El Pensamiento Navarro en su edición del 3 de febrero de 1915 recogía el artículo que paso a transcribir al terminar este párrafo porque la calidad de la imagen es deficiente. En cualquier caso, curiosa crónica la que nos deja el corresponsal de Vidángoz que, al igual que en la del invierno anterior, deja entrever su arte para relatar lo ocurrido de una forma muy gráfica.
DE VIDANGOZ
Si acostumbrados estamos, en todos estos pueblos del valle, a sufrir las consecuencias que traen consigo las grandes nevadas que por aquí suelen visitarnos, me parece que la de estos días es de las que hacen época.
Ya nos enteramos por la prensa de que las nevadas han sido generales y, por lo que afecta a este pueblo, basta insinuar el hecho de que en cuatro días no se ha podido abrir camino para el correo.
Pocas veces se ha conocido semejante temporal, pues aparte de que la altura de la nieve alcanzó una altura de vara y media, los ventisqueros han obstruido los caminos para unos cuantos días.
LOS JABALÍES
Nada más natural que a consecuencia de lo ya apuntado nos viéramos visitados por estos animales que aquí tanto abundan, pero en esta ocasión hemos visto cosas verdaderamente trágicas.
Acorralados y acosados por el hambre, se conoce que no han tenido suficiente guarida en estos espesos bosques y, por lo visto, se han propuesto rehabilitar para sus guaridas nuestras viviendas.
El martes pasado, uno de ellos, cuyo peso no bajaba de 18 docenas, vino a visitarnos hasta las puertas de una casa y, perseguido desde ella, fue muerto a los pocos metros.
Y por si esto es poco, ha habido un jabalí que se ha metido en una entrada del molino y, después de cerrarle todas las salidas, ha perecido a palos.
Hasta la fecha han sido cazados siete, pero es de presumir que, dada la cantidad de nieve que hay por estos montes, se repitan estas escenas cinegéticas tan a poca costa de correr mucho para encontrarlos.
EL TIEMPO
Después de seis días en los cuales no salimos del temporal que se describe, hoy parece que nos visita algún otro, pues el día de la fecha nieva copiosamente.
Vidángoz, 28 de enero de 1915.
El corresponsal.
Aunque ya se indica que fue un invierno extraordinario, aún van a tener razón los mayores con aquello de “ya no hay inviernos como los de antes…”.