Posts Tagged ‘Apellido Hualde’

Los Hualde y el Clero

Los Hualde de Vidángoz y el Clero han tenido una estrecha relación en los últimos tres siglos.

Empezamos en 1723, con Don Miguel Hualde (que da a casa Diego su nombre antiguo, casa Don Mikelna), que entonces tuvo que aprobar un examen de uskara para acceder a la vicaría de Vidángoz, que ocupó entre 1723 y 1729, pasando posteriormente a beneficiado. Bueno, hay que señalar que un tío de Don Miguel Hualde, llamado José Hualde y también natural de Vidángoz, fue también sacerdote, pero llevó su carrera bastante más allá de las fronteras de nuestro valle y llegó a ser una gran personalidad en su época (finales del siglo XVII y principios del XVIII), pero dejaremos este personaje para otra ocasión.

Poco después, en 1750, Pedro Marco Hualde fue el primer religioso en ocupar la sacristía de Vidángoz (hasta entonces solo la ocupaban seglares) y posteriormente fue también párroco (1755-1793).

De esa misma época son también Pablo Hualde (que ejercía de ausenciero), Miguel Mathías Hualde (primero sacristán y después beneficiado) y Blas Ramón Hualde, (beneficiado y que llegó a abogado en los Reales Tribunales).

Posteriormente llegaría el turno del famoso Prudencio Hualde [Malkorna], que ejerció de párroco entre 1853 y 1879.

Los tres hermanos Hualde Pérez [Txestas] que fueron religiosos.

Y ya en el siglo XX, casa Pelaire y casa Txestas dieron otros cinco nuevos Hualdes religiosos: Emiliano y Sinforosa Hualde [Pelaire] y Antonio Carlos, Javier Julián y Silverio Hualde [Txestas].

Como se puede ver, la relación entre los Hualde y el Clero ha sido importante.

Apellidos bidankoztarras: Hualde

Como señalaba al inicio de este número, esta vez trataremos el apellido Hualde y su recorrido histórico en Vidángoz.

La verdad es que Hualde es un apellido relativamente frecuente en Euskal Herria, ya que podría traducirse como ‘al lado del agua’ y, así, de manera análoga a otros como Elizalde (‘al lado de la iglesia’), es un apellido que perfectamente podría existir en cualquier pueblo con río (o sea, en casi cualquier pueblo).

Dicho esto, vamos con la historia del apellido Hualde que, al igual que todos los apellidos frecuentes de Vidángoz (Hualde es el 5º apellido mas frecuente en nuestro pueblo en los últimos tres siglos y pico, solo superado por Sanz, Urzainqui, Mainz y Salvoch), tiene miga.

Casa Hualderna, literalmente «la de Hualde», aunque la denominación es anterior a los datos que podemos rastrear…

La mención más antigua al apellido Hualde es de hace seis siglos y medio, de 1366/1368, cuando uno de los treinta vecinos de Vidángoz se llamaba Sancho Hualde. Entonces no se heredaban los apellidos de padres a hijos, por lo que los actuales Hualde probablemente no tengan parentesco con éste, pero como dato, ahí queda.

En los siguientes libros de fuegos y apeos de población hasta 1613 no vuelve a aparecer, y en esa ocasión lo hace solamente en una mujer viuda llamada Cathalina Hualde. Desde al menos ese momento hasta la actualidad, la presencia de Hualde sera ya constante: en 1634 solo aparece un Domingo Hualde, en 1646 Pedro Hualde, en 1677 dos Juan Hualdes… y a partir de 1700 ya podemos seguir la pista completa a todas las ramas de Hualdes, si bien no sabemos cuánto de común tienen de ahí hacia atrás en el tiempo.

Antes de empezar con las líneas, y al contrario de lo que pasaba con Pérez, cuyas ramas en los últimos tres siglos habían llegado de otros pueblos del valle, señalar que en el caso del apellido Hualde todas las ramas son autóctonas de Vidángoz y las cinco que he localizado tienen inicio antes de 1700 (y, probablemente, partirían de un tronco común o, tal vez, dos).

Empezaré por las ramas más efímeras, aquellas que tuvieron poco recorrido a partir de 1700. La primera se localiza en casa Maisterra, donde vivían Pedro Hualde y Magdalena Urzainqui. La casa nativa la heredó una hija (y el Hualde no continuó), Juana Feliciana, y un hijo, Feliciano, se casó a casa Inigizena (actual casa Peña) y el apellido desapareció de aquella en la siguiente generación.

Firma de Prudencio Hualde, uno de los Hualde más ilustres que ha dado Vidángoz.

Un camino similar llevó la línea que partía de casa Lengorna, con Domingo Hualde y Cathalina Urzainqui, donde también heredó una hija, Pascuala Feliciana, y de donde pasó un hijo a casa Pelaire o a casa Garro y dos hijas de éste, María Josepha y María Joachina Hualde Glaria, ocuparon las dos casas mencionadas, pero, al ser mujeres, el apellido dejó de transmitirse.

La tercera rama, en casa Calderero e iniciada con Pasqual Hualde y Elena García, fue aún más efímera, ya que en la siguiente generacion heredó su hija mayor, Susana, y ya no se transmitió a la descendencia el apellido Hualde.

La cuarta línea que analizaré es la de los Hualdes de casa Arlla/Xapatero, iniciada con Fermín Hualde con sus dos matrimonios. Esta rama, aparte de mantenerse en casa Arlla hasta 1893, cuando falleció la última Hualde que heredó la casa (Petra Tomasa Hualde Salboch), llevó el apellido Hualde a las casas de Xoko (María Ysabel Hualde Sanz, en 1779), Anarna (María Sebastiana Hualde Sanz, en 1788), Txikiborda (María Tomasa Hualde Salboch, en 1884), Hualderna (María Tomasa Hualde Salboch, en 1915), Landarna (Casimira Antonia Hualde Barrena, en 1825), Txantxolit (María Sebastiana Hualde Barrena, en 1836), y Makurra (Petra Antonia Hualde Barrena, en 1838). La última Hualde de este linaje, María Tomasa Hualde Salboch, falleció en casa Hualderna en 1929.

La familia Hualde Pérez, seguramente la más extensa en número de miembros.

La última rama, la más extensa y que llega hasta nuestros días se inició en casa Diego o casa Casero/Txantxolit (eran dueños de ambas casas y casa Casero la tenían alquilada, tal vez le venga desde entonces el nombre de casa Casero, donde ‘casero‘ equivale a ‘inquilino‘) y el primer matrimonio que conocemos es  el de Agustín Hualde y María Urzainqui. En casa Diego duró solo dos generaciones más, pero desde allí pasó a las casas de Malkorna (Juan Hualde Urzainqui, en 1722), Laskorna (Juana María Hualde Sanz, en 1766), Hualderna (Fermina Agustina Hualde Armendáriz, en 1782), Mailusa (María Ramona Hualde Urzainqui, en 1792), Ornat (María Francisca Hualde Urzainqui, en 1795), Rakax (Josef Ramón Hualde Mayo, en 1849), Vicaría (Pedro Prudencio Hualde Mayo, en 1853), Santxena (Juana Ygnacia Hualde Yriart, en 1791), Pelaire (Pedro Pasqual Huarte Yriart, en 1796), Maisterra (María Cruz Hualde Anaut, en 1854), Arriola/Mux (Román Hualde Salvoch, en 1901), Navarro (Pedro María Hualde Salboch, en 1884), Ferniando (Javiera Hualde Mainz, en 1915), Danielna (Jacoba Hualde Mainz, en 1916), Angelena/José María (Jacoba Hualde Mainz, hacia 1920/1921), Lengorna (María Santos Hualde Mainz, en 1924), Txestas (Antonio Hualde Mainz, en 1925), Molena (Enrique Hualde Pérez, en 1953), Juanko (Enrique Hualde Pérez, en 1957), Mendigatxa, Aristu, Landeta y Remendía (antigua Matías), éstas últimas en tiempos más recientes. En resumen, que esta línea esparció Hualdes por más de un tercio de las casas de Vidángoz.

Otro homenaje

El final del verano del año pasado ‘la de la dalla’ se cebó agusto con Vidángoz y nos tocó ver marchar a unos cuantos bidankoztarras.
A uno de ellos, a mi padre, le brindé un pequeño homenaje en el número 30 de esta publicación. Y entre los demás, aunque cada uno/a se merecería un recuerdo, hay alguien que por su labor pública tenía una repercusión especial, y no es otro que Paco el de Txestas, que durante más de medio siglo puso música a tantas celebraciones religiosas tocando el órgano de la iglesia, ese instrumento ya anciano cuyos defectos conocía Paco como la palma de su mano y sorteaba elegantemente.
Aprovecharemos, pues, las entradas que se publicarán a continuación de ésta para conocer más a fondo el órgano de la iglesia de Vidángoz, los devenires del apellido Hualde en nuestro pueblo y muchas más historias que seguro que a Paco le habrían sonado a música celestial.

Powered by WordPress | Buy best wordpress themes and Save. | Thanks to Free WordPress Themes, Top WordPress Themes and Free WordPress Themes