Éste es un asunto que ya se mencionó de pasada en el nº 16 de Bidankozarte, cuando hablábamos del origen del nombre de casa Xoko.
Corría junio del año 1830 y dos casas de Vidángoz andaban enfrentadas. Para más señas, los implicados en el caso eran Santiago Sanz Hualde [en el título del proceso se le denomina Sebastián por error], de casa Zoco, (la que hoy denominamos casa Xoko), y Pascual Anaut Hualde, de casa Niguecena (actual casa Peña, antiguamente denominada Inigizena).
El tema de la discordia era una pocilga del de Xoko (que, por cierto, en aquel documento se presenta como “casa de Zoco”), que suponemos que estaría en el terreno que hay entre las dos casas (tal vez en el solar correspondiente a la desaparecida casa Montes), y que habiendo diferencia de opiniones sobre la propiedad del lugar donde se encontraba la pocilga, el de Inigizena se tomo la justicia por su mano y derribó parte de la porqueriza de su vecino.
El de Xoko, como es lógico, no se quedó conforme y, al no haber arreglo por las buenas, finalmente recurrió a los tribunales.
¿En qué quedó la cosa? La respuesta, en el proceso 141162 del Archivo General de Navarra.
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Pleito por una pocilga
Casa Peña
Le toca el turno esta vez a una casa un tanto enigmática, por aquello de que, hasta donde llega el recuerdo, no se tiene una idea clara sobre qué familia vivía antiguamente en ella o qué pasó con sus componentes.
Una casa que actualmente se conoce como casa Peña y que también plantea muchas dudas y mayormente silencios cuando preguntamos acerca de su nombre anterior.
A lo largo de este artículo se intentará despejar estas dudas y arrojar un poco de luz sobre lo que respecta a esta casa.
Comenzaremos por el presente para ir retrocediendo poco a poco en el tiempo. Casa Peña, como se denomina la casa actualmente, recibe su nombre del apellido de Juan Peña, natural de San Sebastián, que la adquirió en 1982. La familia Peña Aldazabal debía su vínculo a Vidángoz a las colonias de la parroquia de San Sebastián Mártir del barrio El Antiguo de Donostia, que frecuentaban casa Fuertes durante los veranos desde principios de la década de 1970.
Y anteriormente, ¿de quién era la casa? Pues una parte de la casa pertenecía a la familia Pelaire, la parte más cercana a su casa, y otra parte era propiedad de la familia Zinpintarna.

Casa Inigizena hacia la década de 1970. [Fuente: ‘La casa navarra’, de Julio Caro Baroja, 1982]
Remontándonos en la historia de la casa, y llegados al año 1860, ¿por qué quedó la casa vacía? Pues en abril de 1860 falleció el último de sus moradores: Ramona Guillén Martín, natural de Garde y llegada a Vidángoz en 1838 a casarse con el heredero de la casa, Pedro José Anaut Arregui. Éste, a su vez, había fallecido 5 años antes, siendo seguramente la primera víctima de la epidemia de cólera que asoló Vidángoz en agosto y septiembre de 1855. La pareja solo había tenido una hija que había fallecido con apenas 2 años de edad, por lo que tras morir la pareja la casa quedó vacía.
Debido al apellido tanto de Pedro José como de las anteriores 2 generaciones, la casa fue también conocida como casa Anaut, habiendo llegado el apellido a la casa en 1756, cuando el izabar Domingo Anaut Conget se casó con Juana Ygnacia Hualde Glaría, probablemente heredera de esta casa.
Entonces, ¿hasta dónde nos hemos de remontar para encontrar el origen de Inigizena, el nombre antiguo de esta casa? Pues hasta la generación anterior a la de este matrimonio. Inigizena no significa otra cosa que “la [casa] de Íñiguez”, apellido que existió en Vidángoz hasta mediados del siglo XVIII. De hecho, el último Íñiguez, de nombre Pedro, fallecido en 1754 y probablemente clérigo, fundó una capellanía en su nombre que perduró hasta 1854.
Casa Peña, casa Anaut, casa Inigizena, otra casa que hemos conocido un poco más a fondo.