Iniciamos en el número anterior con el apellido Pasquel gracias a la aportación de Miquel Martí, que había trabajado en profundidad (mucho más de lo que se pudo exponer en este espacio) la historia y genealogía de aquel apellido.
En esta ocasión trataremos el apellido Sanz, que pasa por ser el apellido más habitual en los bidankoztarras nacidos entre 1702 y el presente, en dura pugna, eso sí, con el apellido Urzainqui, que es casi igual de frecuente. El 10,92 % de los bidankoztarras nacidos desde hace más de 300 años lo ha tenido por primer apellido, y si sumamos los que lo han tenido como segundo apellido, tenemos que casi el 18,5 % (casi uno de cada 5) de los nacidos en Vidángoz ha sido Sanz. Se dice pronto…
Así, en el Apeo de población de 1677 llevaban el apellido Sanz 6 de los 70 dueños de casas de Vidángoz.
En un documento de la misma índole pero de 1645 encontramos 5 Sanzes, con la particularidad de que 4 de ellos son mujeres, 3 viudas y una moza [soltera] en cerca de 80 casas. Es curioso el caso de este apeo porque en Vidángoz hay 24 dueñas de casas entre viudas (17) y solteras (7), prácticamente una de cada tres casas, algo que no es para nada lo habitual [en el documento de 1677, por ejemplo, el grupo de viudas y mozas dueñas de casas es de solo 5]. Está claro que algo sucedió poco antes de 1645 que mermó sustancialmente la población de Vidángoz, cebándose particularmente con los varones, pero todavía no sabemos el porqué…
Y de ahí hacia atrás, en los pocos documentos de que disponemos, se mantiene más o menos constante la cifra de 3 familias Sanz entre las aproximadamente 70 que habría en Vidángoz, al menos hasta 1501.
Para el siguiente documento relativo a la población de nuestro pueblo hemos de remontarnos hasta 1368, y entre medio queda el proceso de fijación de los apellidos. A mediados del siglo XIV, pues, no encontramos rastro de Sanzes en Vidángoz, pero sí que hay algún Sánchez. ¿Y a qué viene esto? A que el significado de Sanz y Sánchez es el mismo, ‘hijo de Sancho‘, con lo que tal vez se mantuviera la línea familiar aunque cambiara la forma del apellido, quién sabe…
Así pues, rara habrá sido la casa en la que no haya habido Sanz-es en una u otra forma durante los últimos 5 siglos. Seguramente por ello no podía falta ese apellido en el nombre de alguna casa, y ahí tenemos casa Santxena, cuya pronunciación habría evolucionado desde Sanz-ena o Santz-ena (‘la [casa] de Sanz‘). Aunque, visto por otro lado, si en los últimos siglos siempre ha habido varios Sanz en nuestro pueblo, ¿por qué solo hay una casa denominada ‘la de Sanz’? Seguramente nunca lo sepamos.
Pues hasta aquí llega Sanz, uno de nuestros apellidos por excelencia.