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Uskararen eleak – Las palabras del Uskara

El libro del que hablaremos en esta ocasión iba a haber visto la luz cuando nos sorprendió el confinamiento de marzo, aunque finalmente se publicó con la llegada del verano.

Portada de Uskararen eleak (Pamiela, 2020)

Escrito por la burgiar Josune Aznárez Alkat, se titula Uskararen eleak – Las palabras del uskara (Pamiela, 2020) y recoge otro de los aspectos de nuestro extinto dialecto roncalés que pervive en nuestros días además de la toponimia y la oiconimia (los nombres de las casas): el habla cotidiana.

Para ello, Josune recogió testimonios en las siete villas del valle de Roncal entrevistando a gente mayor de cada pueblo. En el caso de Vidángoz, colaboraron Estefanía Juanco Jimeno [Antxon], Engracia Mainz Pérez [Aristu / Juanko], Ascensión Marco Iglesias [Garde / Danielna], Simeón Pasquel Galech [Matxin], Mª Agustina Salvoch De Andrés [Salbotx], Mª Cruz Salvoch Jimeno [Calderero / Lengorna], Mª Esther Sanz Iriarte [Txantxolit] y Mª Dolores Urzainqui Pérez [Santxena], algun@s ya fallecid@s.

El resultado, más de 500 palabras con origen en el uskara que se siguen usando en el habla cotidiana de nuestros pueblos. Otro pequeño tesoro que no debería faltar en nuestras casas.

Se puede comprar en el bar de Danielna, en librerías y online en www.pamiela.com. Y también se pueden realizar aportaciones en el blog uskarareneleak.blogspot.com.

La Junta Local de Enseñanza

Al menos desde mediados del siglo XIX, los asuntos relativos a la instrucción pública en Vidángoz los trataba la Junta Local, denominada de Instrucción, de Enseñanza o de la Escuela según la época.

La Junta Local estaba integrada, como solía ser costumbre, por el alcalde, el cura y algunos otros miembros. Su función no era otra que la de velar por el adecuado funcionamiento de la escuela. Así, era el órgano encargado de trasladar al ámbito educativo local las disposiciones gubernativas sobre la materia, pero también procuraba que el aula cumpliera unas condiciones mínimas, que se dispusiera del material necesario, que se premiara al alumnado más aplicado e incluso solucionaba conflictos que surgían en el contexto escolar.

La escuela de Vidángoz en 1979 [Foto: Diario de Navarra]

Como curiosidad, cabe señalar que en la primera Junta Local de Enseñanza de la que se conserva documentación en Vidángoz, del año 1867, coincidieron los famosos Mariano Mendigacha y Prudencio Hualde, como alcalde y párroco respectivamente. El motivo de la reunión de la Junta Local en aquella ocasión fue la querella de un padre (Ángel Arriola Jamar [Garaioa / Arriola]) por castigos inmoderados que el maestro brindaba a su hijo (Pedro Javier Arriola Mainz [Arriola]) y otra querella que en respuesta presentó el maestro (Santos Mainz Pérez, de Burgui) contra dicho padre por insultos y amenazas. Al igual que otros aspectos de la administración, como por ejemplo el registro civil, esta institución parece que empezó a tener un funcionamiento más formal a partir de 1876. Ya en 1877 el inspector que visita a la Junta Local (donde nuevamente se encontraba Mariano Mendigacha, en esta ocasión como representante de los padres de familia) hace hincapié en algunos aspectos que nos resultarán incluso avanzados para aquella época: promover la asistencia a la escuela, especialmente la de las niñas, multando a quien no lo haga, visitar las clases y los exámenes, premiando a los más aplicados, la adquisición de mobiliario y la adecuación del aula e incluso el establecimiento de una escuela nocturna de adultos.

Como podréis imaginar, estas medidas todavía tardarían mucho en cumplirse. Las multas por no asistir se empezaron a imponer enseguida, y los premios al alumnado más aplicado también, siendo los tres primeros distinguidos José Mariano Urzainqui Urzainqui [Txestas] (quien terminaría siendo secretario), Ignacio Hualde Legaz [Oronz / Maisterra] y María Petra Urzainqui Urzainqui [Kostiol].

La andadura de la Junta Local duró lo que la escuela en Vidángoz, esto es, hasta 1980, pero el último acta del organismo es de septiembre de 1975, cuando la Junta Superior de Educación de Navarra planteaba la concentración escolar en Roncal. En aquella ocasión, el pueblo pedía mantener, al menos, la escuela en Vidángoz para la etapa anterior a la E.G.B. Los firmantes de aquella última acta ya nos son más familiares: Enrique Hualde [Txestas / Juanko], Evaristo Urzainqui [Lengorna], Luis Fuertes [Lixalte], Ascensión De Andrés [Xapatero], Mª Dolores Pérez [Diego] y Ascensión Marco [Garde / Danielna].

Nacimientos, bodas y defunciones en 1920

Para terminar de ponernos al día con esta especie de registro civil de hace un siglo nos falta de revisar lo relativo a 1920, que debería de haber aparecido en el anterior número de Bidankozarte.

Algunos de los quintos de 1920 (Crisantos Pasquel y Salvador Sanz) y de 1919 (Victoriano Artuch y Marino Juanco), entre otros

En lo referente a los nacidos este año, fue un año promedio, con 13 nacimientos: Isidora Sanz Ornat [Ornat], Adriana Landa Sanz [Algarra], Cipriano Sanz Jimeno [Zinpintarna], Basilisa Ornat Landa [Bomba], Felisa Sanz Sanz [Danielna], Manuel Artuch Jimeno [Largotena], Manuel Urzainqui Hualde [Ferniando], Nicolasa Juanco Jimeno [Antxon / Diego], Salvador Sanz Urzainqui [Arguedas / Xereno], Valentina Landa Urzainqui [Arriola / Landarna / Llabari], Crisantos Pasquel Ornat [Paskel], Patrocinio Sanz Hualde [José María] y Gregoria Urzainqui Urzainqui [Pantxo / Molino].

Entre ellos, hay un poco de todo, como siempre. De los trece solo uno murió a temprana edad, Cipriano, los demás llegaron todos a mayores. Al igual que a la quinta anterior, a ésta también le tocó la Guerra Civil, y los cuatro quintos varones que llegaron a los 18 tuvieron que tomar parte en la contienda, muriendo uno de ellos (Manuel Artuch) en los últimos compases de la guerra. Algunas quintas también se casaron con bidankoztarras que habían participado en la guerra (Nicolasa, Valentina y Gregoria) y Patrocinio se desposó con un militar de los que llegaron a Vidángoz con los Batallones de Trabajadores.

Esta quinta también tuvo su cura, en este caso Manuel Urzainqui, que ejerció durante cerca de 15 años en Burgui, entre otros destinos.

De los y las nacidas en 1920 es curioso que bastantes se casaron con otros bidankoztarras y fueron cabezas de familia en casas de Vidángoz: Adriana con Mariano Ezquer Pérez [Landarna / Algarra] en casa Algarra; Nicolasa con Eusebio Pérez Goyeneche [Diego] en casa Diego; Salvador con Paula Artuch Jimeno [Largotena / Xereno] en casa Xereno; Valentina con Daciano Ezquer Pérez [Landarna / Llabari] en casa Landarna primero y posteriormente en casa Llabari; Crisantos con Lucila Ayechu Arrese [Iciz / Paskel] en casa Paskel; y Gregoria con Felipe Artuch Jimeno [Largotena / Molino] en el Molino.

Isidora y Basilisa se casaron a Sada y Rentería respectivamente y Felisa, que fue la única quinta que quedó soltera, vivió en Barcelona.

Aquel año hubo otras cuatro bodas en Vidángoz: Leonarda Urzainqui Urzainqui [Arguedas] con Epifanio Labari Sala (de Iciz y viudo de la bidankoztar Manuela Arguedas [Molena / Iciz]); Román Corrales López (Alamedilla, Salamanca) con Enriqueta Martín López (Piedras Albas, Cáceres); Teófila Mainz Mendigacha [Mendigatxa] con Francisco Mainz Gayarre [Urzainqui / Mendigatxa]; y Victoria Fuertes Salvoch [Lixalte / Montes] con Julián Montes Glaría [Roncal / Montes].

La familia Mendigatxa vivió momentos convulsos entre 1918 y 1920

Leonarda no tuvo mucha suerte y su marido falleció poco tiempo después, y decidió marchar junto con una prima de Igal a Estados Unidos, donde residía una tía suya de casa Arguedas. No debían de tener el dinero suficiente para ingresar en el país (sí entre las dos, pero no cada una individualmente) y las mandaron de vuelta después de haber visto la Estatua de la Libertad como ya comenté en el artículo ‘Un Urzainqui yanqui’ del nº 27 de Bidankozarte. La segunda pareja que se casó eran foráneos y se casaron no ya de penalti, sino después de haber tenido un hijo en 1919, lo que en la época habría sido poco menos que un escándalo. A Teófila no sé si le tocaba casarse y heredar casa Mendigatxa o fue la muerte de su hermano Norberto en 1919 lo que precipitó su boda, ya que sus otros hermanos Eleuterio y Teodosia habían marchado a Argentina y Diego les seguiría en 1920 o 1921. Y por último, Victoria Fuertes se casó con el herrero, que era natural de Roncal, y cuyo apellido (Montes) dio nombre a una casa que estaba pegada a casa Xoko y que hoy ya no existe (podéis leer sobre ella en el nº 12 de Bidankozarte).

En el capítulo de muertes, en 1920 hubo 13 fallecimientos, bastante más que los 8 muertos anuales que solía haber: Justa Anaut Pérez [Antxon], Micaela Mainz Landa [Landa], Cipriano Sanz Jimeno [Zinpintarna], Juliana Salvoch Urzainqui [Zinpintarna], Javiera Hualde Salvoch [Rakax], Margarita Fuertes Bretens [Xapatero], Rosario Pérez Goyeneche [Diego], Petra Fuertes Hualde [Txantxolit], Antonina Navarro Carrica [Pexenena], Feliciana Urzainqui Pérez [Kostiol], Santiago Ornat Sanz [La Santa], Aquilino Gayarre Necochesa [Gaiarre] y Nicanor Ornat Jimeno [Ornat]. Aparte de los 4 niños que murieron con días/meses (Micaela, Cipriano, Rosario y Santiago), otros tres niños de entre 7 y 10 años (Antonina, Feliciana y Aquilino) fallecieron de fiebres tifoideas. Los demás, de las frecuentes neumonías, ‘de viejos’ o de una peritonitis (Nicanor), que entonces no se operaban.

Bueno, pues ya veis, en 1920 varían algunas cosas con respecto a 1919 pero todo lo relatado nos ayuda a hacernos una idea de cómo era la vida en el Vidángoz de hace un siglo y qué pasaba en él.

Nacimientos, bodas y defunciones en 1919

Señalaba al inicio que, aparte de lo relativo a las epidemias, también en este número iba a haber algo de puesta al día, y es que como los cinco últimos números han sido monográficos por diversos motivos (bueno, y éste bien podía haberlo sido en lo relativo a epidemias), no he podido incluir sendos artículos que solían incluirse en el número de invierno ni el año pasado ni este. Me refiero al repositorio de nacimientos, bodas y defunciones registrados en Vidángoz hace 100 años.

Faltaba de repasar lo relativo a 1919, que tenía que haber aparecido hace cinco números de Bidankozarte, y ahora me pongo a ello.

Empezando por el capítulo de nacimientos, hace un siglo hubo diez retoños que vinieron al mundo en nuestro pueblo, cifra ligeramente inferior a la media de aquellos años, que era de 12,5 niños/año. En orden cronológico, la lista sería la siguiente: Teófilo Rodríguez Blázquez [de padres castellanos], Victoriano Artuch Urzainqui [Maisterra], N. De Andrés Fuertes [Xapatero], Ambrosio Navarro Carrica [Pexenena], Isidora Artuch Jimeno [Largotena], Marino Juanco Pérez [Paxapan / Xoko], Rosario Pérez Goyeneche [Diego], Santiago Pérez Goyeneche [Diego], Luis Martín Corrales [de padres castellano y extremeña] y Andresa Asín Gayarre [Pelaire / Pantxo].

Es una quinta un tanto atípica, ya que, para empezar, hay dos nacidos de padres foráneos. El primero es hijo de un pastor llegado de un punto tan lejano como Yeste (Albacete), lo mismo que su mujer. El otro consta como hijo de un obrero natural de La Alamedilla (Salamanca) y su mujer, natural de Piedras Albas (Cáceres), padre que seguramente se encontraría trabajando en la construcción de la carretera de Burgui a Vidángoz. Dos niños que apenas habrían vivido en el pueblo.

Por otra parte, tenemos varios que fallecieron a temprana edad: el de casa Xapatero (que no dio tiempo ni a ponerle nombre o nació muerto), Isidora y Rosario. Este último se trata de un caso de mellizos, que en aquella época era difícil que salieran adelante, y normalmente fallecían en poco tiempo uno de los dos o ambos. Cuatro años antes había habido otra pareja de mellizos en casa Diego y en aquella ocasión ambos habían fallecido en poco tiempo. Esta vez uno de los dos salió adelante, Santiago, que con los años sería sacerdote.

De los cuatro restantes, Victoriano y Ambrosio vieron marcadas sus vidas por la Guerra Civil. El primero quedó soltero y vivió en Vidángoz el resto de su vida. El segundo, tras la Guerra Civil, formó parte de la División Azul en la II Guerra Mundial y terminó casándose en Francia con Felisa, una bidankoztar de casa Paskel. Marino también se casó, con Capitolina Aldunate (de Ujué) y vivieron algún tiempo en Vidángoz aunque terminaron dejando el pueblo. El caso de Andresa es similar, puesto que se casó con Víctor Urzainqui [Pantxo] y terminaron emigrando al entorno de la capital en la década de 1960.

María Gayarre y Silvestre Asín, en la foto flanqueando a su hijo Ciriaco en el día de su ‘cantamisa‘.

En el capítulo de bodas, hubo cuatro: Antonio Landa Lanzaco [Sigüés / Algarra] e Irene Sanz Salvoch [Mailusa / Algarra]; Silvestre Asín Cemboráin [Uscarrés / Pelaire] y María Gayarre Guinda [Gaiarre / Pelaire]; Florencio Rodrigo Mendigacha [Maizena / Xoko] y Braulia Urzainqui Fuertes [Xoko]; Santiago Urzainqui Recari [Ferniando] y Norberta Pérez Jimeno [Landarna]. Otro bidankoztar, Fermín Landa Arriola [Mux] también se casó en 1919 con Dionisia Jiménez, de Javier, si bien lo hizo en Sangüesa, donde fue creciendo el negocio que él creo, las famosas Gaseosas Landa, tema del que también hablaremos en otra ocasión.

En las dos primeras había al menos un viudo y ambas parejas terminaron viviendo en una casa de la que no eran naturales ninguno de los dos. En las otras dos, también hay otra coincidencia inusual, aunque en aquella época no lo era tanto: los novios en ambas parejas eran americanos que habían empezado a hacer fortuna en Argentina, volvieron al pueblo a casarse y retornaron a América. A ver cuándo tengo ocasión (e información suficiente) para afrontar este tema de la emigración.

En cuanto a los fallecidos, fue un año promedio, muriendo ocho personas: tres niños (N. De Andrés Fuertes [Xapatero], Isidora Artuch Jimeno [Largotena] y Casta Sanz Hualde [Danielna] y cinco adultos (Norberto Mainz Mendigacha [Mendigatxa], Josefa Jimeno Navarro [Danielna], Melchor Fuertes Salvoch [Fuertes / Melchor-Cosme], Miguel Hualde Salvoch [Pelaire] y Santiago Mainz Fuertes [Montxonena].

Nota de prensa de El Pensamiento Navarro (17/02/1919) sobre la muerte accidental de Norberto Mainz [Mendigatxa]. Días después también se le dedicó un amplio espacio a sus funerales en el Diario de Navarra.

De entre estos cinco adultos, dos eran bastante jóvenes: Norberto, de 24 años, falleció tras recibir una coz de una caballería y cuya desgracia tuvo su sitio hasta en la prensa de la época, y Santiago, que padecía una enfermedad pulmonar, secuela seguramente de alguna neumonía padecida. Los tres restantes, ya de mayor edad, fallecieron por causas más comunes: Josefa, con 54 años, de un derrame cerebral; Melchor, con 80 años, de ‘senectud’ (o sea, ‘de viejo’); y Miguel, con 65 años, de ‘parálisis’.

Como veis, los protagonistas y las circunstancias que rodean a estos nacimientos, bodas y fallecimientos de 1919 son un fiel reflejo de lo que acontecía en el Vidángoz de hace 100 años.

Apellidos bidankoztarras: Hualde

Como señalaba al inicio de este número, esta vez trataremos el apellido Hualde y su recorrido histórico en Vidángoz.

La verdad es que Hualde es un apellido relativamente frecuente en Euskal Herria, ya que podría traducirse como ‘al lado del agua’ y, así, de manera análoga a otros como Elizalde (‘al lado de la iglesia’), es un apellido que perfectamente podría existir en cualquier pueblo con río (o sea, en casi cualquier pueblo).

Dicho esto, vamos con la historia del apellido Hualde que, al igual que todos los apellidos frecuentes de Vidángoz (Hualde es el 5º apellido mas frecuente en nuestro pueblo en los últimos tres siglos y pico, solo superado por Sanz, Urzainqui, Mainz y Salvoch), tiene miga.

Casa Hualderna, literalmente «la de Hualde», aunque la denominación es anterior a los datos que podemos rastrear…

La mención más antigua al apellido Hualde es de hace seis siglos y medio, de 1366/1368, cuando uno de los treinta vecinos de Vidángoz se llamaba Sancho Hualde. Entonces no se heredaban los apellidos de padres a hijos, por lo que los actuales Hualde probablemente no tengan parentesco con éste, pero como dato, ahí queda.

En los siguientes libros de fuegos y apeos de población hasta 1613 no vuelve a aparecer, y en esa ocasión lo hace solamente en una mujer viuda llamada Cathalina Hualde. Desde al menos ese momento hasta la actualidad, la presencia de Hualde sera ya constante: en 1634 solo aparece un Domingo Hualde, en 1646 Pedro Hualde, en 1677 dos Juan Hualdes… y a partir de 1700 ya podemos seguir la pista completa a todas las ramas de Hualdes, si bien no sabemos cuánto de común tienen de ahí hacia atrás en el tiempo.

Antes de empezar con las líneas, y al contrario de lo que pasaba con Pérez, cuyas ramas en los últimos tres siglos habían llegado de otros pueblos del valle, señalar que en el caso del apellido Hualde todas las ramas son autóctonas de Vidángoz y las cinco que he localizado tienen inicio antes de 1700 (y, probablemente, partirían de un tronco común o, tal vez, dos).

Empezaré por las ramas más efímeras, aquellas que tuvieron poco recorrido a partir de 1700. La primera se localiza en casa Maisterra, donde vivían Pedro Hualde y Magdalena Urzainqui. La casa nativa la heredó una hija (y el Hualde no continuó), Juana Feliciana, y un hijo, Feliciano, se casó a casa Inigizena (actual casa Peña) y el apellido desapareció de aquella en la siguiente generación.

Firma de Prudencio Hualde, uno de los Hualde más ilustres que ha dado Vidángoz.

Un camino similar llevó la línea que partía de casa Lengorna, con Domingo Hualde y Cathalina Urzainqui, donde también heredó una hija, Pascuala Feliciana, y de donde pasó un hijo a casa Pelaire o a casa Garro y dos hijas de éste, María Josepha y María Joachina Hualde Glaria, ocuparon las dos casas mencionadas, pero, al ser mujeres, el apellido dejó de transmitirse.

La tercera rama, en casa Calderero e iniciada con Pasqual Hualde y Elena García, fue aún más efímera, ya que en la siguiente generacion heredó su hija mayor, Susana, y ya no se transmitió a la descendencia el apellido Hualde.

La cuarta línea que analizaré es la de los Hualdes de casa Arlla/Xapatero, iniciada con Fermín Hualde con sus dos matrimonios. Esta rama, aparte de mantenerse en casa Arlla hasta 1893, cuando falleció la última Hualde que heredó la casa (Petra Tomasa Hualde Salboch), llevó el apellido Hualde a las casas de Xoko (María Ysabel Hualde Sanz, en 1779), Anarna (María Sebastiana Hualde Sanz, en 1788), Txikiborda (María Tomasa Hualde Salboch, en 1884), Hualderna (María Tomasa Hualde Salboch, en 1915), Landarna (Casimira Antonia Hualde Barrena, en 1825), Txantxolit (María Sebastiana Hualde Barrena, en 1836), y Makurra (Petra Antonia Hualde Barrena, en 1838). La última Hualde de este linaje, María Tomasa Hualde Salboch, falleció en casa Hualderna en 1929.

La familia Hualde Pérez, seguramente la más extensa en número de miembros.

La última rama, la más extensa y que llega hasta nuestros días se inició en casa Diego o casa Casero/Txantxolit (eran dueños de ambas casas y casa Casero la tenían alquilada, tal vez le venga desde entonces el nombre de casa Casero, donde ‘casero‘ equivale a ‘inquilino‘) y el primer matrimonio que conocemos es  el de Agustín Hualde y María Urzainqui. En casa Diego duró solo dos generaciones más, pero desde allí pasó a las casas de Malkorna (Juan Hualde Urzainqui, en 1722), Laskorna (Juana María Hualde Sanz, en 1766), Hualderna (Fermina Agustina Hualde Armendáriz, en 1782), Mailusa (María Ramona Hualde Urzainqui, en 1792), Ornat (María Francisca Hualde Urzainqui, en 1795), Rakax (Josef Ramón Hualde Mayo, en 1849), Vicaría (Pedro Prudencio Hualde Mayo, en 1853), Santxena (Juana Ygnacia Hualde Yriart, en 1791), Pelaire (Pedro Pasqual Huarte Yriart, en 1796), Maisterra (María Cruz Hualde Anaut, en 1854), Arriola/Mux (Román Hualde Salvoch, en 1901), Navarro (Pedro María Hualde Salboch, en 1884), Ferniando (Javiera Hualde Mainz, en 1915), Danielna (Jacoba Hualde Mainz, en 1916), Angelena/José María (Jacoba Hualde Mainz, hacia 1920/1921), Lengorna (María Santos Hualde Mainz, en 1924), Txestas (Antonio Hualde Mainz, en 1925), Molena (Enrique Hualde Pérez, en 1953), Juanko (Enrique Hualde Pérez, en 1957), Mendigatxa, Aristu, Landeta y Remendía (antigua Matías), éstas últimas en tiempos más recientes. En resumen, que esta línea esparció Hualdes por más de un tercio de las casas de Vidángoz.

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