estar acuartelado en Vidángoz, ya que una hija suya nació en el pueblo). Los Cruchaga eran una familia importante del valle y, como siempre ha ocurrido, las casas con solera emparejaban a sus hijos entre ellas. Así pues, una casa con solera de Vidángoz, la actual casa Diego, casó a una de sus hijas, Manuela Francisca Pérez Garde (hermana de Diego Pérez Garde, a cuyo nombre quedó atada la casa) con Pedro Prudencio Cruchaga Urzainqui. Así, Pedro y su esposa bidankoztar vieron seriamente mermada su hacienda (¡335 ovejas!) para proporcionar raciones a las tropas liberales, por lo cabe pensar que los años siguientes en dicha casa no habrían sido fáciles (bueno, o sí, ya que si les llevaron 335 ovejas quizás tendrían muchas más… pero en cualquier caso, habrían acusado esa requisición de ganado).

Fusilamiento de carlistas

El segundo nombre que aparece en el artículo y que podemos relacionar con Vidángoz es el de Pablo Barricat. Este Barricat, seguramente roncalés, podría ser quien, en compañía de algún hermano suyo y con alguna tropa bajo su mando, se encargó de asesinar en Vidángoz a Manuel Mendigacha, padre del famoso Mariano Mendigacha [Mendigatxa] y cabecilla carlista, y a otras cuatro personas el 5 de diciembre de 1835, tal y como lo atestigua la prensa liberal de la época (El Eco del Comercio 21/12/1835 y La Revista Española 06/01/1836). Este capítulo de la muerte de Manuel Mendigacha es el que dio origen a la famosa frase ¡Mendigacha ríndete!. Como se suele decir en estos casos, ‘quien a hierro mata, a hierro muere‘, y en este caso, uno de aquellos Barricart (así se menciona en la prensa), terminó sus días fusilado.

Molière en Vidángoz

Diario de Navarra 24/02/1917

El carnaval ha sido una fiesta pagana por definición, o al menos así ha sido considerada habitualmente por la iglesia, seguramente por ser una de las pocas fiestas que no quedaba bajo su influencia. Por esto mismo, era una fiesta que no despertaba demasiadas simpatías en el Clero.
Pues en los carnavales de hace un siglo encontramos el ejemplo del cura de Vidángoz en aquel entonces (Ausencio Jiménez) no solo tolerando los carnavales sino participando activamente en ellos.
Y es que, tal y como nos cuenta el Diario de Navarra del 24 de febrero de 1917, el párroco organizó un teatro que fue representado por los jóvenes de Vidángoz en el salón de la Casa Consistorial, abarrotado para el estreno de la comedia ‘El médico a palos’ de Molière. Entre los actos de la obra, el secretario Babil Ayestarán amenizaba con el piano.
La obra fue representada en dos ocasiones, el domingo y el martes de carnaval, y, pese a ser la primera vez para todos los actores, se dice que fue un éxito.
Curioso episodio, que será desconocido por la mayoría, pero que nos deja otra muestra de la iniciativa que tenía Don Ausencio, que, pese a estar en Vidángoz apenas seis años, fue responsable de diversas acciones (como la Cooperativa de Consumo) que parece que le hicieron ganarse la simpatía de sus parroquianos.

Portada de un libreto de la obra de teatro «El médico a palos» de Molière

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