Posts Tagged ‘Día de la almadía’

Labor etnográfica

Crisanto también tuvo una vertiente etnográfica. Por un lado, participó junto con seis burguiarres en la construcción y descenso de una almadía que se realizó en 1991 con motivo de la grabación de un vídeo que sería proyectado en la Expo ’92 de Sevilla, donde también se expondría la propia almadía. De aquella ocasión es la imagen que se puede ver al pie de este artículo y que sirvió en su día para carteles turísticos de Navarra.

Tres años antes, en 1988, también había participado junto con una treintena de veteranos almadieros roncaleses en el II encuentro internacional de raiers en Lleida.

Y un año después de la recreación de aquella almadía, en abril de 1992, fue uno de los veteranos almadieros que empezó a enseñar a las nuevas generaciones a fabricar almadías, en lo que sería el germen del Día de la almadía de Burgui, que aquel año celebró su primera edición. Crisanto participó en el descenso en almadía de al menos las tres primeras ediciones y en 2001 se le homenajeó con la Almadía de oro.

Pero no solo de su vida como maderista dio testimonio Crisanto: también aportó sus recuerdos sobre el paso de los maquis por Vidángoz en 1944 al hilo de la grabación de la película Silencio roto (Montxo Armendáriz, 2001), y ayudó con su testimonio en la investigación que se hizo sobre los carnavales en el valle de Roncal, entre otros temas.

En el campo de la etnografía, pues, también hizo Crisanto su aportación.

Cartel de una campaña de turismo de Navarra de los años 90, donde se ve a Crisanto (con el espaldero blanco) en el segundo tramo de la almadía

Casas almadieras de Vidángoz en 1917

Mañana se celebra el Día de la Almadía en nuestro vecino pueblo de Burgui. Las almadías son parte de la historia no ya de Burgui y del valle de Roncal, sino que también lo es de otros valles pirenáicos, tanto navarros como aragoneses y catalanes. Así, y aunque para el que visite Vidángoz le pueda resultar sorprendente, por el Biniés, por el río de Vidángoz, también bajaban almadías, y no de manera esporádica o casual…

Una almadía en la Pechera, el punto por donde el río Biniés abandona Vidángoz

Hace 100 años concretamente, los bidankoztarras bajaron por los ríos 191 almadías, que se dice pronto. A este respecto, por un lado, hay que tener en cuenta que no todos los troncos se sacaban al río Biniés, por no ser el que más cerca quedaba de la explotación, y, por otro, también hay que considerar que a veces los bidankoztarras hacían «aprovechamientos forestales» fuera del término municipal de Vidángoz y bajaban almadías por el río que más cerca les tocara.

Tal era la actividad almadiera de Vidángoz que durante el 1º tercio del siglo XX funcionó en nuestro pueblo una Sociedad de Almadieros que agrupaba a los maderistas de la villa. Gracias a un documento de 1917 podemos saber con detalle qué casas integraban la Sociedad en aquel momento y cuántas almadías bajaron durante aquel año. La relación de las mismas, en orden de mayor a menor producción almadiera, es la que sigue: Garro 14, Arguedas 12, Pantxo 12, Txantxolit 11, Hualderna 10, Jimeno 8, Lixalte 8, Aristu vieja 7 (es Doroteo Jimeno, natural de Llabari), Juanko 7, Llabari 7, Mendigatxa 7, Xereno 7, Gaiarre 6, Ornat 6, Paskel 6, Txestas 6, Zinpintarna 6, Artutx 5, Danielna 5, Makurra 5, Matías 5, Paxapan 5, Antxon 4, Arotx 4, Larranbe 4, Montxonena 4, Santxena 3, Diego 3, Algarra 2, Lengorna 2.
Un total de treinta casas de Vidángoz que, en mayor o menor medida, participaban de la actividad almadiera. Sorprende ver en el listado algunas casas que  seguramente contaríamos por ganaderas, pero hay que tener en cuenta que, entonces como ahora, tampoco era mala idea diversificar el negocio.

El Uskara en Vidángoz

Como lo prometido es deuda y para compensar el ritmo trimestral de publicación roto por el retraso en el número anterior, aquí va una nueva entrega de Bidankozarte.

Parece que ya ha quedado atrás el invierno, algo más suave de lo normal, y tenemos un tiempo primaveral e incluso algunos días de calor más propios del verano. Las huertas (y los hortelanos) en plena faena y los montes llenos de diversos tonos de verde. En abril ha habido aguas mil y el río baja mayenco (el día de la almadía incluso “demasiado mayenco” debía bajar).

Y en Vidángoz además, por celebrarse este año el Uskararen Eguna, también hay algo más de movimiento de lo habitual. Además de lo acostumbrado en otras ocasiones, esta vez se va a grabar un lip-dub, un vídeo en el que, haciendo un recorrido por el pueblo irá apareciendo gente de todos los pueblos y diversas asociaciones del valle acompañado todo ello de una canción que, como merece la ocasión, reivindica el uso del Uskara.

En Vidángoz, aunque muchos todavía hoy lo vean como algo ajeno, lejano, seguramente influenciados por la política, el Uskara sigue vivo en nuestro vocabulario, en los nombres de los montes, de las casas, en los apellidos… Y en realidad, no hace tanto que se fue.

Cartel del Uskararen Eguna 2012 de Vidángoz

Cartel del Uskararen Eguna 2012 de Vidángoz

En la segunda mitad del siglo XIX, en 1863, el 90% (317 uskaldunes de un total de 347 habitantes) de la población y de allí en adelante, por diversas causas, el uso del Uskara cayó en picado, yendo poco a poco reduciéndose al entorno familiar y de ahí, a la tumba. En 1925 la revista “Navarra” todavía cita a Vidángoz como pueblo euskaldún en la muga sur de los territorios en los que se hablaba Uskara, habiéndose perdido ya en Burgui, Garde, Roncal y Urzainki. Incluso en 1935, a puertas de la guerra civil, aún se cifraba en un 4% el número de uskaldunes de Vidángoz, y teniendo en cuenta que la población rondaba los 400 habitantes, estaríamos hablando de 16 uskaldunes.

En efecto, para esas fechas, como ya señalaba Mariano Mendigacha (Mendigatxa) en sus cartas a Azkue a principios del siglo XX, señala que ya no se hablaba en la calle, cuando se lamenta de no poder enseñar Uskara a sus nietos. No obstante, debía quedar gente más o menos mayor que dominaban en mayor o menor medida el Uskara que habían aprendido de pequeños. Es el caso de Juliana Arriola (Arriola), que fue encuestada en 1924 por Eusebio de Etxalar en la realización de la Erizkizundi Irukoitza.

Algunos años después, con la llegada de los prisioneros que construyeron la carretera Igal-Vidángoz-Roncal, muchos de ellos vizcaínos y euskaldunes, algunas personas mayores de Vidángoz todavía conseguían hacerse entender con ellos en Uskara.

Posteriormente, aún hemos conseguido oír resquicios de aquel Uskara que se hablaba aquí por boca de algunas de nuestras abuelas o bisabuelas.

En los retazos de historia que he podido ir encontrando (y los que quedarán por aparecer), se menciona el Uskara en Vidángoz en 1560, cuando se le da a conocer a la supuesta bruja Graciana Belza su condena, “dándole a entender en bascuenç”, porque no entendía otro idioma. Siglo y medio después, en 1723, en otro proceso, esta vez eclesiástico, dos bidangoztarras se disputan la vicaría de Vidángoz, como luego comentaré en las notas históricas. Y otro siglo y medio después, el estudioso Louis Loucien Bonaparte contacta con Mariano Mendigacha y Prudencio Hualde para documentar el, por entonces, todavía sano Uskara.

En el medio siglo siguiente, como deja claro Mariano Mendigacha en sus cartas, el Uskara desapareció como la nieve cuando llega la primavera, en un visto y no visto.

Hoy en día, en la misma medida en que se fue apagando el Uskara en Vidángoz por boca de sus mayores, va rebrotando por boca de los no tan mayores, los jóvenes y sobre todo los más pequeños y cada vez es menos raro oír Uskara por nuestras  calles. Si Mariano y Prudencio levantaran la cabeza, seguro que esbozaban una sonrisa al verlo.

Por todo ello y porque es parte de nosotros, disfrutemos de este Uskararen Eguna 2012.

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