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A río revuelto… ¡contrabando!

En ese contexto bélico y habida cuenta de que en las décadas anteriores habían tenido lugar otras dos guerras,  la Guerra de la Convención (1793-1795) y la Guerra de Independencia (1808-1813), que el valle habría sufrido particularmente en sus carnes, está claro que nuestros antepasados lo estarían pasando mal, digamos que la propia subsistencia sería la preocupación principal. Tratándose de eso, de sobrevivir, pues no quedaba otra que buscarse la vida como se pudiera, y es aquí donde la cercanía de la muga con Francia podía ser una aliada, pues al otro lado de la misma se podían conseguir bienes que en el momento convulso que se vivía a este lado de la frontera eran aquí más difíciles de conseguirse o, de poderse, a un precio mucho mayor.

Así, conocemos dos casos claros de contrabando en el contexto de esta guerra de los que tenemos noticia debido a las muertes que los rodearon.

El primero de ellos tal vez lo conozcáis pues lo traté en la charla de 2013 denominada Vidángoz negro: muerte y delincuencia en nuestras calles, y hace referencia a un grupo de ocho bidankoztarras que trataban de cruzar la muga con Francia por el puerto de Krutxeta, en Uztárroz, una noche de abril de 1822 y cargados de lana. El grupo estaba integrado por Manuel Mendigacha [Mendigatxa], José Ramón Ustés [Lixalte], Pascual Anaut [Inigizena], Pedro Juan Mainz [Refelna], Pedro Antonio Orduna [Landa], Sevastián Artuch [Garro], Pascual Garcés [Pattako] y Mariano Larrambe [Larranbe].

Sabemos de esta aventura porque unos milicianos que estaban encargados de vigilar la frontera les echaron el alto y los de Vidángoz respondieron con algún tiro, matando a uno de los guardias y siendo reconocidos por algún otro, porque aquellos también eran del valle (el fallecido era Leandro Gorria, natural de Urzainqui).

Algunos de los implicados fueron encarcelados en Vidángoz a la espera de sentencia y entre tanto pasaron los facciosos por nuestro y liberaron a aquellos que podían unirse a sus filas, entre ellos Manuel Mendigacha, del que hablaremos más adelante y que empezó aquí a hacer carrera.

En el segundo caso no queda tan claro el tema del contrabando, puesto que la información no proviene de un proceso judicial como en el caso anterior sino por dos escuetas partidas de defunción que contienen algunos datos poco habituales y que nos sierven como pista.

En esta ocasión son dos bidankoztarras, Pedro Antonio Villanueva Mainz [Aristu] y Ángel Recalde Urzainqui [Arotx], que encontraron la muerte cuando regresaban de Francia por el puerto de Altobizkar [Astobizkar, Valcarlos] “habiéndose desgraciado por el mal temporal” el 19 de diciembre de 1822. Venían del otro lado de la muga por un camino complicado, por lo que seguramente lo que traían no sería demasiado legal.

Como se suele decir, las situaciones desesperadas requieren de medidas desesperadas.

Alpargateras de Vidángoz

Por lo que he podido indagar hasta ahora, ya tengo noción de unas cuarenta mozas de Vidángoz que estuvieron trabajando en las fábricas de Mauleón, pero es probable que haya otras tantas de entre muchas que tengo sin confirmar y con posibilidades de haber hecho esta misma labor. A continuación, una lista de las que tengo confirmadas y ordenadas por el nombre de su casa de origen:

Alpargateras de Vidángoz en Mauleón en 1911-1912: De pie: Josefa Sanz Fuertes [Fuertes], María Santos Hualde Mainz [Navarro], Eusebia Pérez Jimeno [Landarna], Gila Sanz Calvo [Kurllo / Txantxolit]; Sentadas: Restituta Sanz Salvoch [Escuela / Mailusa], Tomasa Ornat Arguedas [Algarra], Jacoba Hualde Mainz [Navarro].

  • Aizagar / Garín-Montes: Crescencia Garín Pascualena;
  • Algarra: Tomasa Ornat Arguedas;
  • Anarna: Petra Artuch Urzainqui;
  • Arlla: Juana Alejandra Hualde Salvoch y María Cruz Hualde Salvoch;
  • Arotx: Leonor Landa Arguedas;
  • Arriola: Veneranda Landa Urzainqui;
  • Calderero: Alejandra Calderero Sanz;
  • Cosme: Juliana Pelairea Fuertes;
  • Escuela / Mailusa: Andresa Sanz Salvoch y Restituta Sanz Salvoch;
  • Fuertes: Josefa Sanz Fuertes;
  • Garro: Donata Jimeno Ornat y Fulgencia Jimeno Ornat;
  • Jimeno: Asunción Salvoch Jimeno, Ceferina Salvoch Jimeno, Juliana Salvoch Jimeno y Rafaela Salvoch Jimeno;
  • Kurllo / Txantxolit: Gila Sanz Calvo;
  • La Santa: Secundina Sanz Fuertes;
  • Lengorna: Gregoria Urzainqui Hualde;
  • Llabari: Daniela Jimeno Sanz y María Jimeno Sanz;
  • Matxin: Eulogia Galech Salvoch;
  • Montxonena: Ángela Mainz Fuertes;
  • Mux: Felipe Nicolao Sanz;
  • Navarro: Jacoba Hualde Mainz y María Santos Hualde Mainz;
  • Ornat: Anastasia Ornat Jimeno y Leoncia Ornat Jimeno;
  • Paskel: Exaltación Pasquel Salvoch, Juana Pasquel Salvoch y Sebastiana Conrada Pasquel Salvoch;
  • Pexenena: Saturnina Salvoch Zazu;
  • Txantxolit: Benita Sanz Fuertes;
  • Xereno: Fermina Zazu Fuertes e Inocencia Zazu Fuertes.

Como veis, son un montón, pero hay otras muchas, algunas hermanas de las mencionadas  que habrían ido pero que todavía no he podido confirmar, y otras que constan en la documentación como ‘ausentes’ de Vidángoz durante algún periodo de tiempo y esto suele estar asociado a mozas que bien iban a la alpargata bien a algún otro lugar a servir.

Echad, pues, un ojo a la lista y, si echáis en falta a alguna que sepáis que marchó a Mauleón, pues me decís. A ver si conseguimos que la relación de ‘golondrinas’ sea lo más completa posible.

Apellidos bidankoztarras: Urzainqui

Esta vez vamos a conocer la historia del apellido Urzainqui en Vidángoz, un apellido que no es el más habitual en los últimos tres siglos de txiripa, y es que solo es superado por el apellido Sanz y por muy poco.

Así es que, siendo un apellido tan frecuente, os podéis imaginar que da un poco de pereza adentrarse en el berenjenal que supone estudiar un apellido tan extendido… pero algún día había que hacerlo, así que vamos a empezar por el principio.

José Mariano Urzainqui Urzainqui [Txestas] fue secretario del Ayuntamiento de Vidángoz durante 10 años a finales del Siglo XIX.

José Mariano Urzainqui Urzainqui [Txestas] fue secretario del Ayuntamiento de Vidángoz durante 10 años a finales del Siglo XIX.

¿Cuándo está documentado el primer Urzainqui en Vidángoz? Pues, hasta donde yo he indagado, parece que el primero en llevar ese apellido en Vidángoz lo encontramos en 1515 (y en 1501 no constaba), donde aparece un tal Blasco Urzaynquy, seguramente venido de Urzainqui (y es que inicialmente ese era el significado de este apellido, que hacía referencia a alguien natural del pueblo de Urzainqui que había salido de él para establecerse en otro sitio, en este caso en Vidángoz). Y es que en aquella época los apellidos todavía no se transmitían como hoy en todos los casos, digamos que estaban en proceso de fijación. Desde allí hasta un siglo más tarde, prácticamente, no he encontrado más Urzainquis (principalmente porque no hay apenas listados donde hacerlo).

Ya en 1605 aparece un Pedro Urzainqui en un proceso judicial de los Tribunales Reales de Navarra, donde consta entre los que han denunciado a otro vecino por injurias. Este mismo Urzainqui es quien vuelve a aparecer en unos documentos sobre rentas de 1612-1613, lo que hoy en día vendría a ser una especie de catastro. Y de aquí en adelante es donde comienza el boom de los Urzainqui, ya que apenas dos décadas después, en otro documento estadístico de 1634, ya hay cuatro Urzainquis entre los 85 vecinos o cabezas de familia de Vidángoz (no sabemos si todos son descendientes de aquel Pedro), tres en el barrio de Iriartea y uno en el de Iribarnea, aunque no podamos llegar a saber qué casa ocupaban. El número que se mantiene en los Apeos de población de 1645-1646, cuando uno de aquellos cuatro ha llegado a alcalde (Juan Urzainqui). En el Apeo de Población de 1677 ya son cinco los vecinos con este apellido, y uno de ellos tiene la circunstancia de ser pobre mendigante.

Casa Pantxo, probablemente sede de la saga más longeva de Urzainquis.

Casa Pantxo, probablemente sede de la saga más longeva de Urzainquis.

Ya en el siglo XVIII se mantiene la tendencia y el apellido sigue extendiéndose y llega a su máximo en el Apeo del año 1726, cuando en nueve casas el cabeza de familia (tres mujeres y seis hombres) lleva por primer apellido Urzainqui, siendo dos de las mujeres pobres de solemnidad, circunstancia tristemente frecuente en viudas y mozas (solteras).

No disponemos de más listados nominales hasta el siglo XIX, pero entonces, tanto en la matrícula parroquial de 1810 como en el listado de propietarios de 1816 hay ocho vecinos apellidados Urzainqui, cifra que con ligeros altibajos se mantendrá hasta nuestros días (9 en el catastro de 1847, 8 en el de 1883, 7 en el de 1898, 8 en el de 1916 y 7 en la matrícula parroquial de 1942).

Así pues, es fácil suponer que no habrá muchas casas en las que no habrá habido Urzainquis (y menos aún si tenemos en cuenta a las esposas, que no aparecen en los listados de vecinos por constar el nombre del marido como cabeza de familia). Así, por barrios, tenemos que en el barrio de Iriburua ha habido Urzainquis en las casas de Diego, Cosme, Laskorna, Lengorna y Arguedas; en el barrio de Iriartea en las casas de La Santa, Artutx (actual Pelairea), Algarra, Navarro y Hualderna; En Iribarnea, en casa de Xereno, Anarna, Kostiol, Pantxo, Ferniando, Ornat, Secretario, Arotx (actual Arbizu), Santxena, Maisterra, Rakax, Xapatero, Txestas, Landa y Llabari; Y en Egullorre, en casa de Malkorna, Xoko, Paxapan, Santos (actual Mailusa), Anxelmo (actual Calderero), Vicaría, Zinpintarna y Arriola.

En resumen, el apellido ha pasado por al menos 33 casas de las poco más de 70 que históricamente ha venido teniendo Vidángoz, casi la mitad.

Como dato curioso, señalar que hay varias casas en las que el apellido Urzainqui se ha mantenido durante muchas generaciones, como las casas Lengorna, Kostiol, Pantxo o Ferniando.

Así que podemos atrevernos a decir que todos seremos Urzainqui en cierto grado…

Nacidos, casados y muertos en Vidángoz en 1918

1918 es uno de esos años marcados en rojo por la historia por dos motivos diferentes que, aunque en Vidángoz parece que no influyeron directamente, a nadie se le escapa que los efectos de ambos en las cercanías se harían notar: el final de la I Guerra Mundial y la epidemia de gripe.

Aunque España no tomó parte en la I Guerra Mundial, ésta tuvo un impacto brutal en las localidades cercanas al otro lado de la muga, con las que había mucho más contacto que en la actualidad. No hay más que visitar, por ejemplo, el cementerio de Santa Engracia y observar la cantidad de fallecidos que dejó aquel conflicto (60 muertos en una población de en torno a 900 personas).

Por otra parte tenemos la famosa Gripe del 18 o Gripe Española, que aunque en Vidángoz concretamente no tuvo incidencia, probablemente habría golpeado con fuerza en algún pueblo de nuestro entorno de la misma manera que a nuestra villa le había tocado la embestida del cólera en 1855.

La pareja formada por Martina Ornat y Jerónimo Sanz, en la foto con su nieta Anuncia Artuch

Como decía, pues, el ambiente no era demasiado alentador y reflejo de ello sea el hecho de que solo se oficiara una boda en todo el año, más si tenemos en cuenta que el año anterior también había registrado un único enlace matrimonial y que la media era de tres casamientos anuales. La única pareja que se dio el sí en aquel 1918 fue la formada por Jerónimo Sanz Calvo [La Cabrera / Txantxolit / Ornat] y Martina Ornat Jimeno [Ornat], que pasaron a ser los cabeza de familia de casa Ornat.

Muy diferente fue la dinámica en lo que a nacimientos se refiere, ya que fue un año especialmente prolífico, con 20 nacimientos, 10 niñas y 10 niños, cuando la media era de 12,5. Seguro que a la matrona de aquella época no se le olvidaría aquella primavera en la que atendió diez partos. Los nacidos en aquel año y sus casas de origen / residencia son los siguientes:

Los quintos de 1918 Terencia Sanz (derecha) y Gerardo Gayarre (sentado), en la imagen junto a Adriana Landa [Algarra] y Andresa Asín [Pelaire / Pantxo]

Purificación Landa Urzainqui [Arriola], Margarita Sanz Ornat [Ornat / Montxonena], Lucio Urzainqui Mainz [Artutx], Josefa Sanz Jimeno [Zinpintarna], Terencia Sanz Fuertes [Txantxolit], Prudencio Iriarte Rodrigo [Maizena], Felipa Ysabel Mainz Mainz [Refelna], N. Landa Ornat [Bomba], Antonino Ezquer Pérez [Landarna], Bernardino Jimeno Mendigacha [Llabari], Jacoba Iriarte Sanz [Iriarte], Robustiano Landa Arguedas [Arotx], Basílides Elizalde Sanz [Elizalde], Eusebio Urzainqui Urzainqui [Pantxo], Felisa Pasquel Ornat [Paskel], Micaela Mainz Landa [Landa], Gerardo Gayarre Necochea [Gaiarre], Clemente Sanz Sanz [Danielna], Dátiva Sanz De Miguel [Arlla] y Santiago Ornat Sanz [La Santa]. Sin embargo, y pese a ser varios de ellos primogénitos en sus familias, muy pocos de ellos terminaron siendo cabezas de familia en Vidángoz.

En cuanto a los difuntos, alguno más que la media (once en 1918 por ocho de media), seis adultos y cinco niños. Los adultos fueron Aquilino Antero Larrambe Urzainqui [Larranbe], Justa Ornat Juanco [Algarra], Francisca Arguedas Recalde [Arotx], Mariano Mendigacha Ornat [Mendigatxa], Basilio Carrica Iriarte [Izal / Varias casas / Pexenena] y Bernardo Rodrigo Usieto [Navascués / Maizena], y los menores fallecidos fueron Secundino Urzainqui Urzainqui [Pantxo], N. Landa Ornat [Algarra], Robustiano Landa Arguedas [Arotx], Ana Ornat Landa [Bomba] y Julia Ornat Sanz [La Santa].

Año movido, sobre todo en lo referente a los nacimientos, y cantidad de nombres de los que, particularmente los mayores, conoceréis a muchos aunque solo sea de oidas, pero también habrá más de uno del que no tendríais noticias. De todo tiene que haber…

Casas almadieras de Vidángoz en 1917

Mañana se celebra el Día de la Almadía en nuestro vecino pueblo de Burgui. Las almadías son parte de la historia no ya de Burgui y del valle de Roncal, sino que también lo es de otros valles pirenáicos, tanto navarros como aragoneses y catalanes. Así, y aunque para el que visite Vidángoz le pueda resultar sorprendente, por el Biniés, por el río de Vidángoz, también bajaban almadías, y no de manera esporádica o casual…

Una almadía en la Pechera, el punto por donde el río Biniés abandona Vidángoz

Hace 100 años concretamente, los bidankoztarras bajaron por los ríos 191 almadías, que se dice pronto. A este respecto, por un lado, hay que tener en cuenta que no todos los troncos se sacaban al río Biniés, por no ser el que más cerca quedaba de la explotación, y, por otro, también hay que considerar que a veces los bidankoztarras hacían «aprovechamientos forestales» fuera del término municipal de Vidángoz y bajaban almadías por el río que más cerca les tocara.

Tal era la actividad almadiera de Vidángoz que durante el 1º tercio del siglo XX funcionó en nuestro pueblo una Sociedad de Almadieros que agrupaba a los maderistas de la villa. Gracias a un documento de 1917 podemos saber con detalle qué casas integraban la Sociedad en aquel momento y cuántas almadías bajaron durante aquel año. La relación de las mismas, en orden de mayor a menor producción almadiera, es la que sigue: Garro 14, Arguedas 12, Pantxo 12, Txantxolit 11, Hualderna 10, Jimeno 8, Lixalte 8, Aristu vieja 7 (es Doroteo Jimeno, natural de Llabari), Juanko 7, Llabari 7, Mendigatxa 7, Xereno 7, Gaiarre 6, Ornat 6, Paskel 6, Txestas 6, Zinpintarna 6, Artutx 5, Danielna 5, Makurra 5, Matías 5, Paxapan 5, Antxon 4, Arotx 4, Larranbe 4, Montxonena 4, Santxena 3, Diego 3, Algarra 2, Lengorna 2.
Un total de treinta casas de Vidángoz que, en mayor o menor medida, participaban de la actividad almadiera. Sorprende ver en el listado algunas casas que  seguramente contaríamos por ganaderas, pero hay que tener en cuenta que, entonces como ahora, tampoco era mala idea diversificar el negocio.

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