Se suele decir que alguien vive mientras haya quien le recuerde. Los roncaleses también tenían su opinión a este respecto y señalaban, como reza el dicho que encabeza este boletín, que ‘los muertos y los que se han ido son los primeros que se olvidan’.
Bueno, pues si Mariano nos viera hoy en día, cien años después de su muerte, observaría para su sorpresa que todavía se le recuerda, y no solo en su familia o en su pueblo, sino que su labor y la impronta que dejó han trascendido a su propia persona.
Así, aparte de menciones pasajeras en diversos artículos o la pequeña biografía de Mendigacha que, con ligeras variantes, encontramos en muchos sitios, hay una serie de escritos (y serán muchos todavía los que se me escapan) que se han ido publicando sobre su figura o dándole un papel más o menos relevante. Además, estas menciones suelen tener como denominador común el hecho de poner de relieve el carácter justo que dejaba ver en algunas de las cartas que envió a Azkue.
Mendigacha junto a Sandino, en la revista Napartheid (Asisko, 1991)
Así, y haciendo un pequeño repaso en orden cronológico, las primeras referencias que encontramos, y parece que las únicas reseñables en las décadas de 1980 y 1990, corresponden a Asisko Urmeneta. La primera mención corresponde al artículo Uskararen koitia (‘el último aliento del Uskara’) la revista Argaray (1986). Poco después, el propio Asisko llevó al cómic dos de las fábulas que Mendigacha envió a Azkue: en 1989 Bidankozeko katalogoa (basado en la fábula Zorria eta kikasoa [‘El piojo y la pulga‘]) y en 1991 Mendigatxa not dead (basado en Arzatzak eta otsoa [‘Los mardanos y el lobo‘]). En ese mismo año, y en la imagen que acompaña a este artículo, el dibujante nos presentaba en unas viñetas de Napartheid a Mendigacha acompañando al revolucionario nicaragüense Sandino y el líder zulú Shaka actuando en una pastoral sobre Fidel Castro. Dos años más tarde y en el mismo fanzine, Mariano aparecía al lado de otros dos revolucionarios míticos, el Ché y Zapata, representando a la parte local (de ese momento es la canción de Kojón Prieto y los Huajolotes que decía ‘Ché eta Zapata, Ché eta Zapata, aurrera Napartheid, Ché eta Zapata!’). Algunos años después también incluiría a nuestro Mariano en una camiseta de Kukuxumusu denominada Basque National Heroes.
Ya en 1999, en su libro Gure mendea (‘Nuestro siglo’) Iñigo Aranbarri dedicaba una sección de 1915 a la relación entre Mendigacha y Azkue titulada Labraria eta apeza (‘El labrador y el cura‘).
En 2000 Asisko volvió a la carga incluyendo una viñeta sobre Mariano en la sección Aitzindariak del periódico Gara.
En 2008, solo tres años antes de ganar el Premio Euskadi de literatura, Joseba Sarrionandia utilizaba a Mendigacha en un cuento titulado Muga eta haize hegoa de su libro Munduko zazpi herrialdetako ipuinak (Pamiela), una historia en la que los roncaleses secuestran al bochorno.
Y tan solo dos años más tarde, Mariano daba el salto a la poesía de la mano de Joxemiel Bidador, que en su libro Hutseaniko hazkurria eta beste (Pamiela) le dedicaba dos poemas nostálgicos en una sección que denominó Mendigatxarena (‘La de Mendigacha’): Binuesko zubian ilea mozten (‘Cortando el pelo en el puente del Biniés’) y Mendigatxa sindromea (‘El síndrome Mendigacha’). Este segundo poema puede verse en Youtube recitado por Gotzon Barandiaran en 2011.
En 2013 Gorka Lekaroz elaboró con datos que le proporcioné yo la que probablemente sea la biografía más completa de Mariano Mendigacha, que puede leerse (en euskara) en su blog linguanavarrorum.blogariak.net.
Nuevamente en verso y en la pastoral Iruñeko euskaldunak (2015) sobre el fallecido Bidador, Enrike Díez de Ulzurrun dedicaba unos versos a Mendigacha.
Y este mismo año 2018, un nuevo guiño de Asisko a nuestro Mendigacha en su libro Eusklabo alaiak.
Así que como podéis ver, Mendigacha está todavía muy vivo.