En la última década del siglo XX se realizó un gran trabajo en Navarra por la recopilación, documentación y cartografiado de la toponimia, bajo la dirección de José Mª Jimeno Jurío. Con los materiales resultantes de ese trabajo, el Gobierno de Navarra publicó en 1993 la serie de libros titulados Toponimia y cartografía de Navarra. En el dedicado al valle de Roncal hay una sección dedicada a Vidángoz en la constan como informantes Crisanto, Luci y Tomás, padres e hijo de casa Paskel.
Poco después, en 1995, empezó a recabar datos sobre Vidángoz para su tesis sobre la toponimia roncalesa y ansotana Juankar López-Mugartza, quien encontró en Crisanto un gran colaborador. Un resumen de su tesis fue publicado como libro por Euskaltzaindia en 2008 bajo el título Erronkari eta Ansoko toponimiaz. Este trabajo, además de completar el anterior en algunos sentidos, tiene de interesante que en una de sus secciones recoge los comentarios que sus informantes daban sobre los topónimos sobre los que trataban: el significado de los nombres, referencias sobre su ubicación, comentarios etnográficos, anécdotas… Un capítulo muy enriquecedor del que la única pena que nos puede quedar es que no haya más testimonios como este del abuelo de Paskel.
La toponimia, pues, otro campo en el que el legado de Crisanto es impagable.